Fórmula 1

Cambiar de nombre: la vía de Aston Martin para que Stroll deje de ser la pareja de Alonso

El piloto canadiense sigue siendo un mar de dudas con su pobre arranque de campeonato

Alonso
Fernando Alonso y Lance Stroll. (Getty)
Kike Sáez

La renovación de Fernando Alonso por Aston Martin hasta 2026 bloquea el noveno asiento de la parrilla del año que viene, pero a la vez deja abierta la otra puerta del garaje del equipo británico. A los puntos y por los tiempos en los que se ha llevado a cabo la negociación, ha quedado demostrado que el bicampeón del mundo es mucho más importante que Lance Stroll, un piloto que también acaba contrato a finales de este año.

¿Seguirá Stroll siendo la pareja de Alonso? Esa es la pregunta que se hace todo el mundo, incluso dentro de Aston Martin. Por su rendimiento está claro que no va a ser, pues está claro que vivirá otra temporada más a la sombra de su compañero después de que la pasada la diferencia fuese de 132 puntos. 2024 apunta a ser similar, pues en todas las pruebas el canadiense ha acabado siendo superado, salvo en Australia, donde también lo fue hasta que intervino la FIA.

Con Alonso fijo hasta 2026, toca pensar en un plan que pasa por ofrecer un año más de contrato a Stroll o intentar convencer a su padre, Lawrence, para que esta sea su última campaña con Aston Martin. No va a ser fácil, ya que el vínculo del magnate con la escudería abarca hasta 2025. Al año siguiente es cuando en Silverstone deben tomar la gran decisión de seguir alargando o no la relación con el multimillonario canadiense y propietario de la marca de coches que da nombre al equipo.

Una hipotética ruptura, cuya consecuencia más visible sería la pérdida del nombre actual, también traería consigo el adiós de Lance y ahí se abriría el abanico para acompañar a Alonso de un piloto más potente que le ofrezca algo de competencia. Pero antes de llegar a ello ya hay quien juega un papel trascendental en todo este caso, y es Arabia Saudí.

Arabia Saudí y el futuro compañero de Alonso

La presencia del capital árabe a través de la empresa Aramco, que también da nombre a la escudería y ha visto un filón en la Fórmula 1, busca hacerse con el 100% de las acciones a través de una oferta con la que se viene especulando desde hace unos meses y que ronda los 1.000 millones de euros. Aunque actualmente no son inversores, lo cierto es que un patrocinio tan potente podría mover de su silla a Lawrence Stroll de forma precipitada.

No obstante, todos estos cambios no ponen en duda la proyección de un equipo cuyo único objetivo es convertir a Alonso en campeón del mundo y serlo también en constructores. Financiación no faltará, ya sea con el método Stroll, como viene sucediendo desde que adquirió la escudería en 2018, o con el impulso de otro fondo que bien puede ser el saudí.

Quien tiene la llave es el propio Lawrence Stroll y depende de conservar el poder en Aston Martin y no vender la escudería o traspasar sus empresas a los saudís. Sólo el magnate canadiense tiene la respuesta, aunque la gran dependencia que tiene de su grupo de accionistas tanto en la marca de coches como en la escudería de F1 podría condicionar su continuidad al frente.

Stroll se desespera

Pase lo que pase, el mayor afectado en lo deportivo será su hijo, un Lance que en el último Gran Premio de Japón ya dio señales claras de desesperación y nerviosismo porque el AMR24, el monoplaza de los ingleses para este Mundial, tampoco acaba de ajustarse a sus características. «¡¡Es increíble lo mala que es nuestra velocidad en la recta!! Parece de otra categoría», afirmaba Stroll por radio. Sin embargo, ese mismo día Alonso llevó el coche hasta la sexta posición en una épica actuación.

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