Bosch revela la verdad: ¿aumentan los imanes en tu nevera el consumo?
Esta afirmación se ha hecho viral en redes sociales
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En las últimas semanas, el mito de que los imanes que se ponen en la puerta de la nevera aumentan el consumo de energía se ha hecho viral en redes sociales. En plena era digital, los mitos como éste se propagan fácilmente, pero es crucial verificar la información antes de creerla. En ese caso, expertos de marcas como Bosch y LG han aclarado que los imanes no interfieren en el funcionamiento del frigorífico ni incrementan el consumo eléctrico. Aunque es cierto que generan campos magnéticos, su fuerza es tan insignificante que no afecta al funcionamiento de este electrodoméstico.
Ahora bien, es recomendable no sobrecargar la puerta con demasiados imanes, ya que esto podría dañar las bisagras y reducir la vida útil del frigorífico. Por lo tanto, las empresas fabricantes y organizaciones especializadas han demostrado que los imanes de nevera son completamente inofensivos para el consumo energético. Teniendo esto en cuenta, puedes seguir utilizando tus imanes sin preocuparte por el impacto en tu factura de la luz.
Los imanes aumentan el consumo de la nevera: ¿Mito o realidad?
El mito de que los imanes en la nevera aumentan el consumo de energía es falso, según expertos y marcas. Bosch aclara que el uso de algunos imanes en la puerta no afecta el funcionamiento del frigorífico, pero advierte que colocar demasiados podría aumentar el peso y dañar las bisagras, acortando la vida útil del electrodoméstico. Sin embargo, no afecta al consumo de energía.
Endesa, una empresa energética, también desmiente este mito, señalando que los imanes son insignificantes para el funcionamiento del refrigerador y que no interfieren en el consumo eléctrico. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) añade que, aunque las corrientes eléctricas interactúan con los campos magnéticos, los generados por los imanes en el refrigerador son demasiado débiles para afectar su rendimiento.
Finalmente, LG refuerza esta idea, afirmando que los imanes colocados en la parte exterior de la nevera no influyen en su funcionamiento, en la capacidad de refrigeración, ni en el consumo de energía. En conclusión, el uso de imanes en el refrigerador no tiene ningún efecto negativo en la eficiencia energética o funcionamiento del frigorífico.
Errores a evitar
Reducir el consumo energético en la cocina es esencial, ya que más de un tercio de la factura de electricidad proviene de este espacio, especialmente del frigorífico, lavadora y lavavajilla. Aunque el frigorífico es uno de los electrodomésticos que más consume, existen maneras de optimizar su uso y ahorrar en la factura.
En primer lugar, elegir un modelo eficiente es clave. Aunque los frigoríficos más baratos pueden parecer atractivos, los más eficientes a menudo compensan con un menor consumo energético a largo plazo. Además, es importante seleccionar un tamaño adecuado para las necesidades familiares, ya que los modelos más grandes consumen más energía y uno demasiado pequeño se puede sobrecargar, reduciendo su eficiencia.
La ubicación del frigorífico también influye en su consumo. Debe estar alejado de fuentes de calor como hornos o la luz solar directa, y tener espacio suficiente para una buena ventilación. Además, ajustar la temperatura correctamente, entre 5ºC y 7ºC en el frigorífico y -18ºC en el congelador, es crucial para evitar un consumo innecesario.
Por otro lado, el mantenimiento adecuado del frigorífico es fundamental. Limpiar las rejillas de ventilación y eliminar el hielo acumulado en los modelos que no son «no frost» ayuda a mantener su eficiencia. Asimismo, las juntas de las puertas deben revisarse periódicamente para asegurarse de que sellan correctamente.
En periodos vacacionales o ausencias prolongadas, es recomendable vaciar el frigorífico y apagarlo, o utilizar la función «vacaciones» si está disponible. Esto reduce el consumo innecesario cuando el frigorífico no está en uso.
Asimismo, organizar adecuadamente el contenido del frigorífico también contribuye al ahorro. Al tener los alimentos bien ordenados, se reduce el tiempo que la puerta permanece abierta, evitando que se pierda frío y se incremente el consumo energético.
- Coloca frutas y verduras en los cajones correspondientes.
- Guarda lácteos, como yogures y quesos, en los estantes superiores.
- Almacena carnes y pescados en la zona más fría de la nevera, la parte inferior.
- Coloca los alimentos cocinados y sobras en recipientes herméticos.
- Utiliza la puerta para bebidas, salsas y productos de consumo rápido.
- No sobrecargues los estantes y cajones; deja espacio para la circulación del aire frío.
Finalmente, descongelar los alimentos en el frigorífico, en lugar de dejarlos a temperatura ambiente, no solo es más seguro desde el punto de vista sanitario, sino que también aprovecha el frío generado por los alimentos congelados, reduciendo la carga de trabajo del frigorífico.
En resumen, pequeños cambios en los hábitos y un buen mantenimiento pueden marcar una gran diferencia en el consumo energético del frigorífico y, en consecuencia, en la factura de electricidad.
A modo de conclusión, cabe recordar que los imanes en la nevera no aumentan el consumo de energía ni afectan su funcionamiento, según expertos.