Tips y consejos para hablar con el bebé

Aunque los bebés no tienen la capacidad para comunicarse hablando, sí que lo hacen con sus gestos, sus muecas, sus risas y como no, sus llantos. Por ello los padres deben procurar toda comunicación con el bebé incluso cuando es un recién nacido. Por ello, os queremos ofrecer a continuación una serie de tips y consejos para hablar con el bebé.

Tips y consejos para hablar con el bebé

La comunicación con el bebé no es solo importante para poder crear un vínculo especial y de alguna manera estar siempre en contacto a lo que necesita o requiere, sino que además, propicia una ayuda para desarrollar de inmediato el lenguaje y tomar conciencia de la realidad que lo rodea. Pero, ¿cómo hacer esto?

Aunque aún no dotado de la capacidad de responder verbalmente a los estímulos que le rodean, el bebé de pocos meses es capaz de absorber las solicitaciones que le llegan del mundo exterior y transformarlas en experiencias que luego se convertirán en lenguaje, expresiones y en definitiva, su conexión con la realidad.

Entonces, para comunicarse bien con el bebé, se debe partir de una premisa: desde el primer día de vida, los bebés ‘aprenden’ de modo que desde el nacimiento no dudemos a la hora de hablarle al bebé. Puede que su vista no esté del todo desarrollada; puede que la palabra esté destinada a llegar varios meses después y puede que el llanto (y algunos gestos) sean su mejor forma de expresión, pero lo cierto es que los más pequeños aprenden desde su primer día en términos de comunicación y estímulos gracias a escuchar a sus padres hablar.

Veamos a continuación varios tips que os van a servir para comunicaros con el bebé:

Habla como siempre lo haces

Como ya hemos comentado, es fundamental que mamá y papá les hablen a los bebés desde el primer día y además, que lo hagan como si fueran adultos en miniatura. Si la voz puede ser modulada según las circunstancias (más alta, más baja, más suave, más alegre …), las palabras deben estar siempre claramente articuladas, no distorsionadas, no inventadas. Muchos padres, en cambio, tienden a adoptar un lenguaje artificial con los bebés que no se corresponde con su forma habitual de hablar, algo que no es para nada aconsejable sino que lo que tenemos que hacer es hablarle con la voz que tenemos y la que de hecho, usaremos cuando crezcan.

La importancia del lenguaje no verbal

Es fundamental que mamá y papá aprendan a acompañar las palabras con las expresiones más adecuadas para que el niño comprenda el contexto en el que se encuentra. Mientras juegas con el niño, por lo tanto, la boca puede inclinarse hacia una risa o una sonrisa; cuando se le esté dando el pecho o durante el cambio, puedes tener una expresión más dulce; si el niño hace algo que no debería (después de 6/7 meses), la reprimenda se verá reforzada por una expresión más dura …

Lo mismo ocurre con el lenguaje corporal, que nunca debe minimizarse. Por lo tanto, si las palabras deben estar lo más cerca posible del habla común, la expresión se puede acentuar para ayudar al bebé a comprender lo que está sucediendo.

Lee en voz alta al bebé

Leer en voz alta, como hemos dicho varias veces, es también muy importante durante el primer mes. Aunque, en realidad, el niño no entenderá lo que se le lee y por extraño que parezca, aprenderá a reconocer el sonido de la voz de su madre y de su padre, aprenderá las palabras que se le repiten, podrá entender situaciones más sencillas, será capaz de relajarse y disfrutar del momento.

El poder de la música

Incluso las canciones son un soporte válido que conduce al recién nacido hacia el desarrollo de las habilidades de expresión verbal. La música, por tanto, debe ser una presencia constante en los hogares de los nuevos padres que podrán optar por cualquier forma musical al principio y, posteriormente, complacer el gusto del bebé.

Descripciones claras y precisas

En casa, de paseo, en el coche, mientras se juega, cuando se hace la comida … mamá y papá tienen el deber de no dejar de describir lo que le está pasando al niño. Poco a poco, el bebé aprenderá a contextualizar situaciones y a asociar palabras con la percepción de la realidad.