Limpieza

Ni ventiladores ni pintura: el truco rápido de la OCU para evitar las humedades en casa sin gastar un euro

Humedad en casa
Pared con moho. Foto: ilustración propia.

Tener humedad en casa es una de las incidencias más frecuentes en las viviendas españolas, especialmente en zonas costeras o regiones con inviernos húmedos. Aunque muchas veces se percibe como un inconveniente menor, la OCU alerta de que, si no se aborda a tiempo, este exceso de humedad puede comprometer materiales, muebles y hasta la salud respiratoria.

A diferencia de otros problemas domésticos, la humedad en casa no siempre tiene una única causa. Puede provenir de filtraciones en muros, cubiertas, suelos o simplemente una mala gestión de la ventilación. Por ello, la clave está en adoptar esta rutina presentada a continuación.

¿Cuál es el consejo de la OCU para eliminar la humedad en casa sin gastar un euro?

La OCU ha subrayado que no es necesario invertir dinero en productos antihumedad, pinturas especiales ni ventiladores eléctricos para combatir el exceso de humedad. Su recomendación es tan simple como ventilar la vivienda de forma habitual.

Ventilar al menos 15 minutos al día permite renovar el aire, reducir el nivel de vapor de agua y evitar que se genere condensación sobre las superficies frías. Este sencillo hábito ayuda a expulsar contaminantes, malos olores y dióxido de carbono, al tiempo que previene la aparición de moho y ácaros.

La humedad en casa se produce, en parte, por las propias actividades cotidianas. Cocinar, ducharse o incluso respirar libera vapor de agua que se acumula en el ambiente. Se estima que un hogar ocupado por cuatro personas puede generar entre 10 y 15 litros de agua diarios, lo que explica la necesidad de una ventilación constante.

Además, la OCU recuerda que este hábito protege la estructura de la vivienda. El aire húmedo deteriora los materiales de construcción y puede provocar daños costosos a largo plazo. Por eso, abrir las ventanas cada día, aunque sea durante pocos minutos, es una medida preventiva, eficaz y gratuita.

Cómo ventilar correctamente para evitar la condensación

Para lograr una ventilación efectiva, se recomienda crear corrientes de aire. Abrir ventanas o puertas en lados opuestos de la vivienda favorece la circulación y facilita la renovación del aire interior. Cuando esto no sea posible, ventilar cada habitación por separado también resulta útil.

Las estancias más críticas son la cocina, el baño y el dormitorio, donde se genera más vapor. En estos espacios conviene ventilar justo después de cocinar o ducharse. Si la vivienda dispone de extractores o ventiladores de extracción, deben utilizarse para expulsar el aire húmedo al exterior.

Otra recomendación es ventilar durante las horas más cálidas del día, cuando el aire exterior contiene menos humedad. En invierno, hacerlo entre las 12:00 y las 15:00 horas permite renovar el aire sin enfriar demasiado el interior. Durante el verano, se puede ventilar temprano por la mañana o al caer la tarde, cuando la temperatura es más agradable.

La humedad en casa también se reduce al mantener un equilibrio térmico adecuado. Cuando el aire frío se calienta, se vuelve más seco, por lo que permitir la entrada de aire fresco ayuda a controlar el nivel de humedad ambiental.

Los beneficios de una buena ventilación

Ventilar diariamente no solo combate la humedad en casa, sino que mejora la calidad del aire interior. Elimina el polvo en suspensión, las bacterias y los alérgenos, factores que pueden agravar problemas respiratorios como el asma o la bronquitis.

Entre los principales beneficios destacan los siguientes:

  • Prevención del moho y los ácaros: se evita su proliferación en paredes y textiles.
  • Protección de la estructura del hogar: reduce la corrosión y el deterioro de los materiales.
  • Reducción de malos olores: el aire se renueva y desaparece el olor a encierro.
  • Ambiente más saludable: se mejora el confort y se limita la presencia de contaminantes.

¿Cómo se detecta la humedad en casa a tiempo?

Existen varios signos que permiten identificar la presencia de humedad. Las manchas oscuras en paredes o techos, el olor a moho persistente o la condensación constante en ventanas son algunos de los indicios más comunes. También pueden aparecer desprendimientos de pintura, grietas en el yeso o superficies frías al tacto.

Según la OCU, es fundamental determinar el origen del problema antes de aplicar cualquier remedio. La humedad puede deberse a una ventilación deficiente, a fugas de agua o a filtraciones estructurales.

En los muros, por ejemplo, se recomienda revisar canalones y bajantes una vez al año, especialmente tras la temporada de lluvias. En las cubiertas, es importante comprobar la impermeabilización del tejado y los sumideros para evitar que el agua se acumule.

En el caso de las fachadas, conviene observar cada tres años el estado del revestimiento, asegurándose de que no haya grietas o deformaciones.

Y por último, en los suelos, sobre todo los exteriores, es recomendable verificar el drenaje y la evacuación de agua. Todos estos pasos ayudan a prevenir que la humedad penetre en la vivienda y se acumule en su interior.

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