GRAN PREMIO DE MALASIA DE FORMULA 1

Alonso vuelve a hacer magia en Malasia y Ricciardo triunfa aprovechando el calvario de Hamilton

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Daniel Ricciardo, vencedor del GP de Malasia. (AFP)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Daniel Ricciardo logró, contra todo pronóstico, la victoria en el Gran Premio de Malasia de Fórmula 1, después de una carrera accidentada desde el inicio y marcada por el abandono de Lewis Hamilton cuando marchaba líder destacado. Fernando Alonso volvió a mostrar su sublime pilotaje y gestión con una remontada espectacular hasta la séptima posición y Sainz, que salía 16º, acabó rozando la zona de puntos.

El inicio de carrera prometía emociones fuertes y vaya si las hubo. Un toque en la primera curva dejaba fuera de carrera al Ferrari de Vettel, que provocó un toque en cadena que también afecto al líder del mundial, Nico Rosberg, y en menor medida a Max Verstappen que por la radio mostró su enfado con el alemán. «Está loco, se ha tirado encima de Rosberg», dijo. Hamilton mantenía la primera plaza que logró en la clasificación y se marchaba en solitario hacia un nuevo triunfo.

El gran beneficiado de esta situación de carrera venía por detrás y no era otro que Fernando Alonso, que aprovechando el accidentado inicio y en gran medida gracias a su calidad se colocaba 13º en un primer momento para pisar la zona de puntos tras solo cinco vueltas de carrera. ‘Magic’ está  siempre en pista, aunque a muchos les pese y sugieran su retirada.

El Safety Car virtual frenó las incidencias y poco a poco la carrera comenzó a mutar en la batalla estratégica de neumáticos y paradas en boxes que se preveía, aderezada por algunos adelantamientos impresionantes en carrera que la confirmaban como una de las más emocionantes del campeonato.

Alonso seguía remontando hasta la octava posición con grandes cronos y Carlos Sainz hacía soñar al aficionado español con un Gran Premio perfecto con ambos pilotos en los puntos. Verstappen y Ricciardo, por delante, batallaban por la segunda posición ante la ausencia de Rosberg, que llegó a colocarse último tras el incidente con Vettel.

El motor de Hámilton lo cambió todo

Pero todo iba a cambiar en la vuelta 41. Con las miradas centradas en el intento de remontada de Rosberg y la pelea entre los Red Bull por la segunda posición, el motor de Lewis Hamilton, relativamente nuevo, decía basta y le obligaba a abandonar la carrera, revirtiendo el jaque que había propuesto el británico al mundial con su ataque y despegue en Sepang.

El shock de la retirada de Hamilton, que contaba con 23 segundos de ventaja sobre el segundo, afectó también a la carrera, que perdió nivel para ganar en nerviosismo y tensión. Rosberg seguía aumentando el calvario de Mercedes con una penalización de diez segundos tras adelantar ilegalmente a Raikonnen.

El box de Red Bull no se creía la oportunidad que tenían ante sí mismos, con un doblete bajo el sol que no querían desperdiciar en las últimas vueltas. ¿Habría intentona agresiva de Verstappen para desbancar a Ricciardo? ¿Acuerdo entre ambos promovido por el equipo?

No hubo noticias de biscotto en la escudería austriaca, pero Ricciardo no tuvo mayores problemas para hacerse con su primera victoria de la temporada ante la aparente pájara física de su joven compañero, que llegó desfondado a meta. Rosberg, que puso tierra de por medio para afrontar con garantías su penalización, completó el podio y es más líder, y Fernando Alonso, séptimo, logró dejar una vez más claro que con un coche mejor estaría luchando la victoria en cada Gran Premio.

 

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