Boateng desvela el exagerado poder que tenía Messi en el Barcelona: «Para fichar hablaban antes con él»
La directiva quería su fichaje, pero Messi era el que tenía la última palabra
También le obligaron a decir que era el mejor del mundo a pesar de que pensaba en Cristiano Ronaldo
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Leo Messi tuvo poder absoluto durante más de una década en el FC Barcelona. Hasta que se marchó, el argentino ejerció como el líder, no solo del equipo, sino también del club. Una influencia que sobrepasó hasta tal punto que era él quien decidía aquellos que podían fichar por el conjunto azulgrana por mucho que tuviese el visto bueno de la directiva, y el que mejor lo ha explicado ha sido Kevin-Prince Boateng.
El ex jugador del Barça estuvo apenas seis meses en el club, pero vivió de primera mano la forma en la que Leo gestionaba todo lo que ocurría de puertas para dentro. Hace un par de años confesó que la jerarquía llegaba hasta tal punto que le obligaban a decir que era del mejor del mundo a pesar de que era aficionado del Real Madrid. Sin embargo, la política de fichajes era algo que también estaba en sus manos.
«Antes de ir a Barcelona tenía dos directores deportivos. Abidal dijo que me quería y el otro también. El presidente también me lo afirmó y les dije ‘Perfecto, firmo mañana’. Pero entonces ellos me dijeron ‘No, primero tenemos que hablar con Leo’. Yo les dije ‘¿Cómo que hablar con Leo?’ y me respondieron ‘¡Sí, necesitamos hablar con él’», explicó en el podcast Unscripted.
Messi, propietario de las llaves del Barcelona
Una conversación que escenificaba la total dependencia en un futbolista para gestionar una plantilla. Boateng tuvo miedo hasta el final por si el argentino tumbase toda una operación por su opinión personal: «Él tenía ese poder. Así que me fui a dormir esperando que a Leo le gustara o me viera en el equipo. Pensaba: ‘Mañana puedo firmar mi camiseta con Barcelona, pero si Leo dice que no, no firmo el contrato’», añadió el ghanés.
Un capítulo que terminó a la mañana siguiente, donde le comunicaron con un ‘Todo bien’ la luz verde de Messi para dejar que Prince pudiera aterrizar en Boateng. Llegó en calidad de cedido en el mercado invernal, pero apenas jugó cuatro partidos y en verano se marchó traspasado a la Fiorentina. Aun así, Boateng no le guarda rencor: «Él es muy callado. Elige con quién hablar. Es muy selectivo, y él y yo estábamos bien», zanjó.