Independentismo en Cataluña

ERC teme que JxCAT agite la calle contra la celebración de la mesa de negociación con Sánchez

El presidente de la Generalitat Pere Aragonès (ERC) reivindica dos años de margen al diálogo que defiende su partido con el Gobierno del PSOE

mesa negociación
Pedro Sánchez y Pere Aragonès (Foto: EP)
Joan Guirado

La reunión de la mesa de negociación entre el Gobierno de España y el Govern autonómico de Cataluña, prevista para la semana que viene, presume de ser un nuevo foco de tensión entre el indepententismo. ERC, que en la actualidad ostenta la Presidencia de la Generalitat, teme que sus socios de Junts per Catalunya y la ANC agiten las calles contra la celebración de este foro. Los de Carles Puigdemont hace varias semanas que defienden la cancelación de la cita.

Aunque todavía no hay ni fecha, ni hora, ni lugar, todas las fuentes consultadas apuntan a que el viernes 17 por la mañana es el día que gana más enteros para que Gobierno y Govern se vuelvan a ver las caras. Será más de 18 meses después de que se pusiera en marcha este foro que PSOE y ERC pactaron para facilitar la investidura de Pedro Sánchez. Ya entonces Junts, que quedaba fuera de la ecuación, criticó con vehemencia el acuerdo. Y el mismo Quim Torra, que entonces presidía la Generalitat, y por ende también la primera edición de la mesa, pide ahora que los suyos no vayan.

Aunque todavía es una incógnita la presencia o no de Pedro Sánchez en la reunión, en la que seguro estará Pere Aragonès, los equipos de ambas administraciones trabajan desde hace días en la organización del encuentro. Moncloa quiere diseñar un orden del día que incluya varias cuestiones que afectan al día a día de la región, así como el pago y transferencia de compromisos previos. Sin embargo, para los separatistas únicamente hay un punto del día: el referéndum. La ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, ya les ha dicho que de eso no hablarán.

ERC, que tras el referéndum separatista modificó su estrategia apostando por el diálogo, acercándose al PSOE, no quiere que nada enturbie el encuentro previsto para la semana que viene en Barcelona. Fuentes de los republicanos son conscientes que «son muchos los que quieren que esto fracase, ya que no les suma votos». Los de Aragonès apuestan «por ensanchar la base» de potenciales votantes y «hacerlo dentro dentro de la legalidad vigente». Por eso piden al PSOE «que no dé argumentos a los que optan por otras soluciones», ya que dificultan su acción.

Que el encuentro previsto para finales de la semana que viene sea un éxito o no es clave para que los republicanos puedan seguir manteniendo su calendario de dos años de margen al diálogo con el Gobierno. Sus socios, Junts y la CUP, no lo ven claro y no les garantizan ni la aprobación de los presupuestos ni la estabilidad de la legislatura. El separatismo más radical pretende volver a la vía unilateral, la del embate contra el Estado, y la reunión de la mesa en Barcelona pone a prueba la capacidad de unos y otros de controlar la calle.

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