Bale se pone la armadura
Las lesiones por fin están respetando a Gareth Bale, que lleva sin lesionarse de manera relevante desde el pasado mes de marzo. El galés se había perdido previamente muchos partidos del Real Madrid por problemas físicos de todo tipo. Los trabajos específicos de prevención están dando resultado.
Gareth Bale parece otro esta temporada. Pese a estar muy cerca de salir en verano, diciendo el propio Zidane públicamente que cuanto antes se marchara era mejor para todos, el galés terminó quedándose y está siendo fundamental para el francés y para el Real Madrid. Puede estar más o menos feliz, pero ha arrancado la temporada muy enchufado, y buena parte de culpa la tiene el hecho de que las lesiones le están respetando.
El Expreso de Cardiff ha tenido muchísimos problemas físicos durante toda su carrera, y especialmente en el Real Madrid. Aunque ha sido importante para ganar varios títulos en los últimos tiempos, también se ha perdido muchísimos partidos por las numerosas lesiones que sufría, sobre todo musculares. Sin embargo, eso cambiado desde hace varios meses atrás. De hecho, Bale no se pierde como tal un encuentro del equipo blanco desde el pasado mes de marzo, cuando unos problemas de tobillo le impidieron estar ante el Valladolid.
Además, su última lesión de cierta relevancia, fue una dolencia muscular en el gemelo que sí le obligó a perderse varios partidos en enero del presente año 2019. Fue su última lesión muscular, algo muy positivo teniendo en cuenta que Bale solía sufrir problemas con algunos de sus músculos demasiado habitualmente antes. Precisamente tras esa lesión en el gemelo se habló mucho de su historial, pues fue la 25ª dolencia de Gareth Bale desde que llegara al Real Madrid allá por 2013.
Desde que aterrizara en Madrid, el galés no ha tenido una temporada plácida por completo, motivo por el que está realizando un trabajo específico de prevención que está dando resultado. Exceptuando las dos primeros cursos, donde su regularidad fue más alta y le respetaron en mayor medida las lesiones –superó los 40 partidos disputados y los 3.000 minutos disputados en ambas campañas–, el resto ha sido un calvario tras otro para el rápido extremo al que el sóleo, los isquios y los aductores han castigado una y otra vez. Pero ahora empieza a ver la luz y lleva muchos meses apto físicamente, una gran noticia para él y para Zidane, para el que ha pasado de no contar a ser fijo.
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