COMUNIDAD VALENCIANA

José Cano Coloma, el masón republicano que salvó la talla de la Patrona de Valencia en la Guerra Civil

Cano Coloma fue condenado primero por la República durante la Guerra Civil

Acabada la Guerra Civil fue de nuevo condenado, esta vez por un Consejo de Guerra

Ribó arrincona la réplica de la talla de la Patrona de Valencia que salvó un alcalde republicano

Valencia Unesco
Fachada del Ayuntamiento de Valencia.
Ignacio Martínez

José Cano Coloma será siempre recordado como el alcalde republicano que salvó la talla de la Virgen de los Desamparados, la Patrona de Valencia de ser destruida durante la Guerra Civil. Pese a lo cual, fue detenido tras el conflicto y condenado a 20 años y un día de cárcel por un consejo de guerra. Esta es la historia singular de un hombre al que no comprendió ninguno de los bandos: el republicano, lo detuvo por ayudar a los sublevados. Y estos últimos, por republicano y masón. Hasta el punto, de que en pleno Régimen, llegó a ser un topo, escondido en su propia casa.

Nada hacía presagiar la suerte que correría Cano Coloma en 1931, cuando fue elegido diputado por el Partido Republicano Radical Socialista, una formación de fuertes raíces anticlericales, para las Cortes Constituyentes de 1931. Letrado asesor de los ayuntamientos valencianos de Albal y El Puig, Cano Coloma también había sido elegido, antes, concejal del Ayuntamiento de Valencia. En 1934 se sumó al proyecto de Izquierda Republicana, el partido que fundó Manuel Azaña. 

Pero su historia de verdad comienza el 20 de julio de 1936, siendo ya alcalde de Valencia. Fue en esa fecha, cuando ayudado por las fuerzas de orden público, rescato lo que quedaba de lo que la talla que los valencianos conocen como la Mare de Deu dels Desamparats (La Madre de Dios de los Desamparados) y la trasladó al Ayuntamiento en medio de una ciudad de Valencia que ya vivía el ambiente propio de la Guerra Civil. Una vez allí, ordenó que quedase tapiada en un pasillo del Consistorio para evitar así que fuese totalmente destruida en aquellos momentos de extrema violencia, hasta que la sinrazón acabase y pudiera ser restaurada. Cano Coloma fue alcalde de Valencia del 1 de marzo de 1936 al 12 de febrero de 1937. El fuego de la capilla que albergaba la Virgen había sido extinguido por una brigada de bomberos mandada por el cabo Vicente Cantos.

El calvario de Cano Coloma comenzó un año más tarde, en 1938, cuando fue detenido en Barcelona por el Servicio de Información Militar, la agencia de inteligencia de II República durante la Guerra Civil. Pasó dos años encarcelado. Se le acusaba de haber prestado ayuda a los sublevados. Recobró la libertad antes de la conclusión del conflicto. Pero por poco tiempo.

Tras la guerra, fue detenido de nuevo. Esta vez por el bando vencedor. Un consejo de guerra lo condenó de nuevo por auxilio a la rebelión. Le condenaron a 20 años y un día en septiembre de 1939. Cumplió la pena en Valencia, Andalucía y Guipúzcoa. Y en 1943 se fugó en busca de la libertad que unos y otros le negaban. Y regresó a Valencia para vivir oculto, bajo tierra, como un topo. Pero ni eso le libró de ser juzgado por el Tribunal de la Represión de la Masonería y el Comunismo (TERM), si bien, este proceso quedó en suspenso.

En 1950, tras decretarse una amnistía parcial, se entregó a la Policía. Pero lejos de recobrar la ansiada libertad, fue juzgado por el TERM y condenado a 12 años y un día de reclusión menor y 5 años de inhabilitación, aunque más tarde pudo cumplir la condena en su domicilio y se le rebajó la inhabilitación. Había nacido en Valencia en 1902. Y murió dos meses antes de cumplir los 80 años (1982) en Valencia, la ciudad de la que fue alcalde y en la que salvó a la talla de su Patrona de la destrucción. 

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