Fiona Ferrer presenta ‘La Estilista’: «La moda es un mundo fascinante que va mucho más allá de un look»

Fiona Ferrer
Fiona Ferrer @Gtres

Fiona Ferrer ha presentado su libro ‘La Estilista’ (La Esfera de los Libros) acompañada de amigos este jueves en el Hotel Wellington de Madrid. Un evento chic, como su libro, que contó con la presencia de la periodista de moda, Yolanda Sacristán, y Carmen Fernández de Blas, directora de la citada editorial. Además, el acto de presentación fue amenizado por la compositora y cantaora flamenca María Toledo. 

Ferrer, conocida por todos, sabe bien que detrás de una sonrisa puede haber mucho dolor. También lo que es hacer producciones estando enferma. Y posar en un photocall sonriendo cuando solo tenía ganas de llorar. Experta conocedora del sector de la moda, pocos dominan mejor que ella este universo fascinante que va mucho más allá de un look.

En su nueva novela, ha querido transmitir su respeto por todos aquellos profesionales que lo hacen posible: desde modelos y periodistas hasta fotógrafos y estilistas. Pero también desgranar los secretos que se esconden tras los flashes y los likes. Detrás de una foto en Instagram siempre hay una historia, y detrás de esa historia aparece el personaje y la persona, dos realidades que, a menudo, cuesta diferenciar. Más allá del brillo y lentejuelas, incide en cuestiones tan serias como los trastornos de alimentación, las adicciones o la ansiedad y la depresión.

«Para mí, la moda es un mundo fascinante. Es una industria que mueve billones y tiene una fuerza creativa inmensa. He nacido rodeada de moda. Es algo con lo que he convivido toda mi vida y, por eso, tengo un gran respeto a este sector y a todos los profesionales», asegura la autora. «Sin embargo, mucha gente tiene una idea distorsionada de este mundo. Lo ve como una profesión fácil y no es así. Mantenerse es muy complicado y hay que ser muy fuerte mentalmente».

Ambición, amores, traiciones… todo cabe en esta novela en la que se puede atisbar el glamour desde el otro lado, el de la realidad. La estilista incluye, además, una agenda secreta para conocer los lugares más cool frecuentados por la protagonista.

Frida, la protagonista, es una mezcla de varias mujeres y de distintas personalidades. ¿Cómo son las mujeres que le inspiran? 

Mujeres emprendedoras, fuertes y que no se rinden ante las adversidades pero que, a la vez, son capaces de admitir sus derrotas y convertirlas en una victoria. Mujeres valientes que ante un «no» luchan por un «sí». Honestas, positivas y, sobre todo y ante todo, mujeres amigas que se ayudan las unas a las otras.

¿En qué se parece y en qué se distingue de Frida? 

Soy muy parecida a Frida. Como ella, me considero valiente y tengo claro que el éxito profesional se construye día a día. Lo rápido y fácil se va y, si hay algo que no admito, son los vagos y los oportunistas. Como Frida, me he caído muchas veces y me he vuelto a levantar. De cada fracaso he aprendido la lección. Pero Frida sabe pasar página mejor que yo. A mí me cuesta admitir las pérdidas, sobre todo las personales, y ojalá hubiera tenido a una Frida a mi lado para que me aconsejara.

¿Cómo definiría qué es para usted la moda?

Para mí, la moda es un mundo fascinante que va mucho más allá de un look. Es una industria que mueve billones y tiene una fuerza creativa inmensa. He nacido rodeada de moda. Es algo con lo que he convivido toda mi vida y, por este motivo, tengo un gran respeto a este sector y a todos los profesionales. De alguna manera, en ciertos capítulos del libro he querido transmitir este respeto por las modelos, periodistas, fotógrafos, estilistas, etc.

La estilista es una ficción en la que todo lo que se cuenta es real. ¿Por qué quiso que estuviera tan pegada a la realidad?

Porque vivimos en un momento en el que no estamos para tonterías. La realidad nos ayuda a descubrir lo que realmente está pasando. Y es mucho más interesante que la ficción. Este mundo es muy complicado y, ni nada es tan fácil como parece, ni los éxitos son de uno, sino de todo un equipo. Quien va por libre y se pone todos los créditos al final se queda solo con su ego.

