Viral: la carta de un abuelo respaldando a su nieto gay tras ser rechazado por su madre

Viral: la carta de un abuelo respaldando a su nieto gay tras ser rechazado por su madre

Aunque estamos viviendo en pleno siglo XXI, parece que algunas personas siguen ancladas en la Edad Media o en la Prehistoria incluso. Se trata de individuos que aún no han comprendido que hay que tolerar y respetar a los demás, que todos somos iguales, independientemente de nuestro sexo, nuestra raza, nuestra orientación sexual, nuestra religión…Todos somos personas y todos debemos ser tratados por igual, porque lo verdaderamente importante en esta vida es quién somos y no en qué creemos, a quién amamos o de qué color es nuestra piel.

Afortunadamente cada vez más la sociedad va avanzando en ese sentido, pero eso no quita que aún le quede mucho por recorrer. Y es que son numerosos los ciudadanos que creen que tienen derecho a rechazar e incluso repudiar a otros que no son como ellos o que sencillamente no se ajustan a los parámetros tradicionales, lo que llaman “normales”.

Buena muestra de todo esto es que una madre ha rechazado a su hijo por ser gay, sí, aunque cueste creerlo, ha echado a ese de casa simplemente por ser homosexual. ¿Qué daño ha cometido?, ¿qué mal ha hecho?…Está claro que ninguno, pero esa mujer parece que no lo ve así. Afortunadamente ante el dolor que ha sufrido por esa situación, el joven ha tenido el respaldo de alguien que ha dejado un ejemplo de lo que es amor y tolerancia: su abuelo.

Los protagonistas

Tres podemos decir que son las figuras en torno a las cuales gira esta historia que, aunque lleva un bastante tiempo circulando por la Red, ahora ha vuelto a recobrar más vigencia que nunca, quizás porque lamentablemente muchas son las personas que siguen teniendo el rechazo de sus seres queridos por ser homosexuales.

En concreto, los protagonistas del caso son una mujer, llamada Christine, que fue quien decidió echar de casa a su hijo, Chad, cuando descubrió que era gay. Y luego está el abuelo de este y padre de la primera, quien es un ejemplo para todos.

La historia

Chad sabía desde hacía tiempo que era homosexual, sin embargo, temía contarlo en su familia porque pensaba que podría ser rechazado. Y la verdad es que estaba en lo cierto, pues en el momento en el que su progenitora lo descubrió lo que hizo fue indicarle que se marchara de casa. Así, con un dolor inmenso y sin saber a dónde ir, acudió al hogar de su abuelo materno y en este encontró el apoyo que necesitaba en ese momento.

El ejemplo del abuelo

Como hemos mencionado anteriormente, el anciano se quedó perplejo ante lo que le contó su nieto, no podía creer que su hija fuera capaz de tratarlo de esa manera por ser homosexual. Por eso, no sólo le dio techo y cariño al joven sino que decidió también tomar medidas en el asunto. ¿Qué hizo? Escribirle de puño y letra una carta a la mujer que llevaba su sangre y que había actuado de esa manera tan vergonzosa. Le redactó una misiva que en su momento fue viral y que aún lo sigue siendo y que dice así:

“Querida Christine:

Estoy decepcionado contigo, mi hija. Tú tienes razón en que hay una “vergüenza en la familia”, pero no es como tú crees. Echar a Chad de tu propia casa sólo porque es homosexual, esa es la verdadera “abominación” de todo esto. Un padre que echa a su hijo de esa forma es lo que “no es natural”.

Lo único inteligente que te escucho decir en todo eso es que “tú no le enseñaste a tu hijo a ser gay”. Claro que no.

Él no lo decidió. Él nació así, exactamente igual que otras muchas personas que nacen zurdas. Pero tú has hecho tu elección. Tú decidiste herirlo, tú fuiste intolerante y echaste un paso hacia atrás. Así que cuando igual estamos negando a nuestros hijos yo tomo la oportunidad y te digo adiós. Yo ahora tengo a un nieto fantástico y no tengo tiempo para una hija sin corazón, como tú.

Si encuentras tu corazón otra vez, llámanos.

Tu papá”.

Como es de imaginar pocas personas pueden quedarse indiferentes ante las palabras de este abuelo que da un ejemplo claro a su hija de lo que es amor, le muestra que el cariño que se le profesa a los demás nada tiene que ver con su orientación sexual y que esta no es absolutamente vergüenza en absoluto. ¿Qué daño se hace por amar a alguien, sin tener en cuenta si es hombre o mujer? En este caso, quien hiere realmente es quien, por “el qué dirán” o por convicciones pasadas de toda actualidad, decide rechazar a su hijo o hija por ser homosexual. ¿Comportarse así es de madre, de padre o, simplemente, de ser humano?

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