La metamorfosis de Jaume Munar, el líder de España en la Davis: «He roto con el Jaume del pasado»
El balear es el número uno de la Armada tras las bajas de Alcaraz, Davidovich y Granollers
Ha alcanzado en 2025 el mejor momento tenístico y mental de su carrera
Ocupa el mejor puesto de siempre para él en el ranking y ha superado su techo en Grand Slam

Unos minutos después de conocerse los emparejamientos de España y Dinamarca para la Davis, Jaume Munar toma asiento y disecciona junto a OKDIARIO su viaje. De habitar la parte media baja del ranking, a ocupar la 37ª plaza, la mejor de su carrera. De haber estado en el dique seco durante ocho años en la Copa Davis, a liderar a España contra Dinamarca la última eliminatoria previa a las finales. Su sonrisa perdura durante la charla con este medio.
Munar, de naturaleza alegre y buena predisposición, es uno de los obreros del tenis. Se ha batido durante gran parte de su carrera en una zona poco seductora para los aficionados, aunque tremendamente exigente para el tenista. A sus 28 años, y tras más de una década instalado entre los puestos 50 y 100 del ranking ATP, Munar ha roto su techo. Claro que pasaba por romper también, en cierta parte, consigo mismo para ganar la batalla mental al tenis, un deporte que castiga más que indulta.
Sin embargo, Munar ha logrado esquivar esa voz satánica yacente de su hombro. Se ha impuesto la contraria y le ha llevado al mejor año de su carrera y mejor momento tanto tenístico como personal. En 2025 ha ganado por primera vez a un tenista del top10, Medvedev, ha sumado su victoria número 100 en el circuito y ha roto su techo en Grand Slam por partida doble. Primero en Wimbledon al alcanzar una tercera ronda desconocida por él y después en el US Open al dar un paso más hasta cuarta ronda.
«Han cambiado muchísimas cosas a lo largo de los últimos dos o tres años. He intentado romper un poco con el Jaume del pasado y ahora afronto las dificultades de mejor manera. Creo que en eso he mejorado y me va a servir para la Davis de este fin de semana», asegura a OKDIARIO. Una vez finalizada la conversación le reclamaba más prensa nacional e internacional. «Hay que aprovechar ahora, todo cambia rápido», dice a este periódico al despedirse.
Pregunta. ¿Cómo lleva los nervios de ser el número uno de España en esta Davis?
Respuesta. Estoy muy bien, la verdad. Volví de Nueva York un tanto cansado y enfermo, pero me recuperé bien. Empecé a entrenar el lunes, de menos a más cada día, y ya con muy buen nivel y buenas sensaciones. Puente Romano para mí siempre ha sido un sitio especial donde he jugado muy bien. Tengo muchísima ilusión por representar a España como número uno, con todo lo que eso conlleva. Pero la realidad es que me siento uno más del equipo. Creo que tenemos un equipo donde hay cuatro jugadores que en cualquier momento de su carrera podrían haber sido números uno de España y yo estoy en esta situación por bajas que hemos tenido. Me lo tomo con el privilegio y el honor que representa esta posición en mi selección.
P. ¿Da vértigo esa responsabilidad que menciona?
R. No mucho, la verdad. Soy muy consciente de que estoy en esta posición por las bajas que hemos tenido. Realmente estoy en un gran momento de mi carrera. Estoy 37 del mundo, pero si vamos atrás, los números uno de España siempre han estado en rankings mucho más altos. Yo siento la responsabilidad de jugar un buen tenis, que creo que estoy preparado para ello y también siento la responsabilidad de luchar por todos mis compañeros y por el país y lo que representa esta selección. Y eso lo voy a hacer independientemente que sea el uno o el dos de la Selección.
La transformación de Munar
P. Se está viendo la mejor versión de su carrera. ¿Lo considera así? ¿Qué ha cambiado tanto?
R. Han cambiado muchísimas cosas a lo largo de los últimos dos o tres años. He intentado romper un poco con el Jaume del pasado y encontrar soluciones a nivel tenístico y tanto táctico como técnico. También desarrollar un poco la parte mental, conseguir una mejor imagen y ahora afronto las dificultades de mejor manera. Creo que en eso he mejorado y me va a servir para esta Copa Davis. Es el mejor momento de mi carrera y probablemente también uno de mis mejores momentos a nivel personal. Creo que ambos van ligados de la mano y uno cuando es feliz todo es más fácil.
