Refranero español

El refrán que los españoles decíamos sin parar en la posguerra y hoy ya no recuerdan ni las abuelas

Refrán a buen hambre no hay pan duro, refranes de la posguerra en España, expresiones que usábamos en la posguerra española, expresiones que son historia del español.
Pan.
  • Manuel Morera
  • Periodista y fundador del pódcast V9, el programa de F1 más escuchado de España. Universidad de Valencia y Radio 3. Anteriormente en ElDesmarque, Levante TV y Las Provincias.

En español tenemos refranes que todavía utilizamos y tienen más de 400 años, pero otros han ido cayendo en desuso pese a que llegaron a ser muy famosos. Por ejemplo, A buen hambre no hay pan duro fue especialmente relevante durante la posguerra.

El origen de este refrán es desconocido y algunos expertos lo relacionan con algunos aforismo de origen latino. Sin embargo, ahora ya casi nadie lo utiliza, al menos no como se hacía hace 75 años.

Todavía es posible escucharlo en un sentido amplio, como un recordatorio de que hay que aprovechar todo lo que se tiene. La buena noticia es ya nadie lo utiliza con su significado más literal.

El origen del refrán español que más se escuchaba durante la posguerra

El Centro Virtual Cervantes (CVC) ha definido el refrán A buen hambre no hay pan duro. Lo describen como la situación en la que, cuando cuando una persona tiene hambre, no pone reparos a lo que se le ofrece, aunque no sea de la mejor calidad.

Sin embargo, su valor va más allá de la comida. El propio refrán se ha utilizado durante generaciones para expresar que, cuando alguien está en una situación de necesidad, no se pone exigente con las soluciones que se le presentan.

En ese contexto, funciona como una lección de tolerancia, voluntad y aceptación de la realidad. Las ideas clave que transmite son claras: el hambre, entendida tanto en sentido físico como metafórico; la voluntad de salir adelante; y la tolerancia ante situaciones difíciles.

Por todos esos motivos, el refrán ganó fama durante la posguerra española, sobre todo en la época de las cartillas de racionamiento. En esa época el sentido figurado importaba bien poco, era literal.

La buena noticia es que desde hace más de medio siglo ya casi nadie en España necesita utilizar el refrán A buen hambre no hay pan duro por tener la desgracia de no poder comer.

El refrán ‘A buen hambre no hay pan duro’ podría tener su origen en el latín

Hasta en el propio Quijote hay refranes cuyo origen está en el latín, por lo que tienen cientos de años. Este podría ser también el caso de A buen hambre no hay pan duro; pese a que se transmite de forma oral y su autor es desconocido.

Y es que algunos lo vinculan con antiguos aforismos latinos. En concreto ven un paralelismo con Optimum condimentum est fames, que significa El mejor condimento es el hambre.

Este aforismo se atribuye al filósofo romano Cicerón, nacido en el año 106 a. C., y expresa una idea muy similar: el hambre hace que todo sepa mejor. A partir de esa base, la frase fue evolucionando con el paso de los siglos hasta dar lugar al refrán tal y como se conoce hoy en español.

De hecho, en castellano existen algunas variantes a este refrán de la posguerra. Por ejemplo, A buen hambre no hay mal pan o, alejado de la comida, A buen sueño no hay mala cama.

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