La decadencia de Anderson: de ganar la Champions con Cristiano a ser detenido y condenado a prisión
Hace más de una década, un joven Anderson destacaba en el Manchester United
Ahora ha sido detenido y condenado a prisión
Por no pagar la pensión alimenticia de sus dos hijos
Hace más de una década, un joven Anderson destacaba en el Manchester United, que le fichó por 32 millones de euros después de despuntar con el Oporto. El brasileño llegó a Inglaterra y ganó la Premier y la Champions League con los Diablos Rojos y la Copa América con Brasil, además de ser Golden Boy. Sin embargo, su carrera no fue tan exitosa como parecía, y en lo personal ha tenido muchos problemas. De hecho, esta misma semana un juez brasileño decretaba su ingreso en prisión por no pagar la pensión alimenticia a sus dos hijos.
El ex futbolista ha sido detenido en Brasil por no pagar la manutención de dos hijos. Tal y como informa el medio GHZ, la justicia de Rio Grande do Sul ha arrestado al carioca por no pagar la pensión alimenticia, y es que tiene una deuda que alcanzaba los 300.600 reales brasileños, unos 48.000 euros. La detención ha de cumplirse en un plazo de 30 días, en los que pasará a prisión. De no haber vacante de interno, la pena deberá complirse en régimen semiabierto.
Aunque si el ex futbolista del Manchester United o Internacional de Porto Alegre, entre otros, paga la deuda, los cargos serán retirados de forma inmediata. No es la primera vez que Anderson se ve envuelto en un problema con la justicia. En 2021 fue acusado por, presuntamente, malversar 35 millones de reales, 5,6 millones de euros, y por blanqueo de dinero en operaciones con criptomonedas.
Palabra de Anderson
Hace unos meses, el propio ex jugador hablaba en una entrevista para Globoesporte, agradeciendo a Cristiano Ronaldo el apoyo que le dio durante su etapa en el Manchester United. «Nani y yo vivimos en casa de Cristiano Ronaldo durante casi un año. El entrenamiento era a las 9:30, pero a veces teníamos que ir a las 6:30, porque Ronaldo estaba en el club e íbamos con él. Nani y yo dormimos allí en las camillas y esperamos, porque su trabajo tenía que empezar», explicó Anderson, que recordó que «el Manchester United pagó 35 millones por mí. En ese momento era mucho dinero. Hoy serían 100 ó 90 millones».
«Nada más llegar a Mánchester me fui a casa de Cristiano. Se lo agradezco mucho. Me adoptó. Nani y yo vivimos en casa de CR7 durante casi un año. Nos fuimos porque queríamos irnos. Por él nos hubiésemos quedado allí. No gastamos nada. Nani y yo, para no ser tontos, tuvimos que hacer al menos la compra. Cristiano nos llevó a entrenar, nos alimentó y tenía un cocinero para nosotros. Había una piscina dentro y fuera de la casa, un jacuzzi, una cancha de tenis…», añadía.
Anderson sabe que podía haber llegado mucho más lejos como futbolista: «Si tuviera el 5% de la mentalidad de Cristiano Ronaldo, hubiese estado entre los 20 mejores centrocampistas de ese momento. Algo muy brasileño… Pensar que ya ganamos todo y que todo está resuelto. De no querer algo un poquito más… Teníamos mucha calidad, pero había pocos jugadores. Nuestro equipo tenía un jugador guapo, un jugador más feo, un jugador guarro, un jugador heterosexual… había una mezcla para un equipo campeón. En nuestra época, ni siquiera teníamos Instagram. Si tuviéramos Instagram…. estaría jodido. Porque provocamos tanta mierda…, pero siempre lo resolvimos».
Anderson vivió en primera persona la marcha de Alex Ferguson del Manchester United después de 27 años: «Ferguson y yo nos teníamos un gran cariño. Era más que un entrenador. Me hizo entender las cosas. Me puso en mi lugar… Un día llegué tarde del entrenamiento, cuando Evra me dijo: «Negro, el hombre se va». Luego pensé que era una broma, pero me confirmó que iba en serio. Luego sentí un escalofrío, esa tristeza en tu corazón. Entonces él (Ferguson) me miró y le dije que dejara de hacer esta locura. Me dio la mano y me dijo: ‘Gracias, hijo. Gracias por todo y por ser esta maravillosa persona. Porque te maldije a menudo. Diciéndote que eres una persona fantástica, chico de oro’. Entonces comencé a llorar».