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Deja de usar hielo para enfriar tu comida en verano: el sustituto que es mejor

Consejos y hielo
Una joven con una nevera en la playa.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Las altas temperaturas del verano aumentan el riesgo de intoxicaciones alimentarias si no manipulamos adecuadamente los alimentos, razón por la cual es fundamental conocer una serie de consejos. Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aesan), el calor favorece el desarrollo de microorganismos en los alimentos, lo cual puede resultar en enfermedades si no se conservan correctamente. Una práctica común pero potencialmente peligrosa es dejar que las sobras se enfríen a temperatura ambiente antes de refrigerarlas.

Contrario a la creencia popular, no hay ningún inconveniente en refrigerar alimentos calientes directamente. Sin embargo, es importante seguir algunas pautas para garantizar que se conserven de manera segura. Por ejemplo, es recomendable transferir alimentos como legumbres o guisos a envases herméticos más pequeños una vez dejen de hervir, facilitando así un enfriamiento más rápido. Además, colocar los recipientes sobre una cama de agua con hielo durante unos minutos acelera el proceso de enfriamiento antes de refrigerarlos.

Ventajas de las placas heladas

Las placas heladas son la solución ideal para mantener los alimentos frescos sin los problemas asociados al hielo convencional. A diferencia de los cubitos, que se derriten y pueden contaminar la comida, las placas heladas ofrecen una forma más eficiente y limpia de conservar la temperatura adecuada en tu nevera portátil.

Son duraderas y mantienen una temperatura constante, actuando como un mini aire acondicionado sin consumo eléctrico. Además, son reutilizables, lo que las convierte en una opción amigable con el medio ambiente. Su facilidad de uso es indiscutible: simplemente se congelan y se colocan en la nevera, sin charcos ni complicaciones. Ocupan menos espacio que los cubitos de hielo, permitiéndote maximizar la capacidad para alimentos y bebidas. Además, garantizan la seguridad alimentaria al evitar la contaminación cruzada por agua derretida.

A largo plazo, son una inversión económica y versátil para el día a día. Optar por placas heladas es una decisión inteligente que mejora la experiencia de conservar alimentos frescos y sin preocupaciones durante el verano y más allá.

Consejos para evitar las intoxicaciones alimentarias en verano

Durante los meses de verano, las altas temperaturas crean un ambiente propicio para el crecimiento microbiano. Además, la tendencia a comer fuera de casa durante esta época puede aumentar el riesgo de consumir alimentos que no se mantienen a las temperaturas adecuadas para prevenir la proliferación de microorganismos. Por ello, la Aesan recomienda seguir estrictamente las «Reglas de Oro» de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la manipulación segura de los alimentos. Estas reglas incluyen:

  1. Consumir alimentos que hayan sido tratados o manipulados higiénicamente, como evitar consumir leche cruda sin tratamiento térmico previo y refrigerar adecuadamente carnes, pescados y productos de repostería.
  2. Cocinar correctamente los alimentos de origen animal para asegurar que alcancen una temperatura interna mínima de 70 °C durante al menos 2 minutos, lo que ayuda a destruir microorganismos potencialmente peligrosos.
  3. Consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados o, en caso de conservarlos, mantenerlos a temperaturas adecuadas.
  4. Calentar suficientemente las sobras antes de consumirlas, alcanzando al menos 70 °C durante dos minutos para eliminar cualquier microorganismo que pueda haber crecido en el alimento después de su preparación inicial.
  5. Evitar el contacto entre alimentos crudos y cocinados para prevenir la contaminación cruzada, utilizando utensilios y superficies separadas para cada tipo de alimento.
  6. Mantener una estricta higiene personal y de las superficies de la cocina, incluyendo lavarse las manos frecuentemente y mantener limpias las tablas de cortar, encimeras y otros utensilios.
  7. Proteger los alimentos de insectos, roedores y mascotas que puedan ser portadores de gérmenes patógenos y parásitos.
  8. Utilizar exclusivamente agua potable para preparar alimentos, evitando el uso de agua no potable que pueda contaminar los alimentos.
  9. No consumir alimentos perecederos que hayan estado expuestos a temperatura ambiente durante períodos prolongados, especialmente en establecimientos de venta de alimentos donde deben estar protegidos por vitrinas refrigeradas.

Salmonella

En esta época del año, el riesgo de intoxicaciones alimentarias, especialmente por bacterias como la Salmonella, aumenta significativamente debido a las condiciones ambientales más cálidas que favorecen la proliferación de estos microorganismos. La Salmonella es una bacteria que se reproduce rápidamente a temperaturas superiores a 30 grados, lo cual explica por qué los casos de salmonelosis son más frecuentes en esta temporada.

La OCU proporciona una serie de consejos para prevenir la salmonelosis. Estas recomendaciones incluyen comprar huevos con cáscaras intactas y de granjas autorizadas, respetar las fechas de consumo, almacenar huevos en el frigorífico sin lavarlos previamente, cascar los huevos correctamente para evitar contaminación, cocinar los alimentos con huevos completamente y conservarlos refrigerados, añadir vinagre o limón a salsas caseras y mantenerlas refrigeradas, evitar dejar alimentos con huevo a temperatura ambiente, consumir rápidamente alimentos preparados con huevos y evitar la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocidos.

Teniendo en cuenta estos consejos y utilizando placas de hielo en lugar de los cubitos convencionales, podemos cuidar nuestra salud este verano.

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