Desde que el técnico de la lavadora me enseñó este botón ahorro un 85% en la factura de la luz


En el contexto actual de la inflación en España, encontrar formas eficientes de reducir el consumo de agua y electricidad se ha vuelto esencial para muchas familias. La lavadora es uno los electrodomésticos que más energía consumen, pero hay pequeños trucos que pueden marcar una gran diferencia. Según expertos como el Instituto Catalán de Energía y la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), buena parte del gasto de este electrodoméstico proviene del calentamiento del agua durante los ciclos de lavado.
Por lo tanto, optimizar su funcionamiento no sólo implica un alivio económico, sino que también contribuye a prácticas más sostenibles en el hogar. Desde ajustar la temperatura de lavado hasta aprovechar las horas valle de electricidad, estos trucos son fáciles de aplicar y, al mismo tiempo, muy efectivas para reducir el impacto económico y ambiental.
El truco definitivo para ahorrar al poner la lavadora
Lavar a temperaturas más bajas, como 30 o 40 grados, es una de las formas más efectivas de reducir el consumo energético de la lavadora. Según el Instituto Catalán de Energía, calentar el agua representa el 85% de la energía que se utiliza en cada ciclo de lavado. Optar por temperaturas moderadas reduce significativamente el gasto en electricidad, al tiempo que protege el medioambiente al reducir las emisiones de CO₂ relacionadas con el uso de energía.
Los detergentes actuales están formulados para ser efectivos incluso a 30 grados, lo que garantiza una limpieza óptima sin necesidad de temperaturas elevadas. En comparación, un ciclo a 90°C consume hasta cuatro veces más energía que uno a 40°C, lo que supone un gasto innecesario tanto para el bolsillo como para el planeta.
Éste sencillo gesto no sólo ahorra energía, sino que también alarga la vida útil de las prendas, ya que las temperaturas más altas desgastan los tejidos con mayor rapidez. Incorporar esta práctica en el día a día es un pequeño cambio que tiene un impacto positivo en el consumo energético y en la sostenibilidad del hogar.
Consejos prácticos
Una lavadora a media carga desperdicia una gran cantidad de agua, y también consume la misma cantidad de energía que si estuviera llena. Planificar las coladas para aprovechar al máximo la capacidad del tambor es una de las formas más sencillas de ahorrar sin sacrificar comodidad.
El tipo de detergente también juega un papel importante en la eficiencia del lavado. Los detergentes concentrados y biodegradables permiten obtener mejores resultados con dosis más pequeñas, optimizando el uso de agua y energía. Además, su impacto ambiental es menor en comparación con los productos tradicionales.
Con la implementación de las tarifas eléctricas por franjas horarias, programar el uso de la lavadora durante las horas valle puede suponer un ahorro considerable. Estas horas suelen coincidir con la madrugada, entre la medianoche y las ocho de la mañana, así como los fines de semana y festivos, cuando el precio de la electricidad es más bajo.
Un mantenimiento adecuado también es esencial para garantizar la eficiencia energética de la lavadora. Limpiar el filtro regularmente, evitar el exceso de detergente y asegurarse de que no haya obstrucciones en las tuberías de agua son prácticas simples que prolongan la vida útil del electrodoméstico.
Un truco efectivo para mantener tu lavadora limpia es realizar una limpieza profunda de manera regular. Cada mes, ejecuta un ciclo de lavado vacío utilizando agua caliente y añade una taza de vinagre blanco en el compartimento del detergente. Esto elimina residuos de jabón, cal y malos olores. Además, limpia regularmente el filtro para retirar pelusas y objetos pequeños que puedan obstruir el drenaje. No olvides secar la goma del tambor tras cada uso para evitar la acumulación de humedad y moho.
Si estás pensando en cambiar la lavadora, elegir un modelo con una alta calificación energética es una gran inversión. Los modelos clasificados como A+++ consumen hasta un 50% menos de energía y agua en comparación con los modelos más antiguos. Aunque la inversión inicial pueda ser mayor, el retorno económico y ambiental a lo largo del tiempo compensa el gasto.
Algunas lavadoras modernas tienen sensores que ajustan automáticamente el nivel de agua según la cantidad de ropa en el tambor. Si tu modelo no cuenta con esta función, asegúrate de elegir manualmente un nivel de agua apropiado para evitar el desperdicio.
Finalmente, si bien la secadora es una gran aliada en climas húmedos o durante el invierno, su uso incrementa considerablemente el gasto energético. Siempre que sea posible, aprovecha el aire libre para secar tu ropa. Esto reduce la factura de electricidad, al tiempo que alarga la vida útil de tus prendas al evitar el desgaste provocado por el calor intenso.
Adoptar estas prácticas en el uso diario de la lavadora contribuye a disminuir la factura de la luz y el agua, y también reduce el impacto ambiental y promueve hábitos más sostenibles y responsables en el hogar.
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