La Justicia tumba el intento del ‘negreiro’ De Burgos Bengoetxea de pagar menos impuestos
El Tribunal Superior de País Vasco desestima la demanda del árbitro de primera división que colaboró con Negreira
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El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha desestimado el recurso presentado por el árbitro de Primera División Ricardo de Burgos Bengoetxea que pretendía que sus ingresos profesionales y de derechos de imagen fueran considerados como rentas irregulares, lo que le habría permitido beneficiarse de una reducción del 50% en su tributación en el Impuesto de la Renta (IRPF).
La sentencia, que desvela OKDIARIO y fechada el 22 de enero, resuelve el recurso interpuesto contra un acuerdo del Tribunal Económico-Administrativo Foral de Vizcaya (TEAF) que ya había rechazado inicialmente la reclamación del árbitro sobre sus declaraciones del IRPF de los ejercicios 2018 a 2022. El colegiado, adscrito al Comité Técnico de Árbitros (CTA) de la Real Federación Española de Fútbol desde la temporada 2015-2016, argumentaba que sus ingresos deberían recibir el mismo tratamiento fiscal que se aplica a otros deportistas profesionales.
La sentencia cobra especial relevancia en el actual contexto del arbitraje español, marcado por la controversia del denominado caso Negreira. La credibilidad e integridad del colectivo arbitral se ha visto cuestionada tras revelarse los pagos millonarios realizados por el FC Barcelona al ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira, durante 17 años.
Precisamente, el árbitro que había presentado este recurso ante el TSJ vasco ejerce en Primera División donde percibe del orden de entre 300.000 y 500.000 euros brutos por temporada, incluyendo los derechos de imagen cedidos a la RFEF.
De Burgos Bengoetxea fue uno de los colegiados sobre los que recientemente se han conocido informes elaborados por el hijo de Enríquez Negreira para el FC Barcelona. Como desveló OKDIARIO, Javier Enríquez Negreira realizó en abril de 2016 un documento detallado sobre De Burgos Bengoetxea previo a un partido del Barcelona contra el Deportivo de La Coruña. En dicho documento, además de información personal del colegiado vasco, se incluían valoraciones sobre su personalidad y estilo de arbitraje, señalando que «le falta personalidad y experiencia» y recomendando a los jugadores «que hablen mucho con él» por su necesidad de «aprobación de los jugadores».
El colegiado ha sido objeto de controversia por algunas de sus decisiones arbitrales, especialmente en encuentros clave como el Clásico de 2023. En aquel partido, formando tándem con César Soto Grado, sus decisiones desde el VAR fueron determinantes en el resultado final que influyó en la lucha por el título.
En dicho partido, con el Real Madrid nueve puntos por debajo en la clasificación, se produjo una jugada polémica que pudo cambiar el curso del título de Liga. Con el marcador 1-1, se anuló un gol de Marco Asensio tras una asistencia de Dani Carvajal por un supuesto fuera de juego. La polémica surgió porque «un polémico frame elegido revelaba fuera de juego, aunque en ese momento el balón ya había salido del pie del lateral». Minutos después de esta decisión, el Barcelona marcó el 2-1 definitivo, un resultado que resultó clave para el desenlace del campeonato, pues en lugar de quedar a seis puntos, el Real Madrid se quedó a doce del Barcelona.
El árbitro, no contento con lo que paga al Fisco, recurrió a la justicia. La resolución judicial clarifica el régimen fiscal de estos trabajadores del sector del fútbol. En el núcleo del debate jurídico se encontraba la interpretación de lo que constituye una renta irregular según la normativa foral vizcaína.
La sala señala que para que unos ingresos puedan considerarse como rentas irregulares, estos deben generarse en un período superior a dos años y no obtenerse de forma periódica o recurrente. En el caso de los árbitros de Primera División, sus retribuciones se perciben regularmente por temporada, más una cantidad adicional por cada partido arbitrado, todo ello bajo contratos de duración anual.
Un aspecto destacado de la argumentación del árbitro era la naturaleza temporal de su profesión, ya que la carrera de un árbitro de élite suele finalizar alrededor de los 45 años. El demandante sostenía que esta circunstancia, unida a la concentración de elevados ingresos en un período relativamente corto de su vida laboral, justificaba la aplicación del régimen de rentas irregulares. Sin embargo, el tribunal ha rechazado este planteamiento, estableciendo que no es el carácter temporal de una actividad profesional lo que determina el régimen de tributación de rentas irregulares, sino la desigual distribución de la carga tributaria que supondría su imputación a un único ejercicio fiscal.
La sentencia también aborda la tributación de los derechos de imagen. El árbitro recibía una contraprestación de 25.188 euros brutos anuales por la cesión de sus derechos de imagen a la RFEF, pagados en doce mensualidades. El tribunal ha determinado que estos ingresos tampoco pueden considerarse como rentas irregulares, ya que se devengan e imputan anualmente, al igual que las retribuciones por arbitraje.
A pesar de desestimar el recurso, el tribunal ha decidido no imponer costas procesales, reconociendo tanto la novedad de la cuestión planteada como la existencia de cierta justificación en la reclamación del árbitro, dado el tratamiento fiscal que reciben otros deportistas profesionales en situaciones comparables dentro del ámbito de la Hacienda Foral.
OKDIARIO se ha puesto en contacto con la abogada del colegiado vasco que, por el momento, declina hacer comentarios a la sentencia. Contra este fallo cabe recurso ante el Tribunal Supremo.