PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 24

Memphis y Griezmann le regalan el tercer puesto a Simeone

El holandés marca dos goles en 26 minutos en su primera titularidad con el Atlético

El francés imparte un master repartiendo dos asistencias y culminando su noche con un golazo

El equipo jugó la mejor media hora del curso, pero los errores defensivos ensuciaron su partido

Morata, con dos goles, se reivindicó en una noche para recordar

Atlético Sevilla
Tomeu Maura

La noche de Simeone fue la noche de Memphis Depay  y de Antoine Griezmann, que le hicieron a su nuevo entrenador el mejor de los regalos en el partido en el que se convertía en leyenda rojiblanca. El Sevilla fue totalmente superado por un Atlético que exhibe un magnífico estado de forma y que diez jornadas después recupera el tercer puesto de la clasificación gracias a la mejor primera parte de la temporada y a la efectividad del delantero holandés, que antes de cumplir la primera media hora de su primera titularidad ya había marcado dos goles, y al enorme talento del media punta francés, que no sólo dio dos asistencias, sino que culminó su gran actuación con un golazo espectacular que, por supuesto, corrió a celebrar con Simeone.

El Memphis que llegó en enero del Barcelona tiene poco que ver con el jugador que apareció hoy sobre el terreno de juego para demostrar que está en el camino de resolver el problema de gol que tantas lágrimas ha costado en este curso. Es capaz de asociarse, de tirar desmarques de ruptura y, sobre todo, disfruta del duende ante la portería adversaria que tanto se le ha resistido a Morata, a pesar de su doblete de hoy. En sólo un partido como titular se ha revelado como el cómplice perfecto para Griezmann, que necesitaba un delantero así a su lado. Lástima que llegue tan tarde a la fiesta.

Estimulado por un estadio lleno y decidido a obsequiar a su entrenador con una victoria en un día tan especial, menos de dos minutos tardó el Atlético en crear su primera ocasión. Y muy clara. Lemar habilitó a Memphis, que pisó solo el área, pero el control le salió mal y dio opción a Bono para meter la mano y envió el balón a córner ante la desesperación de Simeone, totalmente consciente de lo que le cuesta a su equipo marcar goles. Lejos estaba de imaginarse de lo que le esperaba.

Sin embargo en esta ocasión el error del holandés fue solo el preludio de lo que estaba por venir, una primera media hora arrolladora, digna de la mejor versión del Atlético campeón de hace dos temporada, y que tuvo precisamente en Depay al ejecutor del magnífico fútbol rojiblanco, primero al resolver un mano a mano ante Bono tras pase de Griezmann, y luego al soltar un zapatazo imparable desde fuera del área tras acción iniciada por el francés. A los 26 minutos el marcador estaba 2-0 y en la grada el público se frotaba los ojos para confirmar si lo que estaba viendo era real o se trataba de un espejismo.

El Metropolitano rugió como nunca para festejar los goles de su nuevo ídolo mientras Sampaoli en la banda pedía explicaciones y sus jugadores, hundidos, empezaron a achicar agua como podían, pero de repente, de la forma más inesperada posible, un exceso de confianza de Giménez, que permitió centrar desde la banda al senegalés Pape Gueye para que En-Nesyri, en el área pequeña, fusilara a Oblak, permitió al Sevilla, que trataba por todos los medios de llegar al descanso con el menor castigo posible, se metiera de nuevo en el partido y despertara las dudas de siempre en la defensa rojiblanca.

El Atlético volvió del vestuario rabioso por su error y decidido a volver a someter al Sevilla. Tardó poco en conseguirlo. A los 52 minutos Griezmann tomó un balón en el borde del área, lo acomodó a su zurda y soltó un latigazo tremendo a la escuadra. El máximo goleador de la era Simeone no podía faltar a su cita esta noche y lo primero que hizo fue irse a la banda para fundirse en un abrazo con su entrenador y amigo.

Casi de inmediato tuvo el 3-2 el Sevilla en un error de Savic que desperdició Suso solo ante Oblak y Simeone, que quería evitar que se repitiera el escenario de la primera parte, reaccionó de inmediato llamando a su lado a Pablo Barrios y Morata. La jugada le salió redonda. Griezmann mandó a correr a Llorente, que pisó el área para cederle el balón al canterano quien, de primera, habilitó a Carrasco en el segundo palo para que el belga, en su partido 250 con el Atlético, marcara el 4-1 que pareció definitivo.

A la noche, sin embargo, le quedaba aún mucha tela que cortar. Para no faltar a la costumbre los árbitros metieron mano en el partido y Cuadra Fernández interpretó como penalti una caída de Papa Gueye, que en cuanto notó el contacto de Llorente se cayó como si lo hubiera derribado el Quinto de Caballería. Rakitic tuvo la ocasión de acercarse en el marcador, pero a pesar de haber engañado a Oblak su disparo se estrelló en el poste.

Reconfortado por haberse librado del 4-2, el Atlético hizo trizas a un Sevilla que arrojó la toalla. Griezmann culminó su noche triunfal con otra asistencia, ahora a Morata, que tras recoger el rechace de Bono remachó a placer para marcar su octavo gol de la temporada.

Ante un rival destrozado Morata cerró la fiesta con el sexto en el descuento. Simeone no pudo haber tenido mejor día para celebrar que se ha convertido en leyenda rojiblanca. Ahora tiene por delante 14 partidos para conservar el tercer puesto, pero sin duda está en el buen camino.

 

Lo último en Deportes

Últimas noticias