Misión HAVOC: la colonización humana de Venus
Los seres humanos estamos a punto de comenzar a colonizar nuestro Sistema Solar. De momento, Elon Musk tiene previsto enviar a los primeros colonos a Marte en apenas diez años, pero este no es el único proyecto en marcha. La misión HAVOC tiene previsto mandarnos al infernal Venus. ¿Es esto posible en un planeta en el que llueve verdadero ácido? Veamos.
Venus fue antaño un maravilloso vergel en el que es incluso probable que surgiera vida, mares y aire. Sin embargo, el efecto invernadero de este planeta gemelo de la Tierra se disparó, y hoy en día es un mundo infernal con una presión desorbitada, temperaturas que alcanzan los 460ºC y tormentas de ácido que arrasan con todo.
Sin embargo, cuando hablamos de esas condiciones, nos referimos a la superficie de Venus. Pero este planeta posee una extensísima atmósfera de unos 100 kilómetros, así que, si bien es prácticamente imposible que un humano pueda montar una colonia sobre su suelo, no es así en sus nubes.
Y aquí está la esperanza que se cumple con la misión HAVOC, que se traduce de sus siglas en inglés como el Concepto Operacional a Gran Altitud de Venus. Veamos en qué consiste.
Qué es la misión HAVOC
Tras varias expediciones a Venus, se ha observado que su atmósfera es un verdadero infierno. Incluso metales como el plomo pueden caer en forma de nieve en sus picos más elevados. De ahí su paisaje árido.
Sin embargo, en su extensa atmósfera, existe una zona concreta a unos 50 o 55 kilómetros de altura en la que la temperatura es de unos 20ºC o 30ºC, es decir, sería posible instalar una colonia humana flotante, e incluso sería factible encontrar alguna forma de vida que se hubiera adaptado a esas condiciones y flote sobre las nubes.
Así que, con esta valiosa información, la NASA comenzará a hacer sus primeras pruebas que, en dependencia de su éxito, nos dirán si una colonia venusiana es posible o no. De momento, con la tecnología de que disponemos, es perfectamente factible.
Esta zona atmosférica de Venus no solo tendría una temperatura adecuada, también la radiación solar aceptable por un cuerpo humano y una presión razonable, más o menos como la que encontraríamos sobre el monte Kilimanjaro.
Es decir, que una nave en esta zona podría disponer de gases respirables como nitrógeno y oxígeno, lo que la dotaría de flotabilidad. Eso sí, respirar sería imposible para sus tripulantes, pues el 97% de la atmósfera venusiana es dióxido de carbono. Además, en el diseño se habría de incluir fabricación con revestimiento en teflón para evitar la corrosión de las gotas de ácido sulfúrico de las nubes del planeta.
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