INFRAESTRUCTURAS

El PP se lanza a blindar el puerto de Valencia en las instituciones ante el acoso independentista

MARÍA JOSÉ CATALÁ
María José Catalá, en una imagen de archivo.
Ignacio Martínez

El Partido Popular de la Comunidad Valenciana (PPCV), que preside el alicantino Carlos Mazón, se ha lanzado a blindar en las instituciones la ampliación del puerto de Valencia ante el acoso del independentismo catalán, que percibe al puerto valenciano como el principal competidor del de Barcelona en la pugna por el control del tráfico de mercancías en el Mediterráneo una vez la ampliación de Valencia se lleve a cabo, con la repercusión económica y en puestos de trabajo que ello conlleva. Para ello, el PP presentará una moción en el Ayuntamiento de Valencia, las Cortes Valencianas, el Congreso de los Diputados y el Senado de España que, en síntesis, reclama apoyo a una ampliación de la que dependen hasta 44.300 empleos.

La moción será presentada en el Pleno del Ayuntamiento de Valencia, cuyo alcalde es Joan Ribó (Compromís) y que gobierna junto a los socialistas, mañana, jueves. Sólo 48 horas después de que el Congreso de los Diputados haya rechazado con los votos de los populares, los socialistas, Vox y Ciudadanos otra iniciativa, en este caso una Proposición No de Ley (PNL), avalada, entre otros por Unidas Podemos, Esquerra republicana de Cataluña (ERC) y la CUP. Compromís, inicialmente, también apoyaba esta PNL.

La izquierda independentista catalana busca la manera de empezar a tener una influencia real en la política valenciana con el fin de posicionarse de cara a las elecciones autonómicas y municipales del próximo año, que es cuando considera llegado el momento de irrumpir en las instituciones y administraciones de la autonomía.

En ese escenario se enmarcan algunos gestos del propio Oriol Junqueras, que hace algunas semanas estuvo en Alicante para presentar a su candidato a los futuros comicios locales y empezar a tejer acuerdos con organizaciones para alcanzar representación municipal o el encuentro mantenido con el alcalde de Valencia, Joan Ribó. En síntesis, unir muchos colectivos pequeños para concentrar el voto hacia ERC, que en territorio valenciano es Esquerra Republicana del País Valenciano.

En el ámbito de las infraestructuras, el gran competidor del puerto de Barcelona será el de Valencia una vez se ejecute por completo su ampliación. Y contra esa ampliación se han posicionado ya abiertamente tanto ERC como la CUP. Hasta el punto, de que ayer presentaron al escrutinio del Congreso de los Diputados una PNL, junto con otras fuerzas políticas.

Los planteamientos de esa PNL se dirigían a esencialmente a paralizar la ampliación, desmantelar las bases de otras que pudieran surgir en el futuro, promover la implantación de un nuevo modelo de gobernanza de los puertos y cualquier iniciativa derivada de ellos «que dé más voz y voto a los territorios afectados» y «abordar una reforma en profundidad de la actual Ley de Puertos» con la justificación de «adaptarla a los objetivos de desarrollo sostenible en un contexto de emergencia climática» para terminar aludiendo a la «lógica descentralización territorial en la toma de decisiones», que era el fondo de la cuestión.

El PP ha reaccionado a lo que entiende que es una estrategia que perjudica al puerto de Valencia «y potencia al de Barcelona». Y su portavoz en el Consistorio de Valencia María José Catalá presenta la moción con carácter de urgencia para combatir el inicial acuerdo que Compromís alcanzó en el Congreso para apoyar la citada PNL.

En cifras, la ampliación del puerto de Valencia supondrá una inversión privada en torno a los 1.000 millones de euros. Su impacto en el empleo es de más de 15.000 puestos de trabajo durante la citada ampliación y generará otros 44.300 empleos más cuando esté acabada. Pero, además, está toda la repercusión indirecta en la economía valenciana y en la del conjunto de la Comunidad y, en lo político, cerrar la puerta a las intromisiones del independentismo catalán.

Esa, es ahora mismo la contienda política más importante en el ámbito de las infraestructuras, donde se unen el control del tráfico de mercancías en esta parte del Mediterráneo en lo económico, el futuro crecimiento del empleo y el pulso político por cerrar la puerta al intento de incrementar la influencia en la política valenciana por parte de las fuerzas independentistas catalanas a las puertas de las futuras elecciones.

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