A Puig le pasan factura los 3.300 sanitarios que despidió tras el Covid: ahora exigen refuerzos
Los 3.300 despidos de sanitarios de refuerzo durante la pandemia pasan factura al presidente de la Generalitat Valenciana el socialista Ximo Puig. Ni las incorporaciones del plan de choque, a la que aún restan otros 995 efectivos, ni las promesas de contratar 800 médicos el pasado verano, que no encontró, para cubrir todas esas plazas, dan respuesta a los recursos que necesita el sistema público valenciano.
En las últimas horas, el sindicato médico CESM-CV deslizaba que pedirá a Miguel Mínguez, el consejero de Sanidad del Gobierno de Puig, que esos 995 refuerzos que el propio Puig anunció en septiembre que incorporaría el próximo año sean exclusivamente médicos. Mientras desde Alzira, otro sindicato, CSIF, se quejaba de la falta personal de Enfermería y Técnicos de Cuidados Auxiliares en ese centro y reclamaba incorporaciones. Aquellos 3.300 despidos pasan ahora factura a Puig.
En mayo del pasado año 2021, el Gobierno valenciano que preside el socialista Ximo Puig ejecutó el despido de más de 3.000 sanitarios contratados en su día como refuerzo en la pandemia. La Consejería de Sanidad, que entonces dirigía la hoy síndica socialista en las Cortes Valencianas Ana Barceló consideró que podía prescindir de ellos. En enero de 2022, esa ausencia ya levantó ampollas.
Acuciado por el enorme terremoto que día tras día iba creciendo, el Gobierno de Puig puso en marcha un plan de choque. Anunció, primero, la contratación de 1.600 efectivos, que luego elevó a 4.500 y de los que aún faltan 960. Finalmente, hace algunas semanas, fue el propio Puig el que anunció que en 2023 contrataría 995 sanitarios.
Aquellos más de 3.000 despidos persiguen a Puig cada día. Recientemente, era un usuario de twitter quien lo recordaba. También, lo hacen los sindicatos. Porque la situación de la Sanidad valenciana está llegando a un punto crítico.
Y a todo ello, se suma la ocurrencia del Gobierno valenciano de baremar con un 15% el conocimiento del valenciano para consolidar plaza en la Sanidad frente al 5% que quiere otorgar a una tesis doctoral. Una circunstancia que ha llevado al PP valenciano a elevar pregunta a las Cortes Valencianas a través de su portavoz de Sanidad José Juan Zaplana: «¿Cuál es la valoración y cuál va a ser el posicionamiento del conseller (consejero) de Sanidad Universal y Salud Pública ante el rechazo mayoritario de la Mesa Sectorial de Sanidad sobre el baremo de los procesos selectivos de consolidación de plazas?».
Los médicos entienden que la cláusula del valenciano es un requisito lingüístico encubierto, que provocará un efecto disuasorio a la hora de renovar plazas y atraer profesionales. Una cuestión, esta última, en la que además existe una seria competencia con otras autonomías.
Mientras la presidenta de la Comunidad de Madrid la popular Isabel Díaz Ayuso, anunciaba las máximas facilidades para incorporar médicos: «Médico que esté en paro, médico que esta misma tarde yo lo contrato», dijo con rotundidad en manifestaciones recogidas el pasado día 7 por OKDIARIO, Puig y su Gobierno, en la Comunidad Valenciana, aprietan con ese requisito lingüístico como ya hizo el gobierno balear presidido por la también socialista Francine Armengol.
Ante la situación que atraviesa la Sanidad valenciana, los acontecimientos se han disparado en las últimas horas. El PP ha convocado para mañana una reunión de su Comisión de Sanidad con representantes de los principales colectivos sanitarios para analizar la situación actual, que es crítica ante la falta de personal, las largas listas de pacientes de los médicos en los consultorios, las listas de espera quirúrgicas, las dificultades para asentar en cama a los enfermos en algunos hospitales y el deterioro de infraestructuras. Aquellos 3.300 sanitarios despedidos cuando creían que llegaba la era post covid pasan ahora factura a Ximo Puig.