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Defensas de cinco: la nueva moda en Atlético, Barça y Real Madrid tras la pandemia

Atlético, Barça y Real Madrid han apostado esta temporada por la defensa de cinco, con tres centrales y carrileros profundos que han dado una nueva identidad a sus equipos

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Atlético de Madrid, Barcelona y Real Madrid.

Que el coronavirus ha revolucionado el mundo del fútbol es una obviedad. Revolucionar, cambiar, transformar, mutar… viene a ser lo mismo en este caso. Si lo primero que provocó fue el silencio y la soledad en los partidos huérfanos de aficionados, luego llegó la crisis económica y las consecuencias de ello. Es una fase de supervivencia, de subsistencia ante lo nuevo, ante esta nueva tesitura que también está teniendo su eco sobre el césped.

El fútbol es un deporte repleto de cambios, constantes y que llevan siempre hacia una nueva dimensión o escenario. La pandemia está dejando un fútbol más físico y táctico, donde está imperando un modelo de fuerza y constancia, de máxima exigencia en las presiones y que necesita de una velocidad más, de un segundo menos. Uno de los cambios más notables y que se está viendo repetido en muchos equipos radica en el sistema: vuelve la línea de cinco.

Particularmente en España, los tres grandes equipos, los tres candidatos este curso al título liguero, han terminado decantándose por un sistema, con sus diferencias, pero que emplea tres centrales y carrileros largos y profundos, reforzando el centro del campo y permitiendo que los delanteros brillen más cerca de las proximidades del área. Si primero fue el Cholo Simeone en el Atlético de Madrid, luego le siguió Ronald Koeman en el Barça y el último en apostar por esta vía ha sido Zinedine Zidane con su Real Madrid.

Y es curioso, principalmente porque los tres equipos han tenido formaciones muy reconocibles en estos últimos años. Desde el 4-4-2 del Atleti, pasando por el 4-3-3 del Barça o el 4-1-4-1 del Madrid. Son casi fáciles de recitar en las últimas temporadas y la llegada de este curso ha llevado a que los tres equipos converjan en un mismo sistema.

Simeone ya venía probando desde hace tiempo la posibilidad de plantear en sus sistemas la idea de los carrileros profundos. La llegada de Yannick Carrasco, el papel de Saúl como lateral, Trippier, el físico y la velocidad de Llorente… la lista de piezas en ese sentido daba variedad al entrenador argentino que encontró rápido una manera de que fluyeran, también de no alejar tanto del resto de compañeros a Suárez, así como una nueva dimensión para jugadores como Joao Félix y Lemar. Savic, Giménez y Hermoso son el trío de centrales.

Koeman cambia al Barcelona

El Barça de Koeman es sin lugar a dudas el que mejor ha rentabilizado en cambio de sistema. Un equipo repleto de dudas y con una notable falta de solidez defensiva, que provocaba errores con más frecuencia de la esperada, que pudo ser solventada con la línea de tres. La recuperación de Gerard Piqué en la zaga llevó al holandés a apostar por ello, aunque esto provocara en un primer momento sacar del plan inicial a un Antoine Griezmann que no termina de explotar.

Los culés pasaron a jugar con un 3-4-1-2 por encima de todo, independientemente de los jugadores disponibles, incluso optando por colocar a De Jong como tercer central. Busquets y el mencionado holandés han acostumbrado a ser el nuevo doble pivote permitiendo una absoluta liberación tanto a Pedri para pulular por todo el centro del campo como para Leo Messi y Ousmane Dembélé al frente del ataque en una nueva dimensión futbolística para el francés. El juego de Jordi Alba y Dest por los costados, así como Mingueza, se han visto reforzados con este nuevo esquema.

El último en subirse al carro de los tres centrales ha sido un Zinedine Zidane poco partícipe de cambios radicales. Fue un acierto, por ejemplo, ante el Atalanta. El Madrid fue capaz de anular completamente al cuadro italiano pese a la fuerza y el poderío físico que acostumbra. El gran nivel de Nacho como central y la vuelta de Sergio Ramos como líder de la línea de tres permitieron una prueba que funcionó.

Lucas Vázquez ha resultado ser un carrilero formidable ante la ausencia de Carvajal, aunque este también podría cumplir con creces ese cometido. Más de lo mismo con Ferland Mendy por la izquierda. Sin Casemiro, Kroos, Modric y Valverde actuaron en el centro del campo colapsando cualquier idea creativa italiana. Vinicius resultó ser un complemento ideal para Benzema como segundo delantero y no como extremo, aunque siempre intentara buscar la banda, sobre todo la izquierda.

Atlético, Barça y Madrid ya se han adaptado a esta nueva tendencia futbolística con tres centrales y carrileros largos que tan buenos resultados les están dando. La idea pronto será empleada por otros así como tendrá también rápidamente fórmulas para ser contrarrestadas de la mejor de las maneras. Se abre un nuevo escenario en el fútbol español, tomen asiento.

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