Tumba a Djokovic en una batalla histórica y luchará por el título en Madrid

Alcaraz es un número uno

Carlos Alcaraz batió a Novak Djokovic en semifinales del Mutua Madrid Open y luchará por el título en la final tras dos victorias históricas. El murciano se llevó una batalla magnífica de más de tres horas y media y tres sets de duración

Así te hemos contado el partido en directo

Alcaraz
Alcaraz celebra por todo lo alto un punto. (AFP)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Carlos Alcaraz es un número uno. Su posición en el ranking le coloca algo más abajo en una explosión absolutamente extraordinaria, pero el triunfo ante el que ejerce como líder de la ATP en una batalla como la que se vivió este sábado en Madrid no admite otro calificativo para Carlitos. Fue una tarde histórica para el tenis, ante Novak Djokovic y con el mejor triunfo (6-7, 7-5, 7-6) de la prolífica carrera de Alcaraz, que remontó un igualadísimo set adverso para subir la apuesta y completar la machada de tumbar en dos dias a los dos mejores –con permiso de Federer– de todos los tiempos.

Fueron tres horas y 38 minutos de tenis espectacular, con momentos de absoluto trance de un Carlos Alcaraz que fue más brillante que Djokovic, si bien la solidez y el control de los tiempos corrieron a cargo del número uno del mundo, en su, de lejos, mejor versión de 2022. Sin embargo, esta cara no fue suficiente para derrotar a Carlitos, que se mostraría imperturbable a la hora de cerrar la contienda en un tie-break definitivo en el que no le pesó la inexperiencia y decantó la balanza con «cabeza, corazón y cojones», como él mismo afirmaría tras sellar el triunfo.

Aún con resaca por las fortísimas emociones derivadas de la lucha generacional entre Rafa Nadal y Carlos Alcaraz, el jovencísimo murciano continuaba su camino horas después con un nuevo enfrentamiento con uno de los mejores tenistas de la historia. Carlitos se encontraba en semifinales del Mutua Madrid Open con Novak Djokovic, número uno del mundo y, por ende, favorito en un duelo en el que el español, con el público a sus espaldas, tendría mucho qué decir si repetía el nivel del primer y tercer set frente a Rafa.

Además, Alcaraz esta vez iba a contar con las más de 10.000 gargantas que llenan día a día la Caja Mágica a su favor. Djokovic es, siempre desde el respeto, enemigo íntimo del público madrileño y con la nueva joya enfrente, se esperaba el ambiente de las grandes tardes en el complejo capitalino, también con tiempo –en torno a 20 grados y sin demasiado viento– a favor de la cita.

Carlitos golpea de inicio

Aprovechando el empujón del público, que también aplaudió gustosamente a Djokovic, Carlitos rompió de salida el saque de su rival. Como hiciera con Nadal el día anterior, Alcaraz repetía la fórmula tras ganar el sorteo. Juego al resto y break. Con algo de fortuna, pero también sacando su poderoso brazo a pasear.

El choque comenzaba con un peso extra en la balanza de Charly, quien a partir de ese momento pasó a un segundo plano en los servicios de Djokovic, infranqueable pero ya con una rotura en contra. Y lo más importante, sin poder quebrar al murciano, pese a su contrastado resto. Pudo hacerlo en el 3-2, pero una derecha mortal de Alcaraz le descuadró. Ya había avisado. En el 4-3 volvió a contar con una oportunidad de break y aquí si se produjo la igualada. El número uno no perdona dos veces.

Djokovic, set y celebración

Nuevo escenario de partido en el que Carlos iba a sufrir, pero salir adelante con su servicio. El problema llegaba con el de Novak, al que no estaba ni tosiendo al resto. Sin puntos ganados desde el break del primer juego, pero el nuevo gran talento español es tan especial que le valió como para asegurarse el tie-break, antes de cuyo comienzo haría explotar por primera vez la Caja Mágica al pedir un puntito más a la grada.

Los errores no forzados condenaron a Carlitos en este tramo, el decisivo, en el que levantó tres pelotas de set de forma épica -ace y dejada incluidas- pero no pudo con la cuarta, con la que Djokovic se enemistaba con el público por su sobrada celebración tras el previo “¡sí, se puede!” del respetable. Parcial para el número uno, que golpeaba primero.

