El Barça cumple con empujón arbitral (2-0)
Con muchas dudas, poco fútbol y una inestimable ayuda arbitral. El Barcelona sumó una nueva victoria en Liga tras imponerse al Málaga por 2-0 en un choque en el que los culés propusieron poco fútbol pero dos chispazos, el primero de ellos ilegal y el segundo con cierta fortuna, le sirvieron para seguir al frente de la clasificación liguera. Deulofeu e Iniesta fueron los goleadores en una noche gris que no despeja las dudas sobre un líder destacado pero demasiado frágil.
Casi al mismo tiempo que Carles Puigdemont comparecía para llamar golpista al presidente del Gobierno, en el Camp Nou se escuchaban los ya tradicionales gritos de independencia. El Barcelona, al contrario que el Govern, sí se ha independizado, y lo ha hecho del buen fútbol, aquel con el que en tiempos recientes –aunque ya algo lejanos– había maravillado a propios y extraños, pero que no termina de aparecer.
La suerte para Ernesto Valverde reside en contar con ciertos recursos que están fuera del alcance de la mayoría de plantillas del panorama mundial, y por ello, un Barcelona gris sigue siendo líder destacado de la Liga. Por esto y por las ayudas arbitrales, que una vez más hicieron acto de presencia en el Camp Nou. Sólo pasaban dos minutos de partido cuando una internada por la banda izquierda del profundo Digne acababa en un centro desde más allá de la línea de fondo que debió ser anulado.
La pelota salía por completo de los límites del campo, pero Pablo González Fuertes dejó su sello por primera vez en el Camp Nou al no anular la jugada, ilegal a todas luces, y permitir que Deulofeu marcara el primer tanto del partido en el único tiro del Barcelona en la primera mitad. Ni Messi, ni Suárez, ni Iniesta. Andrés Prieto, el novato portero del Málaga y cuñado de Lucas Vázquez, respiraba tranquilo.
Los jugadores culés parecían fantasmas en el césped y sólo la debilidad de un Málaga carente de confianza evitó un resultado peor. Tuvo una clara, clarísima, el Chory Castro, pero su remate de cabeza era tan franco como desviado se marchó, minutos antes de que el colegiado, con su error todavía en el recuerdo, señalaba el camino de los vestuarios.
El comienzo de la segunda mitad pudo reciclar el guión de su antecesora y el Málaga siguió poniendo el poco fútbol que podía verse en el Camp Nou. Los de Michel supieron reponerse del mazazo inicial de forma meritoria y, aun sin su estrella Rolán, lesionado antes del descanso, se las ingeniaron para inquietar mínimamente la meta de Ter Stegen.
Sin embargo, el Barça volvió a ser el encargado de modificar el marcador. En una jugada aislada aunque muy meritoria, una combinación entre Mascherano, Messi e Iniesta acabó con el balón en el fondo de las mallas tras desviar Rosales el disparo del manchego. No fue un gol en propia puerta, pero el segundo máximo anotador de la temporada azulgrana volvía mínimamente a hacer acto de presencia en Barcelona.
El 2-0 hundió al Málaga
Ya con el 2-0 en el luminoso, el Málaga se quitó la capa de superhéroe y no pudo evitar sumirse en la depresión que vive desde los puestos de descenso, mientras que el Barcelona comenzó a soltarse, con Luis Suárez demostrando muchos de los atributos que le convierten en un delantero de élite. Un disparo de Keko noqueó a Digne como mal menor, ya que el chut estaba encaminado a acabar dentro de la portería culé, una buena forma de demostrar que aún estaban en el partido por parte de los malacitanos.
La calma había llegado al Camp Nou y Valverde pudo incluso realizar rotaciones pensando en el duro calendario que espera a los culés de aquí a final de año. Imprimiendo la ‘táctica Zidane’ se llega más lejos y el Txingurri es consciente de que cuenta con jugadores para aportar desde el banco. Uno de ellos es Sergi Roberto, mucho mejor de centrocampista que como lateral pero válido en todas las posiciones, y que se erigió en el gran protagonista de los últimos minutos con sus apoyos y arrancadas.
Messi también lo intentó, al igual que Suárez, pero ambos sabían que no era su noche más brillante. El charrúa dejó su lugar tras fallar una ocasión clamorosa a Paco Alcácer, defenestrado en el fondo de la rotación del Barça pero que contó con unos minutos para disfrutar del Camp Nou y poner así el cierre a una victoria clara en el marcador, poco brillante en el juego, y que deja constancia de que el Barcelona es un líder con red y que el Málaga cuenta con mimbres para no sufrir pero también muy mala pinta.