Atlético de Madrid – Liverpool: Final en el Metropolitano

Ocho victorias y tres empates en los once partidos oficiales que ha jugado esta temporada, una media de más de 2,5 goles por encuentro en la Premier y de cuatro en la Champions y arriba posiblemente el delantero en mejor estado de forma de todas las grandes Ligas, el egipcio Mo Salah. La carta de presentación con la que el Liverpool llega hoy a Madrid intimida, pero al Atlético le van los grandes retos y la historia le convierte en favorito por el balance de sus enfrentamientos ante el equipo del condado de Merseyside, que ganó la última de sus seis Copas de Europa en 2019 en el Metropolitano, pero que lleva desde 2009 sin ser capaz de derrotar a un club español en territorio ibérico.

«Hemos aprendido mucho desde la última vez», dijo ayer Jurgen Klopp antes de partir hacia España cuando se le preguntó por su eliminación a manos del Atlético en octavos de final de la Champions 2019-20. Entonces el Liverpool perdió los dos partidos, 1-0 en Madrid y 2-3 en Anfield en la noche en la que a Marcos Llorente le cayó sobre la cabeza una generosa ración de polvos mágicos o pixie dust, tal y como se denomina en el folklore popular inglés, según el cual los pixies -o duendes- fueron los primeros habitantes de la brumosa isla que se acostaba sobre la espalda del gigante Albion.

En efecto el Liverpool llega al Metropolitano con la lección aprendida, pero también con el aval de los ocho goles en dos partidos que lleva marcados en esta competición y del 0-5 que le endosó al Watford en la última jornada de la Premier con un hat trick del brasileño Firmino, aunque sin duda el man of the match fue el egipcio Mo Salah, de quien Simeone dijo ayer que «estamos hablando de uno de los mejores jugadores del mundo». Salah pasó hace dos años desapercibido en Madrid, en aquel encuentro resuelto con el tempranero gol de Saúl, pero ahora exigirá al máximo a una defensa en la que se echará de menos a Savic, que hoy cumplirá su penúltimo partido de sanción. Claro que aún se le añorará más dentro de dos semanas en Anfield, donde su dominio del juego aéreo hubiera resultado esencial.

Simeone ya tiene asumido que no puede contar con Savic, pero ahora lo que le quita el sueño es la recuperación de Giménez, que cuajó un partido perfecto ante el Barcelona y al que se trata de tener apto bajo todos los conceptos para el choque de esta noche. El uruguayo ha completado sin dificultades los dos últimos entrenamientos, pero queda la prueba definitiva de esta mañana. Para él y para su compañero Marcos Llorente. El brasileño Cunha está en la misma situación, pero su papel en el equipo es mucho más residual.

El Liverpool, por su parte, llega con la habitual baja de Thiago, pero en cambio recupera al sub21 Curtis Jones, que jugó un partido increíble ante el Oporto y que se disputa con Milner una plaza en el medio campo. También vuelve Diogo Jota, que tendrá la oportunidad de enfrentarse al Atlético, el equipo que le fichó pero nunca le utilizó.

La idea del Cholo es repetir la misma alineación que ante el Barcelona con el cambio obligado de Felipe por Savic, pero necesita que los servicios médicos -y por supuesto los propios jugadores- le den esta mañana el OK a Giménez y Llorente después de la última sesión de entrenamiento. Si es así la alineación parece muy clara, con el tridente arriba Lemar-Suárez-Joao. El uruguayo se enfrenta al equipo en el que jugó entre 2011 y 2014, y al que le marcó un gol en la semifinal de Champions 2018-19. Aquel día el Barcelona ganó 3-0 y pareció dejar expedito su pase a la final, pero aquel Liverpool estaba predestinado a ser campeón y le endosó a los azulgrana un 4-0 en Anfield Road que aún causa un profundo dolor en el imaginario barcelonista.

El Metropolitano será por supuesto una caldera. Simeone pidió ayer a la afición que recuerde que el partido de hace dos años ante el Liverpool se empezó a ganar «mucho antes de que rodara el balón». El destino escribe a veces con renglones torcidos: el último encuentro de Champions en el que la hinchada rojiblanca pudo acceder al estadio fue un…Atlético-Liverpool. Exactamente el mismo cartel que esta noche.

Para el Atlético ganar supone rebasar al Liverpool en la clasificación, aunque luego quedaría toda la segunda vuelta con el primer partido precisamente en Anfield. El empate obliga a vencer en Inglaterra dentro de dos semanas, pero garantiza la segunda plaza del grupo, mientras que la derrota podría permitir al Oporto igualar a los rojiblancos o al Milan acercarse peligrosamente. De ahí que estemos ante la primera final de una temporada en la que los de Simeone esperan jugar muchos partidos con este mismo nivel de exigencia.