Inteligencia Artificial

Esto es lo que pasa si le preguntas a ChatGPT sobre tu futuro: lo que dice no te va a gustar

ChatGPT y futuro
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En un mundo donde la inteligencia artificial ha avanzado a pasos agigantados, hay algo casi irresistible en preguntarle a una herramienta como ChatGPT sobre lo que nos espera en el futuro. ¿Te imaginas recibir predicciones sobre tu vida, tu trabajo o tus relaciones? Muchos lo han hecho esperando respuestas reveladoras, predicciones asombrosas… pero lo que obtienen suele ser algo muy distinto.

Más allá de predicciones mágicas o certezas absolutas, la IA devuelve reflexiones, probabilidades y consejos razonables. Esa capacidad de razonar y no de adivinar mágicamente puede dejar a muchos insatisfechos, incluso decepcionados. Porque al final, asomarse al futuro con IA es casi como mirarte en un espejo difuso: ves contornos, posibilidades y riesgos, pero no una imagen nítida.

¿Qué pasa cuando preguntas a ChatGPT sobre tu futuro?

Cuando alguien empieza con «¿cómo será mi futuro?», ChatGPT no se lanza a dar predicciones concretas. En lugar de ello, establece límites prácticamente al instante: advierte de que no tiene habilidades de premonición, que su conocimiento se basa en patrones pasados o información general y que no tiene acceso a datos personales reales. Esto ocurre porque la IA ha sido entrenada para reconocer cuándo se le está pidiendo algo imposible desde un punto de vista lógico y ético. En lugar de inventar, prefiere advertir.

Al no contar con información personal real, ni acceso a tu vida ni visión del futuro, ChatGPT suele pedir detalles adicionales antes de ofrecer una respuesta útil. «¿En qué etapa de tu vida estás?» «¿Qué trabajo haces o quieres hacer?» «¿Cuáles son tus objetivos?» Sin sabr esto, cualquier predicción sería completamente genérica.

Y, aunque recoger datos personales directos pueda despertar recelos por la privacidad, esta forma de preguntar demuestra que la IA no trabaja con certezas reales, sino con hipótesis basadas en el tipo de información que compartes. Para muchos, este paso es incómodo e intrusivo; para otros, es la antesala de una respuesta medianamente personalizada.

Ofrece posibilidades, no certezas

Una vez que tienes una respuesta algo más personalizada, ChatGPT enumera posibles escenarios basados en tendencias generales y evidencias: «Si sigues formándote y aplicas a X tipo de empresa, tienes probabilidades de…», «podrías encontrar el amor si…». No son predicciones infalibles, sino inferencias razonadas basándose en variables conocidas.

Un buen ejemplo fue el de Laura, una chica de 27 años que le preguntó a ChatGPT si iba a tener éxito como diseñadora gráfica freelance. En lugar de responder «sí» o «no», la IA le pidió información sobre su formación, su experiencia y sus contactos. Con esos datos, generó un plan realista: consejos sobre cómo promocionarse, plataformas donde buscar clientes y errores comunes que evitar.

No predijo su éxito, pero sí le mostró los caminos posibles y lo que podría hacer para aumentar sus probabilidades. Seis meses después, Laura había conseguido sus tres primeros clientes y entendió que el futuro no se le reveló: lo construyó ella misma.

Uno de las principales ventajas que ofrece el enfoque de ChatGPT es que no se limita a vaticinar, sino que enseña a analizar todos los factores que pueden influir en el futuro: formación profesional, hábitos de salud, habilidades sociales… a través de eso, promueve la reflexión sobre decisiones actuales. Es decir: pone en manos del usuario las herramientas para «crear» su futuro, en lugar de depender de un pronóstico.

¿Por qué deseamos certezas?

El por qué una consulta sobre el futuro entraña expectativas irracionales también merece especial atención. En ocasiones, las personas buscan seguridad y alivio ante la incertidumbre. Que una IA respondiera con contundencia podría ser un consuelo (aunque falso). Pero una herramienta que sólo genera reflexiones, consejos y variables, no elimina esa ansiedad. En ese sentido, el desencanto frente a ChatGPT no es culpa de la IA, sino del anhelo humano de certezas absolutas.

Para sacar verdadero provecho de una IA como ChatGPT, conviene reformular las preguntas. En lugar de preguntar «¿cómo será mi vida?», que apunta a una respuesta adivinatoria, es mucho más útil plantear cuestiones del tipo: «¿cómo puedo prepararme para afrontar cambios en mi salud a partir de mis hábitos actuales?».

Este tipo de preguntas invitan a una reflexión más profunda y te permiten recibir respuestas valiosas: desde pasos concretos y pautas útiles, hasta señales de alerta o referencias prácticas. Son respuestas que no prometen certezas, pero sí ofrecen orientación para tomar mejores decisiones. Y al final, eso es mucho más útil que una predicción vacía.

En definitiva, preguntar a ChatGPT sobre tu futuro no te devolverá visiones místicas ni certezas proféticas. Lo más probable es que recibas una respuesta basada en probabilidades razonadas, hipótesis condicionadas y una constante invitación a reflexionar y tomar decisiones conscientes.

Si esperabas una bola de cristal, quizás te decepcione. Pero si estás dispuesto a trabajar en tu presente con intención y responsabilidad, descubrirás que esta herramienta no predice el futuro, pero sí puede ayudarte a construir uno mejor, paso a paso.

Lo último en Curiosidades

Últimas noticias