Montoro ha logrado que los clubes de Primera deban 510 millones menos a Hacienda que hace cuatro años

Aunque llevan apretándose el cinturón desde que comenzó la legislatura de Rajoy, los clubes españoles siguen en números rojos con Hacienda. La deuda del fútbol profesional con la Agencia Tributaria cuando Montoro asumió la cartera de Hacienda y Administraciones Públicas era de 752 millones de euros, traducido a pesetas de las de antes más de 125.000 millones. Hoy, con los cuatro años de mandato del PP a punto de expirar, la cifra se ha rebajado a 242 millones en lo que respecta a los clubes de Primera división.

En el momento en que la crisis económica golpeaba con más dureza a las empresas españolas, muchas de ellas abocadas al cierre, y también a las familias, que vieron cómo muchos de sus miembros (o todos) acababan en el paro, el fútbol tenía barra libre para no estar al día con la Agencia Tributaria. Eso fue así hasta que saltaron todas las alarmas en el Ministerio de Hacienda y Montoro empezó a llamar a la puerta de la Liga de Fútbol Profesional para exigir el pago de las enormes cantidades adeudadas.

Al comienzo de la legislatura de Rajoy la deuda de los clubes con la Agencia Tributaria era de 752 millones

Algunos clubes, como el Atlético de Madrid, llegaron a un acuerdo con Hacienda para aplazar el pago de una deuda que llegó a ascender a 180 millones de euros y hoy se ha reducido a 60. Aunque pueda parecer –porque de facto lo es– un trato de favor del Gobierno al fútbol con respecto a las empresas privadas, era la única manera de que el erario público español cobrara el dinero que debían los clubes.

Después de que Montoro se pusiera serio con la Liga de Fútbol Profesional, los clubes rebajaron su deuda con Hacienda en 100 millones en trece meses: de 752 millones en diciembre de 2011 a 650 en enero de 2013. La cifra seguía siendo inasumible y el Gobierno trazó un plan para que el fútbol pagara a la Agencia Tributaria como el resto de las empresas y familias de nuestro país.

El 18 de septiembre de este mismo año, Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, sacaba pecho al anunciar, tras reunirse con el Consejo superior de Deportes, que la deuda con Hacienda se había rebajado hasta los 317 millones de euros. «En apenas tres años, la deuda se ha reducido más de un 50 por ciento», dijo entonces un sonriente Tebas, que añadió: «Todo se ha llevado a cabo sin que los clubes españoles hayan experimentado una pérdida de capacidad competitiva. Tenemos los mejores jugadores, los mejores equipos y los mejores dirigentes del mundo. Nuestro objetivo es acercamos cada vez más a la primera liga del mundo, económicamente hablando, que es la Premier».

También Miguel Cardenal, presidente del Consejo Superior de Deportes, presumía en aquel mismo acto de que «la salud financiera del fútbol profesional es muy satisfactoria. Por primera vez en la historia, los clubes dan beneficios en vez de perdidas. De los 42 clubes profesionales, entre 39 de ellos la deuda agregada apenas supera los 100 millones de euros», aseguraba entonces el máximo responsable del CSD.

La realidad es que la deuda de los clubes profesionales con Hacienda sigue siendo enorme. Es cierto que se ha reducido considerablemente gracias a las medidas de ajuste económico y a la vigilancia de los inspectores de Montoro, pero que, a 20 de noviembre, la Primera división española deba todavía más de 240 millones –concretamente, 242.065.843 euros y 60 céntimos– a la Agencia Tributaria sigue siendo una cifra que en cualquier otro sector económico habría supuesto el cierre de las empresas deudoras.