Una experta en lavandería lanza un aviso: sacar la ropa tarde de la lavadora podría costarte caro


Seguro que te ha pasado más de una vez: pones la lavadora con la intención de hacer la colada y continuar con tus tareas, pero en medio del ajetreo diario terminas olvidándote por completo de sacar la ropa. Horas más tarde, cuando por fin vuelves a abrir la puerta de la lavadora, te encuentras con las prendas húmedas, arrugadas y con olor a cerrado. Pues bien, este despiste, tan habitual en la rutina diaria, puede tener consecuencias más serias de lo que parece.
La experta en lavandería Mary Gagliardi, conocida popularmente como la Dra. Lavandería, insiste en que este error puede arruinar por completo la colada. Y no basta con volver a repetir el ciclo de lavado: dependiendo del tiempo que haya pasado y del estado de la ropa, podríamos estar esparciendo bacterias, fijando olores o incluso estropeando las fibras de las prendas.
¿Cuánto tiempo tardas en sacar la ropa de la lavadora?
No hay una fórmula mágica ni una cantidad exacta de horas tras la cual la ropa ya no se pueda usar, pero dejarla más de una o dos horas incrementa notablemente el riesgo de que aparezcan bacterias y hongos que se adhieren a los tejidos y provocan olores desagradables.
¿Cómo saber si debes volver a lavar la ropa? La clave está en el olfato. Si al abrir la lavadora la ropa huele fresca, probablemente no sea necesario repetir el ciclo de lavado. En ese caso, puedes sacarla, sacudirla bien para quitarle las arrugas y tenderla o meterla en la secadora. Si está un poco arrugada, será suficiente con pasarle la plancha o un poco de vapor para que recupere su forma.
Sin embargo, si detectas un olor a humedad, a cerrado o incluso moho, la recomendación es clara: no pongas esa ropa directamente en la secadora. Al hacerlo, no harías más que fijar el olor en los tejidos y dificultar aún más su eliminación. Lo mejor es repetir el lavado con un ciclo corto y añadir algún producto desinfectante apto para ropa.
Si te has dado cuenta muchas horas después o incluso al día siguiente, la situación ya es más complicada. Lo primero que debes hacer es sacar la ropa del tambor y oler cada prenda. Aquellas que tengan un olor fuerte o desagradable, conviene lavarlas de nuevo. No te limites a añadir más detergente: opta por un ciclo de lavado corto con agua caliente si el tejido lo permite y añade un producto antibacteriano.
En los casos más extremos, cuando el olor persiste incluso tras otro lavado por no sacar la ropa de la lavadora a tiempo, puedes probar a remojar la ropa en agua con vinagre blanco o bicarbonato de sodio antes de volver a lavarla. Estos productos naturales ayudan a neutralizar los olores y eliminar residuos de bacterias.
Limpieza de electrodoméstico
Uno de los factores más importantes para evitar que la ropa coja mal olor si se queda un tiempo dentro de la lavadora es el estado de la propia máquina. Si el tambor, las gomas o los filtros están sucios, los microorganismos presentes en ellos se pueden transferir fácilmente a las prendas húmedas, incluso en un ciclo de lavado recién terminado.
Por eso, Gagliardi recomienda realizar una limpieza en profundidad de la lavadora al menos una vez al mes, tal y como recoge El Mueble. Puedes hacerlo con un ciclo vacío usando agua caliente y una taza de lejía, o bien emplear vinagre blanco o bicarbonato. Esto eliminará los residuos de detergente, la cal y las bacterias acumuladas.
Además, limpia el cajetín del detergente y el filtro de desagüe cada uno o dos meses. El primero suele acumular restos que terminan generando moho, y el segundo puede contener objetos atascados que dificultan el drenaje y favorecen los malos olores. Los pasos a seguir son muy simples:
- Realiza un lavado en vacío con agua caliente (mínimo 60 ºC) y añade una taza de vinagre o bicarbonato. Esto desinfecta y neutraliza olores.
- Límpialas con una mezcla de agua y vinagre o una disolución de lejía suave. Usa un cepillo viejo para llegar a los pliegues y sécalas bien después.
- Extráelo y frótalo con un cepillo pequeño bajo agua caliente. Si hay restos incrustados, déjalo en remojo con vinagre antes de limpiarlo.
- Ubícalo en la parte inferior del frontal, abre con cuidado y elimina residuos. Luego enjuágalo y vuelve a colocarlo.
- Usa un paño húmedo con jabón neutro y seca con otro limpio. Mantener el exterior también ayuda a conservar la lavadora en buen estado.
Una de las recomendaciones más simples y efectivas es dejar la puerta de la lavadora entreabierta después de cada uso. Esto permite que el interior se ventile, se evapore la humedad y se evite la proliferación de hongos. Si además pasas un paño seco por el tambor y la goma después de cada lavado, tu lavadora estará lista para funcionar correctamente.