La novela desvela los entresijos que hay tras una foto, un estilismo o un photocall. ¿Cómo ha nutrido esta ‘cara b’ de la moda?

Se ha nutrido a base de experiencias personales. Lo he vivido en mi propia piel. Me ha tocado hacer producciones estando enferma y posar en photocall sonriendo cuando solo tenía ganas de llorar. Detrás de una foto siempre hay una historia que contar y no es oro todo lo que reluce. Tal vez uno de los momentos más duros que pasé fue cuando tuve que viajar a Bogotá por 48 horas para una ponencia, mientras mi madre estaba en el hospital. Dos minutos antes de subirme al estrado frente a 800 personas, recibí un mensaje: «Fiona, mamá se está muriendo. Entra en la UCI». Miré el mensaje, respiré y me subí al escenario. Esa misma tarde, tomé el avión de regreso a Madrid. Una vez llegué, fui directa al hospital. Mi madre finalmente no entró en la UCI y nunca supo que yo había estado en Colombia.

Lejos de ser un mundo de brillo y lentejuelas, incide en cuestiones tan serias e importantes como los trastornos de alimentación, las adicciones o la ansiedad y la depresión. ¿Con qué propósito?

Mucha gente tiene una idea distorsionada de este mundo. Lo ve como una profesión fácil y no es así. Mantenerse es muy complicado y hay que ser muy fuerte mentalmente. Vivimos en un mundo donde se nos exige ser perfectos, pero la verdadera perfección es ser capaz de admitir que tenemos un problema o que no podemos llegar a todo. Todos somos humanos y es, de alguna manera, lo que he querido transmitir. He puntualizado mucho en este libro la importancia de querernos, ya que muchas veces los problemas empiezan cuando dejamos de creer en nosotros.

Otro de los aspectos que aborda es la dualidad que a veces se genera entre la realidad y las redes sociales…

Las redes sociales son parte de nuestro presente y nuestro futuro. Han venido para quedarse, pero es un mundo muy competitivo y no se puede valorar solamente a través de un like. No es el número de seguidores, sino la influencia que cada usuario tenga en ellos lo que va a perdurar. El ruido molesta. Lo que cala hondo, en cambio, permanece. Hay que analizar quién sigue a este personaje. Quien hoy está abajo mañana está arriba, y esto es fundamental tenerlo muy claro. Mantenerse es mucho más difícil que llegar. Si hay algo que yo descartaría de las redes es, sin duda, ver el increíble talento que hay a nuestro alrededor. ¡Es fascinante! Es una gran fuente de inspiración y, para los que se dedican únicamente al manejo de las redes, es un trabajo que requiere mucha fuerza mental.

¿Considera entonces que ser influencer es una profesión?

Por supuesto. Hay grandes profesionales dentro de este sector que trabajan cada día en que sus contenidos tengan la máxima calidad. El mundo de la moda es tal vez el sector que más llame la atención, pero la gastronomía, el motor, la decoración, el arte o la belleza abarcan unos nichos importantísimos. Yo no me considero una influencer puesto que no es mi profesión pero, obviamente, las redes son parte de mi medio de comunicación y una manera de interactuar con mis seguidores y de poder mostrar una parte de mí. Las redes han cambiado el mundo y la manera de ver las cosas. Nos permiten viajar y entablar conversaciones con gente que antes hubiera sido imposible contactar además de, sin duda, ser en este momento el medio de comunicación más importante.

En un momento dado, Frida asegura que ya no hace planes que no se pueden cambiar. Que prefiere vivir día a día, alejada de medias verdades y falsedades. ¿Se ve reconocida en esta filosofía?

Cada vez más. Hay que estar preparados para que los planes puedan cambiarse. Saber que es importante despedirse con un «te quiero», puesto que nunca sabes si será la última vez que puedas decirlo, y que hay que ser auténtico. La falsedad está fuera de moda y la verdad es tendencia. Es mejor decir las cosas a la cara que por detrás y, como digo en el libro, el mundo es circular el karma siempre se devuelve. No hay nada como ser paciente y ver cómo todo se pone en su sitio. La vida está para vivirla y no para que te la cuenten.

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