La plantilla del Real Madrid lo tiene claro: «Nuestro problema no es futbolístico, es mental»
«Nuestro problema no es de fútbol ni de actitud, es mental». La plantilla del Real Madrid reconoce que lo ocurrido en los tres últimos partidos ante Sevilla, Barcelona y Shakhtar –en los que han encajado diez goles– no tiene una explicación ni en lo puramente futbolístico ni en una aparente falta de actitud, sino que es más una situación de «bloqueo» cada vez que el equipo sufre un revés en forma de gol encajado.
Los jugadores hacen autocrítica y saben que «es imposible que ganemos títulos si encajamos tres goles por partido», pero también son conscientes de que la situación tiene arreglo. En gran parte del encuentro de Champions ante el Shakhtar al Madrid se le vio con otra cara, un equipo que quiso ser protagonista y creció a partir del balón, un equipo radicalmente distinto al que cayó goleado en el Clásico ante el Barcelona.
Sin embargo, en cuanto cayeron dos goles seguidos del Shakhar, al Madrid le flaquearon las piernas. Acabó encajando el tercero y casi pidiendo la hora para salvar por 3-4 un partido que tenían más que ganado a falta de media hora para el final. Los futbolistas achacan estos diez minutos negros a «falta de confianza».
En el vestuario admiten que la derrota de Sevilla hizo mucho daño en la moral del equipo. Hasta el partido del Pizjuán el Madrid no había estado por detrás en el marcador ni un solo minuto en todos los encuentros oficiales que había jugado. En el estadio hispalense los blancos también se pusieron por delante con el gol de Sergio Ramos, pero con el cambio del capitán y el empate sevillista, el Madrid acabó derrumbándose y perdiendo 3-1.
La plantilla del Madrid, sin embargo, cree que el partido ante el Shakthar puede ser un punto de inflexión en una temporada en la que todavía están por decidirse todos los títulos. «El camino es jugar como en Ucrania, tener el balón, presionar y ser ofensivos», dicen los futbolistas del equipo blanco, que están convencidos de que la crisis de confianza que atraviesan es pasajera y que se acabará curando con los buenos resultados.