Simat de la Valldigna, la belleza detenida

Simat de la Valldigna, la belleza detenida
Simat de la Valldigna

A 55 kilómetros de Valencia, Simat de Valldigna, en la comarca de la Safor, disfruta de un enclave privilegiado: un valle rodeado por la sierra de Corbera al norte, por el monte Mondúver al sur y abierto al este hasta el mar Mediterráneo.

Cuando el rey Jaime II IIegó a estos parajes, quedó tan impresionado por su fertilidad y belleza que exclamó: «Este valle es digno de un monasterio». De ahí nace el nombre de la Valldigna. El monasterio efectivamente se hizo, y hoy, gracias a sucesivas restauraciones puede visitarse.

Real Monasterio de Santa María de la Valldigna

Fundado en 1298 por Jaume II, rey de la Corona de Aragón, el Real Monasterio de Santa María de la Valldigna estuvo habitado desde entonces hasta el año 1835, fecha en la que se produjo la desamortización de Mendizábal, convirtiéndose, durante siglos, en el núcleo espiritual, económico y social de toda la región.

De estilo cisterciense pero también gótico valenciano y con elementos barrocos, sus muros narran los siglos de convivencia y las transformaciones vividas, los momentos de esplendor, de crisis, y de recuperación de este importante patrimonio. Pasear por su Iglesia de altas bóvedas y techos policromados, por el espectacular Claustro, visitar la Sala Capitular, los Refectorios, o el Palacio del Abad nos envuelven en una belleza que no caduca, en una paz contagiada por el valle.

Real Monasterio de Santa María de la Valldigna

El monumento forma parte de la Ruta de los Monasterios de Valencia, así como de La Ruta de los Borgia, ya que tres de los miembros de esta importante familia de mecenas del Renacimiento pasaron por aquí, ocupando el cargo de abad, entre 1479 y 1511. Su presencia aún se respira en el monasterio, como bien muestra el escudo que adorna la bóveda de la Sala Capitular.

Además de las rutas especiales para conocer el monasterio, todos los sábados y domingos por la mañana se realizan visitas gratuitas para particulares, para las que solo es necesario reservar previamente.

Aunque los orígenes de Simat son anteriores a la época romana, es de los tiempos de la dominación musulmana de cuanta más información se conserva. Por eso resulta especialmente interesante la visita a la Ermita de Santa Ana, vestigio de la antigua mezquita de la Xara, el único edificio que resistió la expulsión de los moriscos y que conserva valiosos elementos arquitectónicos de la época islámica.

Antigua mezquita de la Xara

Una buena opción para no perderse absolutamente nada es seguir La Ruta de los Tesoros de Simat, que además del monasterio y antigua la mezquita, nos llevará a conocer los monumentos más representativos de la localidad, como la Font Gran, una fuente natural con un importante caudal durante todo el año, que se encuentra dentro de la población y alrededor de la cual se realizan todo tipo de actos festivos, o la Iglesia De San Miguel, que atesora una preciosa cúpula barroca. La ruta puede realizarse tanto por libre, con la ayuda del plano y la descarga de las audioguías, como acompañados por un guía local previa reserva. 

Font Gran

Pero Simat, además de su valor patrimonial, es un punto de partida ideal para cualquier amante del senderismo, ya que el entorno invita a sumergirse en la naturaleza. Son muchos los senderos disponibles. La Ruta del Agua, tan abundante en el valle, es un recorrido dividido en dos itinerarios: la Ruta del Riego Tradicional y la Ruta de las Fuentes. Se trata de un camino fácil, que puede recorrerse a pie o en bicicleta, y que discurre entre fuentes históricas, lavaderos, acequias, molinos y elementos del sistema tradicional de regadío. 

Si lo que queremos es disfrutar de una impresionante panorámica del valle y de la costa mediterránea, sin duda emprenderemos la Subida al Toro, una ruta de mayor exigencia física pero en cuya cima nos espera una magnífica recompensa. 

Por su parte, el antiguo camino a Les Foies, nos permitirá descubrir la ruta tradicional que seguían los agricultores y ganaderos para acceder a los bancales situados en terrenos de cierta altitud. Conecta el núcleo urbano con la zona de Les Foies, un entorno elevado de una gran belleza paisajística. El camino, salpicado de muretes de piedra, aljibes y casetas agrícolas, conserva ese carácter rural.

Simat de Valldigna

Y no podemos marcharnos de Simat de la Valldigna sin probar la gastronomía local, una cocina sencilla y sabrosa, con productos del terreno. Sobresalen los distintos tipos de salmuera, las setas, muy arraigadas en la zona, les coques, que se preparan con embutido, con sardina o con verduras, los figatells, esos deliciosos embutidos, las ollas y las sopas, y cómo no, los arroces, entre los que destaca el arroz al horno o el arroz caldoso. Y de postre, un dulce típico como el pastisset de moniato. 

El visitante se despide con una grata sensación de equilibrio entre la historia y la naturaleza, entre el pasado y el presente, entre lo humano y lo sagrado, seguro de haber visitado un valle mucho más que digno. 

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