Nadal vuelve a claudicar ante Thiem y se despide del Godó
Dominic Thiem superó a Rafael Nadal (6-4, 6-4) y se mete en la final del Trofeo Conde de Godó. El manacorense, campeón de las últimas tres ediciones, no pudo hacer nada ante la perfección del juego del austriaco.
Una nueva exhibición acaba, por segunda semana consecutiva, con la aventura de Rafael Nadal en la gira de tierra batida. Dominic Thiem, en el que fue a buen seguro una de las mejores funciones de su carrera deportiva, se impuso al número dos del mundo (6-4, 6-4) en la segunda semifinal del Trofeo Conde de Godó, que este año verá otro campeón diferente al de las tres últimas ediciones.
Con una actuación extraterrestre, Thiem se convirtió en verdugo de Rafa por cuarta vez en tierra batida, un hito histórico sólo al alcance de Novak Djokovic, y lo hizo con una actuación impecable, de 10 sin ninguna duda, y sobreponiéndose a cada una de las trampas que Nadal le puso en la pista que lleva su nombre antes de claudicar ante un rival al que simplemente, era imposible batir en la tarde del sábado en Barcelona.
Rafa no está en su mejor momento de juego y en uno de sus peores si hablamos de una de sus grandes virtudes: la mentalidad. El tenista manacorense se ha acostumbrado a lo largo de su carrera a penalizar cada momento de debilidad de sus rivales, pero cuatro dobles faltas, cada cual en peor momento, le condenaron a perder su servicio para otorgar la ventaja a una bestia que se confirmaba una vez más como la gran alternativa del manacorense en pistas de tierra batida.
El nivel de juego de Thiem, tocado por una varita casi en cada golpe, impidió a Rafa aprovechar las opciones con las que contó con 3-4 en el marcador para igualar el partido, y una vez consolidado el break y la ventaja, Thiem navegó río abajo hasta cerrar la primera manga del partido y sumar el primer paso hacia la rendición del dueño de la pista central del Godó.
La inspiración de Thiem convertía en inaccesible el obtener ninguna ventaja en el segundo set para Rafa, cuyo nivel podía luchar desde hacía juegos con el del genio austriaco debido al reencuentro con una derecha que recordó a la de sus mejores días. El empate a 2 en el luminoso del segundo set, tras varios juegos sufridos para el jugador y de pleno disfrute del espectador, dibujaba un halo de esperanza para el público presente en el RCT Barcelona, que soñaba con una nueva final de su ídolo. Pero Thiem iba a volver a romperlo todo de un plumazo.
Con golpes absolutamente inverosímiles y, por qué no decirlo, la suerte de su lado como argumento secundario, el austriaco se colocaba con ventaja en el segundo set con un break logrado a base de castañazos, todos ellos cercanos a la línea o en la misma raya, haciendo imposible la estabilidad mental de un Nadal que volvía a fallar una pelota sencilla cuando venían más duras. La eliminación del número dos del mundo estaba más cerca que nunca.
Rafa lo intentó todo sin éxito
La versión más felina de Nadal había vuelto a brillar por su ausencia y Thiem se colocaba, con un juego en blanco, a dos escasos juegos del pase a la final del Godó. El público animaba pero el rostro desencajado del balear, después de haberlo dejado todo sin obtener premio alguno, no hacía presagiar nada bueno.
Borrando las líneas a las que Thiem mandaba sus bombas con cara de incredulidad, Rafa estuvo a punto de ceder de nuevo su servicio para dar por finiquitado el encuentro, pero en un alarde de amor propio sacó adelante el juego para dejar la patata caliente a un Dominic que seguía encendido. Nadal había bajado un punto su nivel por mero agotamiento físico y mental y mientras, un Thiem menos brillante tiraba de piernas y ocurrencias para seguir sumando y colocar el 5-3.
Los nervios a la hora de cerrar el partido pueden llegar a convertir a un jugador en trance en un manojo a merced del rival y sobre todo, del resultado. Thiem sufrió este mal en sus tres peores puntos del partido, que concedieron a Rafa la posibilidad de igualar y tomar el mando emocional con el público detrás. Sin embargo, Terminator volvió a aparecer sobre la pista, a tiempo, para levantar cada una de las oportunidades de rotura de Rafa a ritmo de winner y un minuto después, cerrar con su enésimo ganador un encuentro que pasará a la posteridad en el historial de Dominic.