La Liga de ‘Los otros’
El Real Madrid fue un tsunami en Riazor. Demostró que tiene una plantilla sobrada de calidade y arrolló al Depor en 20 minutos primorosos en los que se puso 0-2 y debió marcar media docena. Tras perdonar un saco de ocasiones, los locales acortaron distancias pero fue un espejismo. Lucas Vázquez hizo el 1-3 al filo del descanso y el segundo tiempo fue un chorreo del equipo de Zidane. Isco completó otro partido de puerta grande, Asensio maravilló de todocampista y James se cascó un doblete como en sus buenos tiempos.
Los tiene cuadraos. Zidane, digo. Que el Real Madrid se juega la Liga en Riazor después de meter la pata en el Clásico, tranquilos, meto nueve cambios en el once y me quedo tan pichi. Eso no es rotar, es centrifugar. Para que se hagan una idea, que me enrollo. De los que jugaron ante el Barça el domingo sólo repetían dos: Nacho, porque sin Ramos y Marcelo no hay más centrales, y Marcelo, porque poner a Coentrao habría sido hacer un Nicolas Cage en Leaving Las Vegas: un puñetero suicidio.
He aquí el once que presentaba el Real Madrid ante el Deportivo. De portero, Kiko Casilla (¡bien!). En defensa, Danilo, Varane, Nacho y Marcelo. En el centro del campo, Kovacic, Isco y James. Y arriba, Lucas Vázquez, Morata y Asensio. Con un par. Cristiano y Kroos viéndolo por la tele en Madrid. Ramos, sancionado, y los lesionados Pepe y Bale, también sufridores en casa. En el banquillo, Keylor, Carvajal, Casemiro, Modric o Benzema. Lo dicho: Zidane los tiene cuadraos.
El Real Madrid de Los Otros salió con prisa a por la Liga. 53 segundos tardaron los chicos de Zidane en abrir el marcador de Riazor. Fue una buena presión de Danilo, que le robó la cartera a Kakuta. El brasileño se la dio a Isco, que inventó un pase filtrado a Morata. El punta aceleró, se plantó ante Lux y le batió por el palo corto. El Madrid se sacudía la presión con un 0-1 más tempranero que un registro de la Guardia Civil.
La estampida blanca de inicio pilló por sorpresa a un Deportivo que no esperaba a un Madrid tan furioso. El segundo lo evitó Lux al salvar un mano a mano a Asensio en el minuto 5. Y un disparo desde la frontal de Isco en el seis se marchó fuera tras tocar en el poste. El Real Madrid había salido en modo apisonadora.
El Madrid, en modo apisonadora
A los diez, con un vértigo insoportable, Morata también tuvo un mano a mano que salvó Lux a bocajarro. El Real Madrid bien podía haberse puesto 0-3 en un decir amén. La actitud de los jugadores de Zidane era impecable, arrolladora, poderosísima, valiente. Posiblemente, era el Madrid más demoledor de la temporada. A los 12 otro tiro al poste, esta vez de Marco Asensio. No es que el Madrid hubiera salido mandón, es que había salido dictador.
El segundo, se venía venir, lo marcó James en el 13 tras una cabalgada de Kovacic, que asistió a Lucas Vázquez. El gallego la puso al área y allí apareció el colombiano para marcar el 0-2 al primer toque. El Real Madrid era la película Jumanji pero puesta a cámara rápida.
Intento contarles cosas, a ver si me da tiempo. Kovacic gobernaba el medio, Isco sacaba la varita entre líneas, Asensio y Lucas eran dos trenes del AVE por las bandas, James y Morata campaban a sus anchas en el área del Deportivo. Era una sinfonía bella, agresiva y perfecta. En el 17, gol mal anulado a Morata que podría haber sido el 0-3. Y en el 18 lo rondó Isco de falta directa. El Madrid había metido la hipervelocidad.
A partir del 20 los blancos se tomaron un respiro como un funcionario que baja a la hora del café. Ya les tocaba. No les duró mucho porque en el 25 otra buena presión de Morata se convirtió en el tercer mano a mano que sacaba Lux, esta vez a Lucas Vázquez. En el 31 Morata se disfrazó de Higuaín para fallar uno de esos goles que El Pipita solía errar con frecuencia. A menos de diez metros de la portería y solito ante Germán Lux le pegó un pelotazo en la cara.
Perdona… y lo paga
El Real Madrid seguía haciendo música con los pies, pero en el área sus violines desafinaban. Podía llevar media docena, pero sólo iban 0-2. Zidane se tiraba de sus (figurados) pelos en el banquillo. Y en el 34, lo que tantas y tantas y tantas y tantas veces hemos contado: el que perdona, lo paga. El Deportivo llegó al área del Madrid, Danilo no acertó a despejar, Kakuta la puso al medio y Andone marcó con la espinilla. Pues eso: después de su mejor media hora de la temporada, los blancos volvían a poner en peligro un marcador por su falta de puntería.
El resultado era más ficticio que la democracia en Venezuela, pero el Real Madrid estaba pagando caros sus errores ante Lux. Una mano de Casilla a disparo de Carles Gil evitó que su equipo entrara (otra vez) en modo de histeria. Que también pudo llegar (la histeria, se entiende) después de un despeje de puños del meta del Madrid, que rechazó en un jugador del Depor. Y como el partido era de frenopático, en el 44 llegó el tercero del Real Madrid. Isco creó, Marcelo aceleró y asistió y Lucas Vázquez marcó.
El descanso fue un alivio al desenfreno. Se hizo más corto que el vertiginoso primer tiempo. El Real Madrid salió a mandar también en la segunda parte. Monopolizaba la pelota, pero luego se replegaba para no dejar espacios al Deportivo. Jugaba inteligentemente con el resultado, para no volverse loco como le ocurrió en el Clásico.
Isco brilla, Asensio acelera
Una contra meteórica lanzada por Asensio se convirtió en un mano a mano que Lucas Vázquez echó fuera. La pelota alcanzaba otra dimensión en los pies de Isco y otra velocidad en los pies de Marco. El Deportivo intentó apretar, pero sólo podían perseguir sombras. Tocaba, tocaba y tocaba el Madrid, mientras que los blanquiazules sólo podían perseguir a los blancos.
El cuarto cayó en el 66. Kovacic recuperó un balón en el centro del campo, Isco volvió a inventar en una asistencia genial a Morata, que dribló a Tyton y asistió a James para que hiciera el 1-4. El Real Madrid bailaba al Deportivo hasta con el pie levantado.
Isco redondeó su noche antológica al marcar el quinto al filo del 80. El pase lo dio Lucas Vázquez con el Depor ya en plena descomposición y Riazor con un mosqueo enorme. Tras el quinto, que no fue malo, Zidane metió a Casemiro y Mariano por Isco y Asensio, ambos con la sensación no ya de la misión cumplida, sino de haberse salido.
Pasaron los minutos finales, Joselu de cabeza hizo el 2-5 y Casemiro con el pie el 2-6 final. El Real Madrid selló su victoria en Riazor con un contundente set. Posiblemente, fue uno de los mejores partidos del equipo de Zidane en toda la temporada. Un partido sin Keylor, Carvajal, Pepe, Ramos, Casemiro, Kroos, Modric, Bale, Benzema y Cristiano que demuestra claramente que, si el Madrid gana esta Liga, será también La Liga de Los otros.