Murallas

Para visitar: la muralla más antigua de España es esta

Para visitar: la muralla más antigua de España es esta
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A pesar de la bien ganada fama que tiene Ávila como la ciudad amurallada mejor conservada de Europa, se ha popularizado la idea de que esta localidad posee la muralla más antigua de España cuando en realidad no es así. De hecho, es un error muy común. Tenemos la que cuenta con más años. Descubre cuál es.

Construida por esta civilización entre los años 217 y 197 a.C, la de Tarragona no sólo es la muralla romana más antigua de España. Es, al mismo tiempo, la muralla romana más antigua fuera del actual territorio italiano. Y, por supuesto, su historia merece la pena.

La muralla más antigua de España

Origen y actualidad de la muralla

Según los investigadores, Tarraco -la actual Tarragona- había sido elegida por los líderes guerreros romanos como punto estratégico para reunirse con los refuerzos que llegaban al campo de batalla desde la capital Roma. Poco a poco fue instaurándose como fortificación y ciudad militar y, por tanto, la construcción de una muralla que detenga a los enemigos se volvió inevitable.

En su intento por aumentar la capacidad defensiva del imperio sin poner en peligro a los soldados antes del enfrentamiento bélico, esta muralla fue actualizada en más de una ocasión adaptándose a los métodos de construcción de cada época. Se cree que inicialmente no era más que una estacada de madera que evolucionó con el tiempo hasta las murallas aún conservadas.

Lo que entonces no era más que un elemento de disuasión de los ejércitos adversarios, lentamente fue adquiriendo trascendencia como obra arquitectónica. De hecho, esta muralla fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. Aunque únicamente se preservan unos 1.100 metros de los 3.500 originales, es suficiente para darnos una idea de su magnificencia.

Está protegida al extremo de que hace décadas que no se mueve una piedra sin que los equipos de arqueología estén presentes, siendo uno de los principales reclamos turísticos de los visitantes españoles de Tarragona como de los viajeros extranjeros.

Tarragona, un museo romano a cielo abierto

La importancia de la muralla es indudable, pero eso no significa que sea la única muestra de la presencia de los romanos en la zona. Hay diversos atractivos que explican la importancia de esta región, como la adaptación del terreno local. Por todo ello, Tarragona es considerada a día de hoy como «un museo romano a cielo abierto». Y resulta que es de los mayores fuera de Italia.

Como indica la web oficial de Turismo de Tarragona, «este recinto conocido como Paseo Arqueológico está formado por la muralla romana, a la que se fueron añadiendo fortificaciones a partir del siglo XIV». Allí te toparás con las torres, las poternas ciclópeas, copias de esculturas como la de Augusto de Prima Porta o la típica Loba Capitolina -un regalo de la «ciudad madre» Roma-.

La entrada con taquilla se encuentra junto al Portal del Roser y el camino es en un único sentido, con una extensión de 400 metros. Todo el conjunto fue inaugurado en 1933, durante la II República Española, y se puede recorrer en cualquier momento del año.

En invierno, está abierto de martes a viernes de 9 a 19 hs, los sábados de 9:30 a 18:30 hs y los domingos de 9:30 a 14:30 hs. Solamente está cerrado los lunes. En verano permanece abierto hasta más tarde y abren toda la semana, incluyendo los lunes, pues es una época de gran esplendor en turismo especialmente en la costa dorada donde está situada esta ciudad.

¿Qué otros vestigios romanos se pueden ver en Tarragona?

La Hispania romana -y la capacidad de ingeniería de ese pueblo- se refleja en el Acueducto de les Ferreres o Puente del Diablo. Cuenta el mito que fue levantado «por el diablo» en una sola noche. Más allá de esas leyendas, estamos ante uno de los más increíbles acueductos romanos que se pueden apreciar en pleno siglo XXI. No es el de Segovia, pero no le envidia nada. Probablemente construido a principios del siglo I d.C, posee 217 metros de largo contra los casi 800 del segoviano.

Ya por fuera de las murallas, y cercanas a la playa, aparecen otras edificaciones características de los asentamientos romanos. Tenemos el fórum, el teatro y el anfiteatro. Todos, puntos de reunión típicos de las ciudades romanas desperdigadas por Europa.

No muy lejos de Tarragona, se localiza la villa romana de Centcelles. Esta necrópolis paleocristiana es uno de los mayores cementerios del viejo continente, con más de 2000 exhumaciones en su haber. Tampoco deberías perderte dels Munts, especialmente si quieres conocer cómo vivían los altos cargos de la administración romana en aquellos tiempos.

El paseo se completaría con el resto del conjunto arqueológico de la antigua Tarraco, que contempla el Museu Nacional Arqueològic, el Arco de Barà y la Torre de los Escipiones. Sin duda, una escapada de fin de semana que te teletransporta a la Antigua Roma.

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