El primer set había volado pero la esperanza del tenista español debía ir más allá. La versión de Djokovic era más que notable, superior incluso a la esperada, pero Carlitos solo había cedido en la muerte súbita y en gran medida, por errores propios. Confiado, como siempre, en sus posibilidades, y algo más metido al resto, Alcaraz aguantó el pulso de Djokovic cuando, por pura inercia, el número uno podría haber despegado con un break. El partido estaba en un pañuelo pero la potencia de Carlos seguía teniendo una llave que abre la puerta a la remontada.

De Carlitos a Don Carlos

Carlos se mostraba más al resto, siempre con el juego agresivo por bandera y la dejada como marca registrada. Impresionante la efectividad con un golpe complicadísimo, pero que Alcaraz ha demostrado llevar a rozar la perfección. Djokovic resistía pero por el camino ya se dejaba alguna pelota de break. También las tendría él, en un juego con 4-4 en el que el partido pudo haberse roto pero fue salvado con suma clase por el ídolo del público.

El encuentro era una oda al tenis, con el control de Djokovic y el ataque constante de Alcaraz, y merecía, lo tuviera o no, un tercer set para completar la obra. Carlos hizo todo lo posible, ya con el público entregados hasta límites que no habíamos visto nunca en un encuentro que no fuera de Rafa, e iba a dar la estocada definitiva al set como un auténtico torero.

Fue con 6-5 a favor y después de pasarlo realmente mal en el juego previo para sacar adelante su servicio. Lo consiguió el murciano y golpeó, de inicio, hasta en tres ocasiones a un Djokovic que iba bajando su efectividad al servicio. No pudo culminar en la primera pelota de break pero en la segunda, como sucediera con Nadal un día antes, Carlitos iba a convertirse en Don Carlos con un punto descomunal que finalizaba con un winner que confirmaba dos cosas. La primera, el empate a un set entre el número uno y la sensación. La segunda, que la grada ya no iba a parar de gritar hasta que no ganara su elegido.

El cansancio hace mella

Comenzar el set definitivo con dos horas y siete minutos en las piernas podría resultar, a priori, definitorio de la desventaja de Alcaraz, con el doble de minutos en pista que su rival. Sin embargo, Djokovic tiene 16 años más que Carlitos y llega con varias debacles a la espalda cuando el partido se alarga. Sin muestras de dolencia en el tobillo ni tampoco del más mínimo cansancio, era el momento de pujar por la joya de El Palmar.

El choque, fruto del cansancio, sobre todo mental en el caso de Alcaraz y físico en el de Djokovic, sufrió un impasse dentro de la calidad suprema a la que nos habían acostumbrado en la práctica totalidad de los juegos anteriores. Los fallos del murciano se veían correspondidos por las pelotas a las que ni siquiera corría Nole. Lo que no cambiaba era la igualdad máxima dentro de un escenario más abierto y en el que el que recuperara su esencia y perdonara menos, se llevaría el gato al agua.

Los apuros de ambos convertían la batalla en un auténtico drama en el que Alcaraz parecía casi siempre más cerca, aunque con un tigre como Djokovic agazapado para cazar a su presa al mínimo despiste. La tuvo Carlitos, después Novak, y así durante un juego tras otro, todos marchándose mínimo al deuce. Mientras, el contador de tiempo seguía subiendo y dejaba a un detalle de calidad la posesión del título de finalista del Mutua Madrid Open.

Alcaraz se pide la final

Con las fuerzas más que justas, pero luchando ambos por alarde de grandeza, el break, que tan cerca había parecido para uno y otro lado, sobre todo en el caso de Alcaraz, se alejó sobremanera hasta colocarse de nuevo en la obligación de que el ganador del set se fuera a siete juegos. También lo sería del partido. No pudo Djokovic en un juego más que sólido de Alcaraz ni tampoco Carlitos, que cedía sin resistencia después de mostrarla en todos los anteriores el servicio a Nole. El tie-break convertiría al aspirante en ganador y al otro en un honorable caído.

Feroz como demuestra su poderío tenístico y como confirma su ambición, Carlos autorizó a los que apostaban por él como dominador del tercer set y tumbó a Djokovic en el tie-break decisivo. El número uno fue a menos a la vez que Alcaraz subía enteros, subido momentáneamente de nuevo en la ola de la confianza y surfeándola como si fuera Kelly Slater. Espectáculo en Madrid a cargo del mago de moda y la victoria en el truco final, como parte de un juego interminable, que le da el triunfo y le pone a un encuentro del doblete Godó-Madrid, por que la gloria ya se la ha ganado con apenas 19 años. Carlitos, Don Carlos Alcaraz, es un número uno.

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