Nadal se centra en la tierra
Rafa Nadal, tras su renuncia al Open de Australia, centra sus esfuerzos para llegar al 100% a competir en tierra batida
Roland Garros es el gran objetivo de Nadal, también los Juegos Olímpicos, y podría competir en Montecarlo, Madrid, Godó y Roma
Después de un inicio de año ilusionante, coincidiendo con el retorno al circuito tras un año lesionado, Rafa Nadal tiene que lidiar con una nueva lesión que frenará su trayectoria en el que es, cada vez con más probabilidad, el último de su carrera profesional en el tenis. Nadal no podrá disputar el Open de Australia, después de sufrir un microdesgarro muscular en el torneo de Brisbane, por lo que su hoja de ruta, si bien ya estaba enfocada en ese camino, pasa encontrarse centrada totalmente en la temporada de tierra batida.
Cuando Nadal anunció su retorno, incluso en el tramo previo, aún de recuperación y ciertas incógnitas sobre si podría volver a jugar al tenis, el objetivo era claro, y rodeaba a una cita concreta, Roland Garros, y a una superficie, de modo más genérico, la tierra batida. Camino de los 38 años, Rafa Nadal conoce cuáles pueden ser sus limitaciones competitivas al más alto nivel, tras un periodo prolongado de baja, y sabe cuál es la mejor superficie para sus cualidades, en la que ha marcado una época y que le coloca en lo más alto, de manera inalcanzable si echamos la vista atrás y también si tratamos de adivinar lo que puede venir en el futuro.
Rafa Nadal en tierra batida es lo más dominante que se ha visto en la historia del tenis, y así lo demuestran sus 14 títulos en Roland Garros, los 12 en el Masters 1000 de Montecarlo, los 10 en el Masters 10000 de Roma, los 11 en el Trofeo Conde de Godó o incluso los 4 sobre la tierra de la Caja Mágica, en el Mutua Madrid Open.
Además, lo competitivo también se junta con la salud, y es que la tierra batida es la superficie menos lesiva para los tenistas, donde hay que hacer apoyos menos bruscos, y a estas alturas de su carrera, con un problema crónico en el pie –sufre el Síndrome de Müller-Weiss–, la lesión en el tendón del psoas y otras dolencias en la rodilla, para Rafa Nadal es muy relevante competir sobre un suelo en el que reduzca, notablemente, las posibilidades de caer lesionado.
Por todo ello, Rafa Nadal ya miraba hacia la tierra batida desde un inicio, en el planteamiento de su retorno tras un año lesionado, y lo hará ahora más si cabe, cuando debe perderse, de nuevo por lesión, aunque esta vez leve, la gran cita anterior a la temporada de tierra que tenía por el camino, el Open de Australia. Si bien Nadal sabía que, en condiciones normales, no iba a llegar a las rondas finales en Melbourne, la decisión de renunciar a jugar el primer Grand Slam de la temporada viene también dada por el riesgo de recaída, en forma de nueva lesión que le impida disputar los torneos de tierra que tanto desea jugar, puede que por última vez.
El plan de Nadal enfocado a la tierra
Por el momento, y así será al menos hasta que se conozca el diagnóstico de los médicos de confianza de Nadal, se desconoce cuál será el trayecto de Rafa en la primera mitad de temporada, donde se encuentran los meses en los que se disputan los principales torneos de tierra batida. La lesión sufrida por el tenista español, un microdesgarro en un músculo entre la pierna y la cadera, en su zona izquierda, no debería apartarle de la actividad tenística más de dos semanas, según fuentes consultadas, por lo que a partir de ahí, podrá elegir un calendario.
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Nadal quiere jugar en tierra y espera hacerlo en las mejores condiciones y, para ello, paradójicamente, deberá hacerlo antes sobre pista dura, si bien no con el peligro de competir al mejor de cinco sets que hubiera tenido en el Open de Australia. Más allá de que el rodaje es necesario en lo competitivo, el tenista balear no puede permitirse, si está sano, no disputar un torneo hasta la primera cita de la gira de tierra, que está señalada en el Masters 1000 de Montecarlo, que se disputa del 6 al 14 de abril en el Principado monegasco.
Si bien se podría pensar en una presencia de Nadal en la gira americana de tierra batida, con torneos en Buenos Aires y Río de Janeiro, en los que estará, entre otros, Carlos Alcaraz, existe más de un mes de diferencia entre el término de esta y el inicio de Montecarlo, por lo que en términos de rodaje en la superficie tampoco haría demasiado para Rafa. Además, el campeón de 22 torneos de Grand Slam tiene apalabrada su presencia en Estados Unidos, donde el 3 de marzo disputará una exhibición en Las Vegas contra Alcaraz, antes de la celebración de un Masters 1000 de Indian Wells en el que, en principio, estará Nadal.
Los torneos que puede jugar Rafa Nadal
Por ello, podemos pensar en otros dos torneos en los que podríamos ver competir a Rafa Nadal en fechas cercanas, ambos como Indian Wells, disputados sobre pista dura. En primer lugar está el torneo ATP 500 de Acapulco (26 feb al 2 mar), un lugar en el que Nadal siempre se ha sentido muy cómodo y en que ha ganado en un total de cuatro ocasiones, y el Masters 1000 de Miami, que se celebra justo después del de Indian Wells, y que no ve jugar a Rafa allí desde el año 2017.
Después vendrá la tierra batida, donde la idea de Rafa Nadal y su equipo es intentar hacer el periplo completo en el que se ha movido en años anteriores, cuando las lesiones y el desgaste se lo han permitido. Así las cosas, el calendario comenzaría en el Masters 1000 de Montecarlo, para continuar en el único torneo que ha confirmado la inscripción del balear, el Trofeo Conde de Godó, para continuar en Madrid, con el Mutua Madrid Open, y finalizar la preparación de alto nivel en el Masters 1000 de Roma, antes de viajar a Roland Garros, donde debe darse la cita central de la temporada de Nadal, del 26 de mayo al 9 de junio, así como también un extra, posterior pero casi igual de importante, los Juegos Olímpicos de París.