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Qué hacer si el niño no se quiere disfrazar en Carnaval

Pautas y consejos en el caso de que tu hijo o hija se niegue a disfrazarse para celebrar el Carnaval.

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Pautas para entender porqué tu hijo o hija no quiere disfrazarse y qué hacer al respecto.
Blanca Espada

Esta semana es la que marca el inicio del Carnaval 2021 (a partir del viernes 12 de febrero), de modo que es posible que incluso a pesar de la pandemia, en muchas escuelas y centros infantiles, se pida a los niños que vayan disfrazados, pero ¿Qué podemos hacer si nuestro hijo o hija no quiere disfrazarse?.

Qué hacer si el niño no se quiere disfrazar en Carnaval

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Lo cierto es que no debemos hacer un gran drama del hecho de que nuestro hijo o hija no quiera ponerse un disfraz, pero en el caso de que te hayas esforzado por prepararlo o que desees conocer mejoro sus motivos, es importante mantener la calma y el diálogo para de este modo encontrar una solución. Veamos entonces algunas pautas sobre lo que podemos hacer en el caso de que un «no» sea la respuesta que da el niño o niña ante el hecho de tener que disfrazarse.

1. Respeta la decisión del niño de no querer disfrazarse

Si no salta de alegría ante la idea de disfrazarse, o incluso se niega, el consejo es no insistir y respetar su voluntad, pero en el caso de que se trate de tener que disfrazarse porque tal vez va a hacer alguna actividad conjunta en la escuela, con toda la clase disfrazada, siempre podemos intentar explicar al pequeño que se va a divertir y se lo va a pasar en grande, junto a sus amigos. Si aún así, ha decidido no disfrazarse, no será bueno imponer u obligarle a disfrazarse dado que tal vez le afecte en demasía.

Piensa que los disfraces y las máscaras siempre evocan un sentimiento de oscuridad y misterio, y en cierto modo, de lo desconocido. Una sensación que, percibida por nosotros, también la recibe el pequeño. Por tanto, es fundamental no forzar al niño, sino respetarlo en su manifestación de disensión. No lo obliguemos a hacer algo sencillo para nosotros y, sobre todo, no lo mortifiquemos.

Frases como «todo el mundo lo hace» o «eres el único que no se va a divertir» no son adecuadas. En este caso, la experiencia del» no «es para que el niño se ejercite y experimente su propio yo.

Puedes hablar con la escuela, y convencer al niño para que al menos se ponga un sombrero, o para que le maquilles la cara. Seguramente, si te muestras comprensivo, el niño o niña aceptará esos «cambios» que propongas y podrá asistir al colegio y divertirse con los demás sin problema.

2. Comprende las razones del «no»

A pesar de que no consigas que se disfrace, es importante que entiendas bien los motivos de tu hijo o hija, pero además, tener en cuenta sobre todo su edad. Para los niños de hasta 3 años , debemos evaluar tres elementos:

  • Para los más pequeños, lo que ven corresponde a la realidad. La incapacidad para comprender que lo que ven no es real, entrando así en el mundo de la fantasía, explica los miedos y las lágrimas.
  • El ambiente que acompaña al espíritu de la fiesta suele ser una mezcla de agitación, emoción, ruido y fervor, elementos todos que crean un ambiente que contrasta con la necesidad de calma, previsibilidad y repetitividad de los niños. Esto puede generar ansiedad, agitación e inseguridad.
  • Hay que tener en cuenta también la fase del no , que encontramos en los niños de entre dos y tres años, por lo que el niño vive una fase de contradicción fisiológica y rebeldía necesaria para empezar a encontrarse.

Si tenemos en cuenta todos estos puntos, es posible que logremos entender los motivos de nuestro hijo o hija y que mediante el diálogo, logremos que se disfrace, aunque sea con lo mínimo.

3. No incomodes a tu hijo o hija

Para los niños mayores de 4 a 5 años, se debe prestar atención a la experiencia pasada. Si no quiere disfrazarse, es posible que haya tenido experiencias negativas con respecto a esta fiesta. Un ejemplo es el hecho de que los adultos o los maestros obliguen al niño a socializar y divertirse. Hay que tener en cuenta que algunos niños son muy tímidos, y llevar un disfraz, una máscara equivale a poner una luz en la cabeza que diga «mírame» creando un fuerte sentimiento de vergüenza y timidez, que agrava estos sentimientos.

4. Deja que tu hijo o hija escoja el disfraz y probarlo primero en casa

Disfrazarse significa involucrarse para asumir una identidad diferente, ponerse en el lugar de otro. Y ciertamente, llevar su propia ropa es más reconfortante para un niño pequeño.

Entonces, para que hasta los más pequeños o los más inseguros se diviertan vistiéndose para la fiesta de Carnaval, deja que te muestren el disfraz ideal, de modo que pueda elegir de qué se quiere disfrazar. De esta manera evitarás comprar o hacer uno que no le guste y no se quiera poner o mucho peor, que le asuste o le de más vergüenza todavía.

Además, para los niños de hasta tres años, puede ser útil experimentar con el disfraz en las semanas previas en casa: Teniendo esto en cuenta, será útil jugar a juegos en los que puedan vestir, pintarse y también que nos pinten a nosotros. Podemos hacer también manualidades relacionadas con el carnaval y hasta organizar un desfile o pase de disfraces con toda la familia de modo que introduzcamos al niño o niña en un ambiente festivo en el que se sienta bien y quiera participar.

5. Lleva algo relacionado con el Carnaval cuando se celebre la fiesta

El último consejo para superar esta negativa es la de intentar estar ahí para ayudarle si lo necesita. Si el niño o niña ha optado por no disfrazarse, todavía será bueno llevar contigo artilugios como trompetas, confeti, cintas para la cabeza con luces, un bonito tocado o una camisa en particular, pero que sean cosas que no cambien del todo su apariencia. Prepara una bolsa con estas cosas adentro y dile a tu hijo o hija que van a estar a su disposición si deseas vivir la fiesta, los juegos y los trajes típicos del carnaval.

En definitiva, la gradualidad es fundamental porque para cambiar de opinión y superar el rechazo del carnaval, el niño o niña debe experimentar la diversión en pequeñas gotas. Si todo esto no funciona, y el niño o niña aún se niega, solo queda aceptar saber que el Carnaval vuelve cada año y un año después puede que sí desee disfrazarse.

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