Frases de Jane Austen en el día de su nacimiento
Un 16 de diciembre de 1775 nació la escritora Jane Austen que nos ha dejado un importante legado de novelas. Sus reflexiones son muy conocidas porque habló de muchísimos temas. Vamos a ver las frases de Jane Austen en el día de su nacimiento.
De nacionalidad inglesa, destacó por sus novelas románticas, con algunas obras de alta popularidad como orgullo y prejuicio y sentido y sensibilidad.
A poca gente quiero de verdad, y de muy pocos tengo buen concepto. Cuanto más conozco el mundo, más me desagrada, y el tiempo me confirma mi creencia en la inconsistencia del carácter humano, y en lo poco que se puede uno fiar de las apariencias de bondad o inteligencia.
¡La memoria es a veces tan fiel, tan servicial, tan obediente y, otras, tan veleidosa, tan flaca… y aspectos; pero nuestra facultad de recordar y de olvidar me parece algo particularmente insondable!
Pero esa expresión, «locamente enamorado», está tan manida, es tan ambigua y tan indefinida, que no me dice nada. Lo mismo se aplica a sentimientos nacidos a la media hora de haberse conocido, que a un cariño fuerte y verdadero.
No es el tiempo ni la oportunidad lo que determina la intimidad; es solo la disposición. Siete años serían insuficientes para que algunas personas se conozcan entre sí, y siete días son más que suficientes para otros.
Sin música, la vida sería un espacio en blanco para mí.
Después de todo, declaro que no hay placer como leer! ¡Cuánto antes uno se cansa de cualquier cosa que no sea un libro! Cuando tenga mi propia casa, seré miserable si no tengo una excelente biblioteca.
Soy la criatura más feliz del mundo. Tal vez otras personas lo hayan dicho antes, pero nadie con tanta justicia. Estoy más feliz incluso que Jane; ella solo sonríe, yo me río.
No creo que valga la pena esperar a disfrutar hasta que haya alguna oportunidad real para ello.
¡Nadie puede decir lo que sufro! Pero siempre es así. Aquellos que no se quejan nunca se compadecen.
La vanidad que trabaja en una cabeza débil, produce todo tipo de travesuras.
Historia real y solemne, no me pueden interesar… Las disputas de papas y reyes, con guerras y pestilencias en cada página; todos los hombres son tan buenos para nada, y no aparece casi ninguna mujer.
La persona, sea caballero o dama, que no tiene placer en una buena novela, debe ser intolerablemente estúpida.
Nada me divierte más que la facilidad con la que todos arreglan la abundancia de aquellos que tienen mucho menos que ellos.
¡Después de todo, declaro que no hay placer como leer! ¡Cuanto antes uno se cansa de cualquier cosa que no sea un libro! Cuando tenga mi propia casa, seré miserable si no tengo una excelente biblioteca.
Ella era sensata e inteligente, pero ansiosa en todo; sus penas, sus alegrías, no podrían tener moderación. Frases de Jane Austen.
Debes saber algo de mi filosofía. Pienso solo en el pasado ya que su recuerdo me da placer.
Deseo, al igual que todos los demás, ser perfectamente feliz; pero, como todos los demás, debe ser a mi manera.
Creo que puedo jactarme de ser, con toda la vanidad posible, la mujer más ignorante e inconsciente que se haya atrevido a ser una autora.
Hay terquedad en mí que nunca puede soportar estar asustado por la voluntad de los demás. Mi valor siempre se eleva en cada intento de intimidarme.
Pues sí, me gusta –replicó Elizabeth con lágrimas en los ojos–; le amo. Además no tiene ningún orgullo. Es lo más amable del mundo. Tú no le conoces. Por eso te suplico que no me hagas daño hablándome de él de esa forma.
Si Elizabeth hubiese sido capaz de mirarle a los ojos, habría visto cuán bien se reflejaba en ellos la delicia que inundaba su corazón; pero podía escucharle, y los sentimientos que Darcy le confesaba y que le demostraban la importancia que ella tenía para él, hacían su cariño cada vez más valioso.
Os llevaréis muy bien. Vuestros caracteres son muy parecidos. Sois tan complacientes el uno con el otro que nunca resolveréis nada, tan confiados que os engañará cualquier criado, y tan generosos que siempre gastaréis más de lo que tengáis. Frases de Jane Austen.
Que nadie presuma de saber traducir los sentimientos de una mujer joven al obtener la seguridad de un amor para el que apenas se atreviera a guardar una esperanza.
Mrs. Allen pertenecía a la categoría de mujeres cuyo trato nos obliga a preguntarnos cómo se las arreglaron para encontrar la persona dispuesta a contraer matrimonio con ellas.
Sin querer obrar mal o hacer sufrir a los demás, se pueden cometer errores y hacer mucho daño. De eso se encargan la inconsciencia, la falta de atención a los sentimientos de otras personas y la falta de decisión.
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