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Hallazgo insólito de la NASA: descubren la mayor reserva de agua y es 140 billones superior a la de la Tierra

NASA
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En el vasto universo, donde cada día se descubren nuevas maravillas que desafían nuestra comprensión de la realidad, hay hallazgos que destacan por encima del resto. Recientemente, astrónomos de la NASA, han hallado una inmensa reserva de agua, la mayor jamás detectada, flotando en los confines del espacio. Lo más fascinante no es sólo su magnitud (equivalente a 140 billones de veces el agua contenida en todos los océanos de la Tierra), sino su ubicación: a más de 12.000 millones de años luz de nuestro planeta, en un cuásar lejano identificado como APM 08279+5255.

Este dato significa que lo que vemos es agua que existió apenas 1.800 millones de años después del Big Bang. Observar ese punto lejano en el cosmos es, en realidad, una forma de viajar al pasado, y lo que se ha encontrado allí podría cambiar todo lo que creíamos saber sobre la distribución de los elementos fundamentales en el espacio.

El mayor hallazgo de agua en el universo

El lugar del hallazgo es un cuásar, un tipo de elemento astronómico extraordinariamente brillante y activo que se forma en el núcleo de ciertas galaxias. En su centro se encuentra un agujero negro supermasivo que consume material a su alrededor, emitiendo enormes cantidades de energía. Es precisamente esta actividad la que permite detectar regiones tan lejanas y también la que posibilita la existencia de vapor de agua en su entorno.

La reserva de agua se encuentra en forma de vapor, extendida en una nube de gas que abarca cientos de años luz. Esta región gaseosa, según los astrónomos, mantiene una temperatura de alrededor de -53 grados Celsius, lo que, aunque frío, resulta significativamente más cálido que muchas otras zonas del espacio interestelar. Gracias a su temperatura y densidad, los científicos pudieron detectar la firma espectral del agua a través de observaciones con telescopios altamente sensibles.

Implicaciones para la cosmología

Este descubrimiento plantea nuevas preguntas dentro del ámbito de la cosmología. Entre las principales líneas de investigación que se han abierto a partir del hallazgo, destacan tres enfoques fundamentales:

  • Saber dónde y cómo se encuentra el agua a escalas tan remotas podría ayudar a entender mejor los procesos de formación de galaxias, estrellas y planetas. Hasta ahora, los modelos indicaban una presencia escasa de agua en el universo temprano, pero este caso parece contradecir esas suposiciones.
  • Este hallazgo podría indicar que el agua juega un papel más activo en el desarrollo de ciertas estructuras galácticas. Alrededor de cuásares supermasivos como APM 08279+5255, su presencia podría influir en la dinámica del gas, en los procesos de alimentación del agujero negro o incluso en la emisión de radiación.
  • Si el agua ya era abundante en las primeras etapas del cosmos, entonces los elementos que la componen debieron haberse formado y dispersado rápidamente tras el Big Bang. Esto podría conducir a revisar nuestras estimaciones sobre la evolución química del universo.

Tecnología y colaboración internacional

El hallazgo no habría sido posible sin la cooperación entre diferentes centros de investigación y el uso de tecnologías de observación de vanguardia. Los científicos Matt Bradford y Dariusz Lis, entre otros, fueron responsables de dirigir las investigaciones que permitieron captar la huella espectral del vapor de agua.

Utilizaron telescopios submilimétricos que detectan longitudes de onda que atraviesan las densas nubes de gas y polvo del universo. Estas herramientas fueron esenciales para diferenciar las firmas moleculares del agua frente a otros compuestos presentes en el medio interestelar.

El descubrimiento también subraya la importancia de la colaboración internacional en el campo de la astronomía, ya que participaron instituciones de distintos países que compartieron recursos, conocimiento y tecnología.

A pesar de que es imposible imaginar un aprovechamiento práctico de esta agua debido a su distancia (12.000 millones de años luz la convierten en inalcanzable para cualquier tecnología actual o previsible), el conocimiento que aporta es invaluable. En lugar de pensar en esta agua como un recurso, se la debe entender como una evidencia: una prueba de que el universo es más complejo de lo que jamás se imaginó.

Una de las preguntas más repetidas desde que se dio a conocer el descubrimiento es: ¿puede este hallazgo tener implicaciones en la búsqueda de vida fuera de la Tierra? La presencia de agua es una de las condiciones fundamentales para que exista vida tal como la conocemos. Aunque en este caso está en forma de vapor y a temperaturas extremas, su existencia en el universo primitivo podría abrir nuevas posibilidades sobre cómo y dónde podría haberse desarrollado vida en otros lugares del cosmos.

El hallazgo de la NASA impulsa la necesidad de seguir explorando las regiones más lejanas y oscuras del espacio, donde podría haber muchas otras reservas ocultas de agua o de compuestos esenciales para la vida. Cada nueva observación trae consigo una pieza del rompecabezas, y este descubrimiento en particular podría ser una de las piezas más importantes hasta la fecha.

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