El pillaje obliga a los comerciantes a dormir en sus tiendas: «Intentamos ahuyentarles con linternas»
Los sitios más afectados por la DANA están sufriendo actos de pillaje y vandalismo de delincuentes
La historia nos ha enseñado que hay delincuentes que aprovechan las guerras y las situaciones de drama para sacar un beneficio. Esto está ocurriendo en el marco de la peor riada del siglo en Valencia, donde muchos vecinos, jóvenes y mayores, están aprovechando el escenario apocalíptico que se vive en muchas ciudades para saquear lo poco que queda en casas y comercios que han sido totalmente arrasados por las riadas. OKDIARIO ha charlado con las víctimas de la peor riada de la historia. Todo mientras las cifras de muertos superan los 200 e irá en aumento en las próximas horas.
Caminar por las calles de Benetúser y Alfafar, dos de las localidades más afectadas por la peor riada de la historia, es situarse en pueblos que parecen devastados por la guerra. No hay casa por abajo de los dos metros (a la altura que llegó el agua) y la mayoría de comercios comenzaron a sufrir pérdidas en el momento en que el agua apareció por sorpresa en la ya famosa tarde del martes 29 de octubre. Por si fuera poco, muchos delincuentes de poca monta están aprovechando la situación de dolor para entrar y robar los pocos activos que quedan en los establecimientos que siempre han abastecido a los pueblos.
Por ello, Vicente Jo´se, que está dando de comer a muchas personas en una tienda de alimentación, confiesa a este periódico que tiene que dormir en su comercio para que los delincuentes no lo saqueen por la noche. Uno de los espacios a los que sí han acudido los delincuentes es el Titán Fitness, un gimnasio que regenta Paula y en el que todos se consideran una familia. Por ello todos sus amigos la arropan mientras habla para OKDIARIO. «La inundación nos pilló por sorpresa. Estaban los chicos entrenando y se empezó a llenar todo de agua. Esto no nos imaginábamos que fuera a ocurrir, pero lo peor es que la gente se haya metido a saquear», comienza diciendo sobre unos actos que han venido teniendo lugar en el pueblo desde el momento en el que el agua empezó a inundar la localidad.
«Tenemos una tienda de suplementación y son proteínas. De hecho, había agua y lo que menos se llevaron es el agua. Lo que pudieron coger de la tienda son gorras, camisetas, proteínas… En esta situación se ve realmente la miseria de las personas y las que valen un montón, que gracias a Dios. En el Titán somos una familia y vinieron a apoyar y levantar esto», afirma antes de ser ovacionada por sus compañeros.
«Están saqueando todo»
Entre ellos está Manuel, un compañero del gimnasio que vive en la urbanización contigua al establecimiento. Durante la tarde del martes, antes de que el agua convirtiera el pueblo en un drama, ya comenzó a ver a los primeros saqueadores en la pequeña plaza que puede vislumbrar desde su balcón.
«En la misma noche, aún había dos palmos de agua y estaban entrando en las plantas bajas porque el agua había hecho estallar las persianas. Ya había gente entrando con linternas y no había ocurrido nada malo. Ayer por la noche ya paró un poco porque había más Policía. De buena mañana ya iban entrando a todos los sitios», afirma a la vez que relata su vivencia con los saqueadores. «Yo estaba sacando cosas del gimnasio para hacer un favor a mis amigos y venía gente a preguntar si quedaban más cosas. No querían irse», dice.
«Las cosas como son: ha habido mucho inmigrante y gente que no era inmigrante. Gente de mi finca que está en una buena situación económica los he visto salir con tres jamones de Mercadona. Por la noche es verdad que la gente va más preparada con linternas, martillos… todo para romper lo que quedaba», apunta a este periódico.
«Ahuyentarles con linternas»
Héctor, un profesor de universidad recién jubilado que quería vivir en Alfafar los mejores años de su vida junto a sus esposa e hijos, también relata su pesadilla en una zona de la localidad en la que se están retirando los coches poco a poco. «La recomendación que me hizo un miembro de la Guardia Civil es que, si pueden, vayánse hasta que esté más controlado. Anoche sí que es cierto que estuvieron todas las sirenas de la Policía moviéndose. Eso siempre da tranquilidad», cuenta a OKDIARIO.
«Hasta anoche estuvieron entrando. Tuve que buscar farmacia porque las han asaltado y en Benetússer había una que estaba cerrada. La chica me dijo llorando que la habían asaltado. En el momento le robaron el bolso. Han venido también a abrir coches, yo le llamo la atención a alguna persona y me dicen que son suyos», relata. Cuestionado sobre las patrullas vecinales que han surgido para frenar a los vandalistas, Héctor afirma que la práctica consiste en intentar «ahuyentarles con linternas» para que vean que hay gente dentro de la casa.
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