La geología de la península ibérica: más allá de los paisajes
La geología de la península ibérica es un campo fascinante que nos invita a explorar más allá de los paisajes. Aquí la analizamos.
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La península ibérica es un territorio de gran diversidad paisajística y geológica. El área es resultado de procesos complejos, desarrollados a lo largo de millones de años. La historia de la geología ibérica está escrita en las rocas y habla de la evolución del planeta.
Esta zona tiene una ubicación estratégica entre las placas euroasiática y africana. Esa localización ha sido determinante en su desarrollo geológico. Todo el relieve de la península es fruto de esta singular ubicación.
Los ejes del relieve
Todo el relieve de la península ibérica se organiza alrededor del Macizo Ibérico, verdadero eje del territorio y una de sus formaciones más antiguas. Está compuesto por materiales de origen sedimentario muy antiguos, combinados con rocas modernas. Tales rocas se formaron del magma que emergió a la superficie tras la erosión de las viejas rocas que las cubrían.
Otro de los ejes del relieve es el Domo del Tormes, en la provincia de Zamora. Es un complejo sistema geológico que ha experimentado el ascenso de volúmenes de magma, en especial hace 330 y 290 millones de años. Este proceso culminó en una intensa fracturación que dividió el Domo en varios bloques. Cada uno de ellos ha dado lugar a rocas particulares.
En la Sierra de Béjar hay rocas de granito que se asocian con el batolito de Ávila, uno de los más grandes de Europa con 13.000 km² de extensión. Este se formó casi al mismo tiempo que el Domo de Tormes. Una característica notable de esas rocas es que por ser originadas del magma, no contienen fósiles ni vestigios de épocas pasadas, lo que limita la información geológica disponible.
Silencio y nuevos cambios
La época de formación de esos grandes ejes del relieve se conoce como Orogenia Varisca. Tras esa era, la península ibérica experimentó un largo período de silencio geológico, que se extendió por más de 200 millones de años.
Durante ese periodo, el territorio quedó expuesto a la erosión y por esto es difícil documentar lo ocurrido. Se estima que la erosión eliminó más de 7.000 metros de altura en algunos lugares.
En ese tiempo ancestral se produjo el movimiento del supercontinente Pangea hacia el norte. Esto llevó a la península ibérica hacia latitudes más similares a las que conocemos hoy.
En la época de los dinosaurios, hace unos 175 millones de años, Pangea comenzó a fracturarse en dos continentes: Gondwana y Laurasia. Esta división fue decisiva en la configuración de la península.
Más actividad geológica
El silencio geológico en la península ibérica concluyó en el Paleógeno, hace entre 50 y 60 millones de años. En ese periodo se produjo la llamada “Orogenia alpina”, debido a la colisión entre los continentes africano y eurasiático. Esto generó las montañas actuales y condujo a la elevación de bloques de tierra en el Sistema Central.
En el Eoceno, a mediados del Paleógeno, se inició la sedimentación en la Fosa de Ciudad Rodrigo, que forma parte de la cuenca sedimentaria del Duero. A lo largo de este período, las condiciones climáticas y la actividad geológica dieron forma a las rocas presentes en la región.
Mucho después, hace poco más de cinco millones de años, se produjo un basculamiento del Macizo Ibérico. Esto produjo un fenómeno fascinante: la formación de los cañones fluviales de las Arribes del Duero. Esto dio lugar a un sistema de cañones de más de 100 km de longitud y hasta 600 metros de profundidad.
Geología y paisaje
Un episodio importante fue la última glaciación, que tuvo lugar hace unos 27.000 años. Durante este período, la Sierra de Béjar y otras cumbres de la región fueron afectadas por el hielo. Esto moldeó los valles glaciares que se pueden observar hoy.
Es importante señalar que los humanos también son un factor modelador de la geología. Esto corresponde al Antropoceno, una era geológica en la que se produjo una importante alteración del entorno por la actividad humana.
Riesgos Geológicos
La península ibérica no está exenta de riesgos geológicos. La actividad sísmica, especialmente en áreas como la costa mediterránea y el norte de España, puede provocar terremotos significativos. Asimismo, la erosión del suelo y el deslizamiento de tierras son problemas recurrentes en regiones montañosas. Comprender la geología es esencial para mitigar estos riesgos y proteger a las comunidades locales.
Patrimonio Geológico
Finalmente, la geología de la península ibérica ha dado lugar a un patrimonio natural impresionante. Desde formaciones rocosas únicas, como los Picos de Europa y las formaciones de dolomita en la Sierra de Guara, hasta los espectaculares paisajes de la Costa Brava, la diversidad geológica es un atractivo turístico de primer orden. Cada uno de estos lugares cuenta una historia sobre la historia de la Tierra, brindando una ventana al pasado geológico del planeta.
Conclusiones
Desde su estructura geológica hasta los recursos que ofrece, pasando por los riesgos que conlleva y su patrimonio natural, cada aspecto geológico contribuye a la identidad y sostenibilidad de la región. Comprender esta geología es fundamental no solo para preservar el entorno, sino también para fomentar un desarrollo que respete la riqueza natural de la península.
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Temas:
- Geología