Así volvió el fútbol en España: Jémez con mascarilla, balón desinfectado, suplentes en la grada…
El Rayo Vallecano se lleva la victoria ante el Albacete en el primer partido tras el parón por el coronavirus en España. Advíncula marcó único gol de un partido plagado de anécdotas.
El Rayo Vallecano se lleva los primeros tres puntos del fútbol español tras el coronavirus, al imponerse por 1-0 ante el Albacete en el que es probablemente el partido más atípico de la historia del fútbol español. Volvió a rodar el balón en España, tres meses después y lo hizo con la segunda parte del encuentro, suspendido al descanso en la jornada 20 por los cánticos contra Zozulya. La nueva forma del fútbol, a la que nos tendremos que acostumbrar hasta que vuelva el público a los estadios, dejó muchas anécdotas, más allá de la victoria del conjunto franjirrojo.
Advíncula tuvo el honor de marcar el primer gol -y qué gol- tras el reestreno de La Liga, a los 16 minutos de juego. El peruano la cogió en el pico del área, se perfiló y la clavó en la escuadra contraria. El tanto se celebró en los balcones de Vallecas, en los que puso especial atención la realización televisiva, y en el terreno de juego. Los jugadores del Rayo lo festejaron chocando sus codos y con algún que otro tímido abrazo. Cosas de la nueva normalidad.
Destacaron dos lonas que cubrían la grada lateral y uno de los fondos, en las que se leía «nunca os olvidaremos» y «siempre en nuestro recuerdo». Tras una ofrenda floral del presidente rayista, Raúl Martín Presa, en memoria de los más de 40.000 fallecidos por el coronavirus, saltaron al terreno de juego por separado los integrantes del banquillo. Después lo hicieron los 21 titulares, que no 22, pues en la primera parte del duelo disputado en diciembre, el jugador del queso mécanico Edy Silvestre fue expulsado antes del aplazamiento.
Las peculiaridades del pequeño Estadio de Vallecas, permitieron que varios aficionados se congregaran en los balcones contiguos a las instalaciones. De hecho, antes de que comenzase el partido se escuchó desde uno de los edificios contiguos a las instalaciones franjirrojas un atronador «¡vamos Rayo!», justo antes del minuto de silencio previo al pitido inicial. Las gradas, como es lógico, estaban vacías en su mayoría, pues los suplentes se ubicaban en las primeras filas y había un total de siete personas en el palco presidencial.
El pique previo entre ambos equipos hizo que la intensidad no decayese pese al parón de tres meses y del riesgo de contagio. Desde el primer momento se metieron de lleno en la lucha por los tres puntos y llamó la atención el enganchón temprano que tuvieron Santi Comesaña y Pedro, tras una falta sobre el rayista.
Sorprendió la indumentaria de Lucas Alcaraz. El entrenador del Albacete se presentó en el área técnica sin mascarilla ni guantes. No hizo lo mismo Paco Jémez, que cumplió a rajatabla las recomendaciones sanitarias y sí que portaba ambos accesorios.
La peculiaridad del partido, que duró 45 minutos, provocó que el primer cambio se produjese en el minuto 28 de juego. Alcaraz movió el banquillo e introdujo a Acuña por Dani Ojeda. No fue la única variación del encuentro, minutos después Fuster entró sustituyendo a Azamoun. Jémez, por su parte, no cambió el equipo en los 45 minutos de partido.
La victoria del conjunto franjirrojo les deja rozando los puestos de play-off, en séptima posición con tres puntos. Por su parte, los manchegos se quedan como estaban, marcando la permanencia con 35 puntos pero igualados a puntos con el Deportivo de la Coruña, que está en descenso. Todo esto a falta de la disputa de las últimas 11 jornadas que restan para terminar una Liga que por fin ha vuelto.