Entrevista OKDIARIO

El ‘descubridor’ de Rodri, el Balón de Oro «inteligente»: «Con 12 años ya entendía todo a la primera»

Fran Alcoy, su entrenador en las categorías inferiores del Atlético, fue el primero en situarlo como pivote

El técnico destaca la inteligencia e interpretación del juego de Rodri desde infantiles

Los orígenes del Balón de Oro en el Rayo Majadahonda: "Rodri de niño ya estaba muy centrado"

rodri hernández
El descubridor de Rodri Hernández nos cuenta sus inicios.

Una tarde, enrarecida en París, desembocó en una noche histórica para el fútbol español en general y Rodri en particular. El jugador del Manchester City y de la selección español recibió el testigo de Luis Suárez y se convirtió, 60 años después, en el segundo Balón de Oro masculino del balompié nacional.

Un triunfo, esquivo para el fútbol español, que reconoce la normalidad de un perfil de futbolista en peligro de extinción. Rodri es, además de un futbolista excepcional, un tipo normal. No tiene redes sociales, tampoco tatuajes en su cuerpo no es despampanante, juega con la camiseta metida por dentro, no abandera movimientos sociales ni su imagen es protagonista de grandes campañas publicitarias.

Representa la sencillez en un mundo, el del fútbol, tan extravagante con el paso de las temporadas. Una vida alejada de los focos que practica desde que entrara en la cantera del Atlético de Madrid en 2007. La bienvenida se la dio Fran Alcoy, primer entrenador que tuvo Rodri en la academia rojiblanca. «Nadie conocía a Rodri, el nuestro fue su primer equipo. Es un orgullo verle ahora ganando el Balón de Oro. Siento orgullo como entrenador suyo y como español. Es una realidad del fútbol mundial. Se ha convertido en el mejor pivote del mundo», detalla Fran, al que no se le borra la sonrisa del rostro durante su conversación con este periódico.

Alcoy fue su ‘descubridor’ futbolístico. El primero que le colocó como pivote durante su etapa en el fútbol de formación. Intercaló partidos en los que también jugó de ‘ocho’, pero era en el pivote donde marcaba las diferencias que, tras el paso de los años, han certificado su consagración como Balón de Oro.

«Cuando le entrené era más bajito que el resto, no había desarrollado todavía el cuerpo de otros, pero se le veía que esa era su posición. Ahí hay que ser inteligente para entender el juego desde la posición. Hay que hacer correr al balón y él lo entendía a la perfección, cosa que no es fácil de hacer. Con balón jugaba parado y sin balón apretaba como el que más», recuerda Fran Alcoy a OKDIARIO.

En aquella camada coincidió con futbolistas que actualmente están asentados en la élite europea, como Lucas Hernández. «Es un jugador diferencial. En el mismo equipo tuve jugadores de alto nivel, pero él era talento puro. Para la edad que tenía hacía cosas fuera de lugar. Te das cuenta de que no es normal. Tenía doce años y todo lo que le explicaba lo entendía a la primera. Siempre ha sido muy inteligente», asegura Alcoy.

La figura de Rodri traspasó fronteras desde su etapa formativa. «Recuerdo que jugábamos torneos internacionales contra las mejores canteras del mundo y era diferencial. Llamaba la atención. Los rivales se fijaban desde que era pequeño. Era muy bueno desde muy pronto y, aunque más bajito que otros porque todavía no había desarrollado, se le veía que era diferencial», rememora Fran.

La altura fue uno de los desencadenantes de su salida del Atlético de Madrid rumbo a Villarreal. Regresó al equipo rojiblanco y una temporada fue suficiente para llamar la atención de Guardiola que lo convirtió en el ancla de su Manchester City. Una carrera marcada por la sencillez, sentido de la responsabilidad y una posición, la de pivote, ‘descubierta’ por Fran que el propio Rodri le ha agradecido en varias ocasiones.

«Me agrada que le marcaran los inicios conmigo. Le marqué las pautas que creía que debía seguir. Algo le ayudaría», afirma Alcoy entre risas. «Después ha tenido grandes entrenadores, pero es verdad que fui el primero en ponerle en el pivote. Recuerdo que era muy inteligente. Entendía todo a la primera. Hay futbolistas con los que estás un año y no terminan de aprender y él, con doce años, lo comprendía todo a la primera», añade.

Rodri sigue rompiendo moldes. Alejado del ruido mediático y sin llenar portadas. Con la misma sencillez con la que cogía aviones entre semana para ir de Mánchester a Castellón a realizar exámenes universitarios y volver por la tarde a Inglaterra. Rodri, el Balón de Oro sencillo e inteligente.

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