Silva puede vengarse de un Real Madrid que le rechazó dos veces
Corría el mes de octubre de 2009 cuando el Real Madrid tenía más que atado el fichaje de David Silva para la próxima temporada. El entonces entrenador, Manuel Pellegrini, y el director general, Jorge Valdano, habían dado el OK a una operación que llevaría a uno de los mayores talentos españoles a una plantilla en la que ya estaban Cristiano Ronaldo, Kaká o Benzema.
Todo estaba ya planificado. El Real Madrid iba a pagar 25 millones al Valencia por el traspaso y el jugador canario iba a firmar un contrato de cinco temporadas con el conjunto blanco. Pero lo que era un fichaje cerrado se torció antes de que se concretase.
Pero su contratación se truncó según fueron pasando los meses. Los famosos informes desfavorables sobre algunos aspectos de la vida personal del jugador, demasiado habitual de la vida nocturna de Madrid por aquel entonces –a pesar de vivir en Valencia–, unidos a la llegada de Mourinho al banquillo cambiaron todo.
El entrenador luso, con todo encima de la mesa, optó por no terminar de ejecutar la operación y cerrar el fichaje de Di María, un jugador más vertical y que se adaptaría mejor al estilo de fútbol que quería proponer en el Santiago Bernabéu. Ese mismo verano, tal y como tenía previsto, hizo las maletas de Mestalla y puso rumbo a un Manchester City en el que no cabe duda de que ha triunfado.
«Es muy bajito»
Pero no era la primera vez que el Real Madrid decía «no» a David Silva. La ocasión anterior fue cuando el mediapunta apenas tenía 14 años. El jugador canario acudió a realizar las pruebas en la antigua Ciudad Deportiva hasta en dos ocasiones. A los responsables de supervisar a los niños, Vicente del Bosque y Luis Palmero, les fascinó el talento que tenía en sus pies, pero les echó para atrás su estatura. «Es muy bajito», pensaron. Su respuesta oficial fue un «ya te llamaremos». Silva quedó pendiente de una llamada que no volvió a llegar diez años después.
Ahora, Silva es uno de los pesos pesados de un City que amenaza con dejar al Real Madrid lejos de la final de Milan. David quiere venganza.