Especie invasora

Puede estar en tu parque, pero es una dañina especie invasora que está alterando la vegetación en España

Acacia dealbata, planta, curiosidades
Acacia dealbata. Imagen: Strobilomyces.
  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Cuando se trata de las especies invasoras, no siempre están las más feas ni las más discretas. Hay algunas que no se confunden con el monte, sino que brillan por sí mismas (literalmente).

Este es el caso de una de las plantas invasoras más preciosas en toda España, que llama la atención y hace que más de una persona vuelva la cabeza. Esta es la Acacia dealbata, conocida como mimosa, y que en primavera florece como pocas. Pero, al mismo tiempo, está alterando la vegetación en buena parte del país y no parece que vaya a parar pronto.

Esta es la planta invasora que amenaza la vegetación en más de 20 provincias

La mimosa ha pasado de ser un adorno exótico a una amenaza ambiental. Originaria del sureste de Australia, se trajo a España por su apariencia y su resistencia. Crece rápido, no exige mucho suelo, aguanta incendios, y además florece en pleno invierno. Es por eso que se puede encontrar en jardines, taludes de carreteras, y hasta en los márgenes fluviales.

Hoy en día está completamente naturalizada en Galicia, donde se ha hecho fuerte en las zonas bajas y medias, hasta los 600 metros. Pero también se ha expandido por Cataluña, Asturias, Castilla y León, Extremadura, Andalucía, Valencia y las Canarias orientales. En total, está presente en 22 provincias españolas.

La Acacia dealbata no soporta la sombra ni las heladas intensas, pero donde encuentra espacio abierto y temperaturas suaves, se adueña del terreno. Sus semillas pueden quedarse dormidas en el suelo durante años, esperando el momento justo, como un incendio, para brotar.

¿Cómo es la amenaza de esta especie invasora al ecosistema español?

Aunque el amarillo de sus flores pueda engañar, la mimosa no es ninguna planta dulce ni sumisa. Bajo esa apariencia hay una especie que compite con la vegetación autóctona. Lo primero que hace es ocupar espacios degradados donde otras especies no pueden asentarse con la misma rapidez. Después, genera comunidades muy pobres, sin apenas diversidad.

El problema no es sólo ecológico. Es una planta que invade taludes, fincas, márgenes de caminos y cortafuegos. Además, su capacidad para rebrotar hace que erradicarla sea una tarea larga, cara y, en muchos casos, poco efectiva si no se repite con frecuencia.

Por otro lado, se ha comprobado que puede provocar alergias, por lo que durante los meses de enero a marzo, cuando es su floración, lo mejor es mantenerse lo más al margen posible… o tener una caja de antialérgicos a mano.

¿Qué se está haciendo para frenar la expansión de esta planta invasora?

Desde 2013, figura en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, lo que implica ciertas restricciones. Aun así, sigue apareciendo en viveros y jardines por desconocimiento o falta de control.

Las autoridades han puesto en marcha programas de eliminación que combinan métodos físicos (arranque de cepas) y químicos (aplicación localizada de glifosato en los tocones).

En el entorno de Doñana, por ejemplo, se ha extraído más de una tonelada de material vegetal en una campaña de control. Pero lo que de verdad puede marcar la diferencia es evitar su uso ornamental.

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