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Alemania hace un ranking con los sitios más decepcionantes del mundo y el palo a España es histórico

Un rincón de lo más turístico en Barcelona es el más decepcionante de todos, según un ranking del portal Stern.de

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Blanca Espada

Hay lugares que todos soñamos con conocer alguna vez en la vida. Sitios míticos que, por haberlos visto en películas o en las fotos de mucha gente en redes sociales, generan unas expectativas altísimas. Pero cuando finalmente llegamos allí, nos llevamos una decepción enorme. No es raro escuchar eso de «pues no es para tanto». Y justo en ese punto ha querido detenerse el portal alemán Stern.de, que ha elaborado un curioso ranking con los destinos turísticos más decepcionantes del mundo, según miles de opiniones de visitantes que compartieron sus experiencias y en el que España, y en concreto Barcelona sale bastante mal parada.

Así, lo que a simple vista parece una selección de lugares decepciones, se ha convertido en algo bastante sorprendente si tenemos en cuenta que entre los sitios que menos gustan se encuentran algunos que son bastante icónicos, y de hecho, emblemas de grandes ciudades tal y como es el caso de la ciudad condal que aparece en el listado con sus míticas Ramblas. Un lugar que visitan a diario miles de turistas, y también los barceloneses, pero que no parece ser gran cosa a ojo de lo que se ha elegido a través de este medio alemán. Pero ¿qué es lo que resulta tan decepcionante de las Ramblas de Barcelona? ¿Qué otros lugares tampoco «son para tanto»?.

Alemania hace un ranking con los sitios más decepcionantes del mundo

El periódico alemán Stern.de ha destacado las Ramblas de Barcelona como uno de los lugares más decepcionantes que visitar en España. En concreto han sido los lectores e internautas del mencionado medio los que han votado por aquellos lugares turísticos que más decepcionado, destacando este en concreto de España.

Y no por su estética, sino por lo que hoy representa para muchos turistas: un lugar abarrotado, estresante y, en ocasiones, hasta incómodo.

Las opiniones recabadas hablan de agobio, de multitudes incontroladas y de una pérdida progresiva del encanto local. Muchos visitantes esperaban encontrarse con una experiencia única, cultural y relajada, pero acaban metidos en una especie de maratón urbano entre selfies, carteristas y terrazas a precios desorbitados.

La Sirenita de Copenhague

Otro de los nombres que figura en la lista es La Sirenita de Copenhague, una escultura cargada de simbolismo y que suele aparecer en todas las guías de Dinamarca. Colocada a orillas del mar desde hace más de un siglo, representa la figura del famoso cuento de Hans Christian Andersen. Sin embargo, parece que su fama juega en su contra.

Quienes llegan con la ilusión de contemplar una obra majestuosa suelen quedarse fríos: la estatua es más pequeña de lo esperado, su entorno no resulta especialmente impactante y el acceso a ella, entre empujones y flashes, puede resultar hasta incómodo. Muchos usuarios coinciden en que el paseo hasta la Sirenita es más agradable que el momento en el que finalmente se le planta cara. Una decepción proporcional a la expectación previa.

La Torre Eiffel

Pocos monumentos hay más reconocibles en el mundo que la Torre Eiffel. Sin embargo, su estatus de icono no la ha salvado de las críticas. En este peculiar ranking alemán, la Dama de Hierro aparece también en los primeros puestos de decepción. ¿El motivo? Las eternas colas, los precios elevados y una experiencia que, según muchos, no ofrece nada que no se pueda disfrutar desde otros puntos de París.

Los visitantes se quejan del tiempo perdido para subir, de los controles de seguridad agotadores y de una sensación final de “ya está, ¿esto era todo?”. Algunos incluso recomiendan contemplar la torre desde otros puntos de la ciudad, ya que en este caso el símbolo funciona mejor desde lejos que desde dentro.

Checkpoint Charlie

El caso de Checkpoint Charlie en Berlín es uno de esos ejemplos donde el peso de la historia choca con una gestión poco convincente del espacio. Este punto, que fue uno de los pasos fronterizos más importantes durante la Guerra Fría, se ha transformado en una especie de réplica turística que muchos visitantes consideran poco auténtica.

 

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En vez de un sitio cargado de emoción y memoria, se encuentran con un decorado reconstruido, una tienda de souvenirs y actores disfrazados. La decepción aquí no es por lo que fue el lugar, sino por lo que es hoy: una caricatura de su propia importancia histórica.

Times Square

Y por último, si alguna vez soñaste con estar en el corazón de Nueva York, Times Square seguramente figuraba en tu lista. Pero una vez allí, muchos coinciden: más que magia, lo que hay es caos. La acumulación de pantallas, luces, ruidos y personas crea una experiencia tan abrumadora que, en vez de maravillar, acaba saturando. Un lugar que para todos está «sobrevalorado».

 

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Los internautas lo describen además como sucio, agobiante y excesivamente comercial. No hay casi espacios para detenerse, todo parece diseñado para que compres algo o salgas rápido. Y aunque sigue siendo un lugar icónico, para muchos, la primera visita es también la última.

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