Seguridad vial

La Guardia Civil despeja todas las dudas y recomienda este truco infalible para quitar el hielo del parabrisas

Quitar el hielo del parabrisas
Hombre quitando el hielo del parabrisas. Foto: ilustración propia.

Las temperaturas que acompañan a los meses más fríos vuelven habitual la necesidad de quitar el hielo del parabrisas antes de utilizar el coche. Esta situación no solo afecta a la comodidad, sino que influye en la seguridad vial y en el funcionamiento del vehículo. En numerosos casos, la falta de tiempo o la aplicación de soluciones improvisadas termina generando daños evitables.

Además de ser una molestia recurrente, la presencia de hielo altera la visibilidad y puede provocar problemas mecánicos si no se actúa con criterio. Tanto la Guardia Civil como la Dirección General de Tráfico llevan años advirtiendo de errores frecuentes y promoviendo prácticas que facilitan quitar el hielo del parabrisas sin causar impactos en el cristal.

¿Cuál es el truco recomendado por la Guardia Civil para quitar el hielo del parabrisas?

La Guardia Civil ha insistido a través de un tweet en X sobre la importancia de seguir un orden específico que permite quitar el hielo del parabrisas de forma progresiva. El punto de partida consiste en arrancar el coche y dirigir el sistema de calefacción hacia el parabrisas. Este calentamiento gradual ablanda la capa helada y reduce el riesgo de daños.

Cuando el cristal empieza a templarse, se debe aplicar mediante un pulverizador una mezcla de alcohol y agua, parte esencial de este proceso. La proporción indicada es de dos tercios de alcohol por un tercio de agua.

Su aplicación directa sobre el parabrisas favorece la descongelación uniforme, lo que facilita la retirada del hielo con una rasqueta de plástico. Una vez completado este paso, activar los limpiaparabrisas permite eliminar los restos que puedan quedar adheridos.

Además de la mezcla propuesta, existen otras opciones que respetan la integridad del parabrisas. Los productos descongelantes comerciales , aunque más costosos, cumplen funciones similares y están formulados para actuar rápidamente sin comprometer el cristal o las gomas.

Una vez aplicado cualquiera de estos métodos, se emplea una rasqueta de plástico, evitando herramientas metálicas que puedan rayar la superficie.

La descongelación debe completarse antes de iniciar la marcha. Este criterio también se aplica a los faros, donde la acumulación de hielo reduce la iluminación y puede generar sanciones.

En modelos con faros halógenos, el calor de la lámpara puede ayudar, aunque en otros sistemas será necesario retirar el hielo manualmente.

¿Qué hay que evitar cuando se intenta quitar el hielo del parabrisas en invierno?

Ciertos hábitos extendidos pueden derivar en averías o roturas. El más habitual consiste en verter agua caliente sobre el cristal. Este contraste térmico incrementa la probabilidad de grietas y, como advierte la Guardia Civil, puede desembocar en una rotura inmediata.

Tampoco se deben accionar los limpiaparabrisas cuando el hielo aún está adherido, ya que las escobillas pueden dañarse y el motor del mecanismo puede terminar forzándose.

Entre los errores frecuentes se encuentra también rascar con objetos inadecuados, utilizar agua con sal en exceso o emplear movimientos bruscos sobre el cristal. El objetivo es mantener un procedimiento estable que no altere la estructura del parabrisas ni los sistemas asociados al mismo.

Medidas preventivas para no tener que lidiar con el hielo cada mañana

Existen medidas de prevención que evitan que el parabrisas se cubra de hielo durante la noche. Una de las más prácticas es cubrir el cristal con un cartón o una manta gruesa sujetada con las puertas delanteras o los brazos de los limpiaparabrisas. Esta técnica impide que la humedad se congele sobre la superficie y evita que las escobillas queden adheridas.

También resulta útil estacionar el coche orientado hacia el este para aprovechar las primeras horas de sol en caso de helada. Otra medida eficaz se basa en utilizar un líquido limpiaparabrisas con anticongelante, que evita que los conductos y pulverizadores se bloqueen.

Por último, conviene revisar periódicamente el estado de las escobillas para garantizar una limpieza efectiva cuando llegue el momento de utilizarlas.

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