Parece inofensivo, pero este simpático pececito es una de las peores especies invasoras del mundo y está en España
Se la comen en Suiza, pero en España es una dañina especie invasora que está fulminando la fauna de los ríos
Puede estar en tu parque, pero es una dañina especie invasora que está alterando la vegetación en España
Parece inofensivo, pero este animal tan ‘cuqui’ es una especie invasora que desplaza aves nativas en España
1.600 euros al mes y casa gratis por vivir allí: el pueblo a menos de dos horas de Madrid que busca vecinos
Ni 'red flags' ni 'green flags': llega a España las 'beige flags' la nueva tendencia que rompe los esquemas de las relaciones

Las especies invasoras llegan en todos los tamaños, colores y de apariencias sumamente distintas. Unas son adorables como peluches, otras pueden provocar rechazo con sólo verlas, pero la mayoría apenas y se distingue en el día a día.
Ese es el caso de un pequeño pececito que tiene una apariencia hasta agradable y que, aparentemente, no representa amenaza alguna. Pero es de las peores especies invasoras que existen en la actualidad en todo el mundo.
Este es el pez invasor que está arrasando con especies nativas en ríos y humedales españoles
El pequeño pez que va causando estragos en nuestras aguas se llama gambusia, también conocido como gambusino o pez mosquito. Su nombre científico, Gambusia holbrooki, puede sonar inofensivo. Pero su impacto sobre la biodiversidad es muy diferente.
Originario del sureste de Estados Unidos, fue introducido en España en 1921 con la intención de combatir el paludismo (porque se alimenta de larvas de mosquito). Pero se expandió rápidamente y, hoy en día, está presente en la costa mediterránea, la cuenca del Ebro, el suroeste peninsular y buena parte de las aguas lentas por debajo de los 1.000 metros de altitud.
Es tan pequeño como una cerilla, pero también es una especie extremadamente fértil, voraz y agresiva. Una gambusia puede alcanzar la madurez sexual a los seis meses y parir hasta 30 crías cada vez. Y eso puede pasar tres veces en una sola temporada reproductiva. La densidad en algunas zonas supera los 11.000 individuos por cada 100 metros cuadrados.
La gambusia habita en tramos de aguas poco profundas, con vegetación abundante, soportando contaminación, altas temperaturas y niveles bajísimos de oxígeno. Su dieta se basa en larvas de dípteros, copépodos, áfidos… y lo que se atraviese en su camino.
¿Cómo es la amenaza de esta especie invasora en España?
El gambusino altera el equilibrio ecológico de manera silenciosa, desplazando a peces autóctonos y arrasando con larvas y renacuajos de anfibios. Entre los más afectados están el fartet (Aphanius iberus), el samaruc (Valencia hispanica) y el salinete (Aphanius baeticus). Tres especies en peligro que no pueden competir con la agresividad ni la velocidad reproductiva de la gambusia.
Además, este pez modifica directamente las condiciones del entorno: produce eutrofización, reduce el oxígeno en el agua y arrasa con organismos esenciales para el ecosistema. Lo que debería ser un equilibrio acuático termina en un hábitat empobrecido y en desequilibrio.
Fue incluido en la lista de las 100 especies invasoras más dañinas del planeta por la UICN. Y con mucha razón, pues su capacidad de adaptación y su forma de propagación son tan eficaces que resulta casi imposible erradicarla.
La conectividad de los ríos y humedales facilita su expansión. A eso se le suma que sigue habiendo liberaciones ilegales desde el mundo de la acuariofilia.
¿Qué se puede hacer para frenar la expansión de este pez invasor en España?
A día de hoy, no hay una fórmula para controlarla. Los intentos de erradicación en charcas con pesca eléctrica o desecación funcionan en zonas aisladas, pero no son viables a gran escala.
Hay normativa en vigor, pues el Real Decreto 630/2013 la incluye en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. También hay regulaciones regionales, como en la Comunidad Valenciana o en Andalucía. Pero la clave está en la prevención y en la concienciación.
Evitar su suelta, eliminar su comercio en tiendas de acuariofilia, limpiar bien el material de pesca… todo suma. Además, es urgente involucrar a los pescadores en el seguimiento y control de sus poblaciones, mejorar los protocolos de monitoreo y seguir desarrollando proyectos como el LIFE de conservación del fartet.
Temas:
- Animales
- Curiosidades