Muriqi envía al Atlético al derribo
El Mallorca agudiza la crisis rojiblanca, que se va al parón fuera de la Champions
Ya falla hasta Oblak, responsable directo del gol de Muriqi
El equipo queda marcado y ya se duda hasta del partido de Copa ante el Almazán
Un gol de Muriqi tras un grave error de Oblak agudiza la crisis del Atlético, que se va al parón del Mundial fuera de la Champions y en situación de derribo absoluto. Ni un solo jugador estuvo a la altura mínima exigible en Son Moix, comenzando por un Simeone totalmente desactivado que no encuentra la solución para salir del agujero negro en el que se ha metido el equipo. El Mallorca fue el gran beneficiado. Se encontró con un gol en su primera llegada y luego sólo necesitó cerrarse atrás para sumar tres puntos claves.
El Atlético es un muerto en vida. Una sombra que pide a gritos la interrupción del Mundial para que acabe una pesadilla que en un solo mes ha dejado al equipo fuera de Europa y sin la menor opción en la Liga. La crisis es cada vez más profunda y ya afecta a toda la plantilla. Griezmann, que había sostenido algún resultado, no tiene ni la menor incidencia en los partidos y ya, para colmo, ni siquiera funciona Oblak. Un error impropio del esloveno permitió al Mallorca explotar la debilidad rojiblanca y ponerse en ventaja en su primera llegada. A partir de ahí, el vacío. El vacío absoluto.
A los ocho minutos Álvaro Morata tiró un desmarque de ruptura maravilloso al que respondió Nahuel con un pase a la altura. El internacional se quedó solo ante Rajkovic, algo escorado pero con opción clara de disparo. Sin embargo pecó de exceso de generosidad y acabó retrasando el balón hacia Griezmann, que tenía encima a Copete y carecía de posibilidades reales de remate.
El Mallorca tardó en responder porque el Atlético tiró muy arriba la presión, pero a los doce minutos le cayó un balón a Muriqi fuera del área y, por supuesto, el kosovar fue mucho más egoísta que Morata y probó el disparo sin demasiada suerte, pero consiguiendo con el remate el propósito de demostrarle a su rival que estaba preparado para presentar batalla.
Y tanto que lo estaba. Más que nadie. Cuatro minutos más tarde tres jugadores del Atlético fueron a por el mismo balón, ninguno lo despejó y el rechace se lo quedó Antonio Sánchez, que remató raso desde fuera del área sin que Oblak pudiera blocar, lo que permitió a Raíllo tocar sobre Jaume Costa y éste enviar al punto de penalti, como no, Muriqi no tuvo más que empujar a la red.
El Atlético dio la réplica de inmediato, pero Morata sigue maldecido por el VAR. El internacional volvió a tirar un desmarque fantástico y esta vez sí resolvió ante Rajkovic, pero González González tiró líneas en la sala VOR y descubrió que el delantero estaba unos centímetros adelantado. Muy poca distancia, pero lo suficiente para anular el gol.
Simeone, visiblemente enojado por la nueva demostración de desidia del equipo, señaló a Nahuel, cuyo fichaje impuso en verano, y le mandó al banquillo antes de la primera media hora. Correa pisó el césped para irse arriba y Llorente se fue al lateral en busca de más profundidad, pero tal y como eligió al defensa argentino hubiera podido caer cualquier otro. Carrasco, sin ir más lejos, ni siquiera había aparecido en el partido.
Ni el belga ni ninguno de sus compañeros hicieron acto de presencia en lo que quedaba una infame primera parte para los rojiblancos, que no pudieron ni siquiera arañarle a un Mallorca que se llevó una muy mala noticia antes del descanso porque a los 44 minutos Baba cayó lesionado. A la espera de saber el alcance, el ghanés se fue llorando al banquillo. Se juega el Mundial de Qatar.
La segunda parte comenzó con una dejada de Carrasco a Witsel, pero la conexión acabó en nada porque el centrocampista golpeó al aire en vez de darle al balón. Tampoco estuvo acertado Muriqi en la primera aparición del Mallorca tras el descanso. Jaume Costa le regaló otro pase de lujo, pero esta vez el goleador cabeceó muy desviado.
Morata surgió por una vez de entre las sombras para obligar a intervenir a Rajkovic, en la jugada previa en la que Simeone volviera a maniobrar con Lemar en sustitución de un desaparecido Carrasco. Luego fue el turno de Koke y, por fin, del debutante Reguilón, pero no cambió nada porque el Atlético podría estar jugando días y días sin ser capaz de marcar. Morata remató a bocajarro a los 82 minutos y le entregó el balón al portero, luego Correa prolongó al área sin que nadie fuera capaz de rematar y, ya para colmo, Rajkovic le sacó el empate a bocajarro a Morata en el 86. La situación es tan desesperada que ya asusta hasta el Almazán, rival el sábado de los rojiblancos en la Copa del Rey.