Muere Miguel de la Quadra-Salcedo, todo un icono del atletismo español

A sus 84 años, Miguel de la Quadra-Salcedo ha fallecido este viernes en su domicilio de Madrid, según ha informado su hijo Rodrigo de la Quadra-Salcedo. Por algunos era conocido como aquel famoso reportero televisivo que recorría el mundo de un lado a otro o el capitán de la Ruta Quetzal, anteriormente conocido como Aventura 92. Un programa que creó a sugerencia del Rey Juan Carlos en 1979.

Pero antes de meterse en el mundo del periodismo, Miguel fue uno de los mejores atletas que ha tenido el deporte español en toda su historia. Fue de los pocos que dio alguna a alegría a los españoles en los años 40. Eran unos tiempos de hambre y miseria en el pueblo hispano. La pobreza se adueñó de la población.

«Muchos boxeadores y luchadores se pasaron de su peso. Porque en España se comía poco por entonces y en la Villa Olímpica sí había de todo y cuanto se quisiera. Y claro, todo el mundo aprovechó», recordaba Miguel.

Cuenta que entrenaban como podían, no contaban con los recursos y patrocinadores que hay hoy en día: «Pedro Escamilla, un gran periodista, lo que leíamos en L’Equipe y el entrenador italiano Giovanni Mova, traído por la Federación Española, nos daban referencias internacionales. Yo me compraba todo el material». Miguel estuvo a punto de convertirse en el primer plusmarquista mundial de la historia de nuestro país.

Inventor de la jabalina al estilo español

Uno de sus mayores logros ha sido la creación de la jabalina al estilo español a mediados de los años 50. A su retirada deportiva, Miguel contaba con un palmarés envidiable. Entre las modalidades de lanzamiento de peso, disco y martillo consiguió un total de 14 récords nacionales y 15 títulos nacionales.

Algo a la altura de muy pocos. España era toda una privilegiada de contar con un deportista como Miguel de la Quadra-Salcedo. Aunque ahí no acaba todo. Con la jabalina consiguió el mayor logro de su carrera deportiva y a punto estuvo de formar parte de los libros de historia mundial del deporte con su récord.

Entre él y el lanzador de barra vasca Félix Erausquin, encontraron la forma de adaptar dicho instrumento a la jabalina. Una manera muy peculiar, similiar al del lanzamiento de disco. Usaba una técnica giratoria jamás vista, considerada como «el estilo español». Extraña pero muy efectiva, calcada al lanzamiento de peso. Antes de soltar la jabalina, el atleta daba tres vueltas sobre sí mismo y luego lanzaba.

Tanto que en 1956 superó el récord del mundo del lanzamiento de jabalina en 20 metros. Por aquel momento estaba en 80 metros, pero Miguel de la Quadra-Salcedo consiguió alcanzar los 100 metros.

Rídiculo de la IAAF: anula el récord

A pesar de su grandiosa gesta, la IAAF (Asociación Internacional de Federaciones de Atletas) anuló la marca alegando que era peligroso para el público. En su opinión durante el giro de la punta de la jabalina apuntaba hacia el público. Una excusa barata para no otorgarle un mérito más que merecido, ya que en el lanzamiento de martillo sucedía lo mismo.

Al final la marca no quedó registrada en la lista de récords mundiales. Aunque sí quedó guardada en la historia del deporte mundial. 60 años después la gesta conseguido por Miguel de la Quadra-Salcedo sigue grabado a fuego en la memoria de todos los españoles como si fuera ayer.

Miguel no se lo podía creer. Se quejó una y otra vez, con razón. Toda España puso el grito en el cielo clamando justicia. «Se cometió una injusticia, pues se cambió tres veces el reglamento para anular mi estilo. Pero eso nunca había sido retroactivo, y en mi caso sí lo fueron», recriminaba. Además, disputó los Juegos Olímpicos de Roma en 1960.

Pese a todo, Miguel de la Quadra-Salcedo será recordado por ser el creador del «estilo español». Una técnica nunca vista que le alzó a lo alto del atletismo mundial y entró a formar parte de los libros de historia de este deporte. Además cuenta con un récord mundial bajo el brazo, pese a lo que digan en la IAAF. Un gran atleta que supo convertirse en todo un icono de este deporte a base de esfuerzo y sudor en unos tiempos difíciles en España, nadie le regaló nada. Gracias Miguel. Descanse en paz.