P. Ahora se le ve disfrutar en la pista. ¿Cómo se logra en un deporte que castiga tanto la mente?
R. Sí, es muy difícil. Tenemos una exigencia mental y física muy alta durante el año. A veces desde fuera es complicado verlo y valorarlo, pero la realidad es que competimos más de 30 semanas al año. La exigencia actual del circuito es altísima, ya no solo por viajes, sino por lo que representa estar entre los mejores y lo que nos exigimos entre nosotros. Yo me lo tomo desde la posición del privilegio y lo agradecido que estoy de poder haber hecho de mi hobby mi trabajo. Y eso, pues obviamente me ayuda a disfrutarlo. Soy muy consciente de que esto un día tiene un final y me gusta ser lo más presente y valorarlo lo más posible.
P. Por lo que comenta. ¿Cree que se valora mucho a los tenistas que ganan los títulos y poco a los que son de su perfil?
R. Es complicado. Es como en todos los deportes y como en todos los ámbitos, en la vida siempre lucen más los de arriba. Y al final, el trabajo que hacen los de arriba y los de mitad de tabla es prácticamente el mismo. Supongo que en fútbol se valora más también a los campeones, pero los equipos de mitad de tabla también curran una barbaridad. Los que buscan no descender también curran una barbaridad. Y al final lo mismo pasa un poco en el tenis. Yo creo que a veces, en la historia que contamos de la gente que estamos en esas posiciones entre el 30 y el 200, la gente realmente no las conoce. Hay historias de superación espectaculares. Hay gente que viene de pueblos pequeños o de familias sin recursos que llegan ahí arriba. Todas esas historias a veces se pierden en el camino y solo se ve el éxito y al final hace que el que más éxito tiene es el que más repercusión gana. Pero si contáramos toda la historia, todo el trabajo, todo lo que esa persona ha tenido que pasar para conseguir el premio, que el premio a veces puede ser ser el 200 y a veces el 70, la gente lo valoraría más. Pero bueno, al final es muy difícil realizarlo. A la gente le gusta el show, le gusta el éxito y también se puede entender.
P. ¿Y no le da rabia que ocurra lo que menciona?
R. A mí realmente no, no me preocupa nada. En ese sentido soy muy egoísta. Siempre he pensado mucho en mí y en mi círculo íntimo. Creo que siempre he trabajado lo máximo posible para ser mejor. Creo que yo mismo me debía mucho a mí mismo y lo he conseguido cambiar y buscar cosas para ser mejor y constantemente seguir trabajando. Lo sigo haciendo a día de hoy. Es lo que a mí me divierte y la realidad de esa situación es la que me hace estar orgulloso de lo que hago y sentirme agradecido por la posición en la que estoy. Con lo cual, realmente el reconocimiento es muy bonito, pero la tranquilidad con uno mismo de haber hecho todo lo que estaba en tu mano para mejorar es lo que realmente me deja esa sensación interior de paz y tranquilidad.
P. Se nos acaba el tiempo, no quiero finalizar sin hablar del calendario. Siempre genera debate, pero sigue sin alternativas. ¿Cómo se sale de ese callejón?
R. La solución del calendario es muy complicada. No la hay realmente. A día de hoy el calendario está muy apretado. Hemos dado pasos de gigante a la hora de añadir semanas. Obviamente ganamos más dinero que antes. Eso es una realidad. Entonces es un poco el querer jugar menos, pero ganar más. Pero entonces la solución realmente es muy complicada. Yo por el momento disfruto de lo que hago. Me cuesta muchísimo esfuerzo, tanto a nivel mental como físico, pero mientras me compense lo que recibo por lo que hago, voy a seguir abogando por el tenis. El día que no me compense, no estaré aquí. Obviamente hay soluciones pequeñas que se podrían ir mejorando, pero la realidad es que así como están los torneos a día de hoy, con las licencias que tenemos, los torneos grandes que tenemos y después estas semanas con la selección, que también añaden carga, pero son muy agradecidas, no veo una solución realmente clara al calendario. Apechugar y currar.
P. No nos podemos despedir sin comentar su viral ‘Mágico Munar’. ¿Le llegan los mensajes? ¿Cómo lo lleva?
R. Me lo paso bien en redes (ríe). No soy una persona de estar mucho con el móvil, no soy mucho de mirar redes, pero me llegan los comentarios. Especialmente por mis amigos. La realidad es que mientras la gente disfrute de nuestro deporte siempre desde el respeto y nos apoye, lo valoro positivamente. Me lo tomo bien.
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