El Espacio Telefónica fusiona su colección de arte con el cómic

El Espacio Telefónica fusiona su colección de arte con el cómic
Dos visitantes descubren la relación de El Louvre parisino con el arte del cómic. (Foto: Espacio Telefónica)
Iñigo Artola
  • Iñigo Artola
  • Portadista. Redactor de cultura, internacional, política, sociedad y lo que haga falta. Devorador insaciable de series y películas.

Bajo la supervisión del comisario de la muestra, Asier Mensuro, la segunda planta del espacio telefónica acoge la exhibición ‘El arte en el cómic’, que se divide en tres microespacios: la presencia del cómic en los grandes museos, una selección de la Colección Telefónica y el homenaje particular a piezas de arte emblemáticas.

 

En el lateral de su emblemático edificio en Gran Vía, el patrimonio artístico de la Fundación Telefónica queda al servicio de ilustradores e historietistas, como Javier Olivares (Premio Nacional de Cómic de 2015) y Santiago García, entre otros, para que traduzcan ese arte al cómic.

La muestra recoge cómo las grandes obras de la pintura aparecen en el cómic. Se trata de un acercamiento novedoso al mundo de la pintura, una mirada personal y un homenaje de los historietistas que, conscientes de la capacidad narrativa del noveno arte, utilizan sus recursos para mostrarnos el mundo de la pintura de un modo distinto al que habitualmente ofrecen críticos y teóricos del arte.

El espectador se encontrará con piezas como 3 páginas sobre el Guernica de Javier Olivares y Santiago García; La voz del pueblo, de Gustavo Rico;  Jorge García que recrea La carga de los mamelucos de Francisco de Goya; o Espejo del alma, de Teresa Valero y Juan Díaz Canales, que incluye versiones de algunos de los principales lienzos del movimiento impresionista.

Rembrandt se convierte en un ser gatuno en esta reinvención de su autorretrato visto desde la óptica del cómic

 

Entre otros artistas participantes en la muestra se encuentran Ana Galván, con dos ilustraciones de Phycological Morphology, de Roberto Matta, y Nature morte cubiste, de María Blanchard; Tyto Alba con dos versiones de Verres, journal et bouteille de vin, de Juan Gris y L´appel, de Paul Delvaux; y Teresa Valero, con una imagen de La chanteuse, de Juan Gris.

 

Historia de una relación artística

Fue el museo parisino de El Louvre el que primero dio cabida al cómic entre sus paredes repletas de arte clásico. De la mano de la editorial Futurópolis, El Louvre creó hace 11 años una colección de cómics en los que las obras del museo y sus colecciones eran el eje central de las viñetas, que en 2009 se convirtieron las protagonistas de la exposición Le Louvre invite la bande desinée.

Luego fue el Museo de Orsay, que en 2014 creó su propia colección de cómics apoyándose en sus colecciones de arte, también de la mano de la editorial Futurópolis. En ese mismo año llegó esta corriente a España.

Por encargo del Museo Thyssen-Bornemisza, Miguel Ángel Martin llevó el cómic al museo madrileño con el álbum Mitos del Pop. Las viñetas complementaban la exhibición homónima dedicada al Pop Art. En esta muestra se pudieron contemplar Un enchantment de Christian Durieux, La balsa de la Medusa de Eric Liberge o una La Gioconda de Marc-Antoine Mathieu.

 

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