Encuentran un nuevo ‘gran depredador’ que duplica el tamaño de sus parientes: de pesadilla
Este hallazgo marca un hito en el estudio de la vida en las profundidades oceánicas
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La vida en el fondo del océano: ecosistemas extremófilos
En las profundidades más recónditas del océano, se ha descubierto una nueva especie que ha revolucionado la comprensión de la vida marina. Se trata de Dulcibella camanchaca, un crustáceo que se asemeja a un camarón y mide alrededor de cuatro centímetros de longitud, superando ampliamente el tamaño de sus parientes cercanos, Dorotea y Cleonardo. Este hallazgo lo posiciona como el primer anfípodo depredador grande y activo registrado hasta la fecha.
El descubrimiento tuvo lugar a 7.902 metros de profundidad en la Fosa de Atacama, un cañón submarino frente a las costas de Chile. Científicos de la Universidad de Concepción (Chile) y el Instituto Oceanográfico Woods Hole (WHOI) en Estados Unidos observaron que este depredador utiliza apéndices especializados llamados gnatópodos para cazar. Más allá de su tamaño y hábitos, Dulcibella camanchaca representa un avance significativo en el estudio de la evolución de las especies en hábitats marinos. Los análisis genéticos y morfológicos no sólo identificaron a esta criatura como una nueva especie, sino también como un nuevo género, subrayando la importancia de la Fosa de Atacama como un ecosistema único y lleno de biodiversidad endémica.
Darkness, el gran depredador del océano
Dulcibella camanchaca destaca tanto por ser un depredador en un hábitat hostil, como por su apariencia. Mide menos de cuatro centímetros de largo, aproximadamente el doble del tamaño de sus parientes cercanos, y su cuerpo, pálido y casi translúcido, lo convierte en un ejemplo perfecto de las adaptaciones evolutivas en condiciones extremas. Este crustáceo utiliza apéndices, conocidos como gnatópodos, para cazar con rapidez y precisión, aprovechando el entorno oscuro y silencioso de las profundidades marinas para emboscar a sus presas.
El hallazgo de Dulcibella camanchaca, también apodado Darkness por los investigadores, marca un hito en el estudio de la vida en la parte más profunda del océano. El nombre Darkness, que significa «oscuridad», fue elegido en referencia tanto al entorno donde vive este crustáceo como a su comportamiento depredador. En las lenguas indígenas andinas, «camanchaca» también alude a un tipo de niebla densa, reforzando la conexión entre esta criatura y el misterioso ecosistema de las profundidades oceánicas.
Según la Dra. Johanna Weston, ecóloga hadal del WHOI y coautora principal del estudio publicado en la revista Systematics and Biodiversity, esta especie ofrece información clave para entender cómo las criaturas han logrado adaptarse y prosperar en los rincones más inhóspitos del planeta. La zona hadal es conocida por albergar una biodiversidad sorprendente, a pesar de las condiciones extremas que presenta: ausencia de luz, temperaturas muy bajas y una presión que supera cientos de veces la que se encuentra al nivel del mar. En este contexto, Darkness es un ejemplo de la resiliencia de la vida y su capacidad para evolucionar en lugares que parecerían inhabitables.
A pesar de su pequeño tamaño, Dulcibella camanchaca es un depredador formidable en su ecosistema. Su capacidad para nadar rápidamente y sus adaptaciones físicas le permiten sobrevivir en un entorno donde la competencia por los recursos es feroz. Su comportamiento y anatomía sugieren un papel clave en la red alimentaria de estas profundidades, un aspecto que los científicos están comenzando a investigar en mayor profundidad.
El estudio también señala que esta especie representa no sólo un gran descubrimiento a nivel biológico biológico, sino también un nuevo género dentro de la familia Eusiridae, lo que subraya la importancia de la Fosa de Atacama como un punto crítico para la biodiversidad endémica. Este cañón submarino, situado bajo aguas superficiales ricas en nutrientes, ha estado aislado de otros entornos hadales, permitiendo la evolución de especies únicas como Dulcibella camanchaca.
Exploración de las profundidades marinas
La exploración de las profundidades marinas representa una de las últimas fronteras de la ciencia, un ámbito donde la tecnología desempeña un papel fundamental. Actualmente, este desafío está en sus etapas iniciales, pero el desarrollo de herramientas avanzadas ha abierto nuevas posibilidades para investigar los entornos más extremos de la Tierra.
Los vehículos operados remotamente (ROV), por ejemplo, son esenciales para acceder a profundidades donde la presión, la oscuridad y las temperaturas bajas dificultan la presencia humana. Equipados con cámaras de alta resolución y manipuladores robóticos, los ROV permiten a los científicos observar, recolectar muestras y analizar especies en su hábitat natural sin alterar el entorno.
Otra innovación clave en esta exploración son los sensores de alta precisión, capaces de medir variables como la temperatura, la presión, la química del agua y la presencia de organismos microscópicos en las zonas hadales. Estas herramientas ayudan a crear un mapa más detallado de los ecosistemas profundos y sus condiciones únicas, proporcionando datos esenciales para comprender cómo las especies sobreviven en estos lugares inhóspitos.
Los investigadores son optimistas respecto al futuro de estas exploraciones. Se espera que el avance continuo en tecnologías de navegación submarina y la miniaturización de equipos facilite el acceso a mayores profundidades, revelando nuevas especies con adaptaciones extraordinarias.
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